Andrés Manuel López Obrador encabeza las encuestas de cara a las elecciones presidenciales en México, previstas para el 1 de julio de este año.

Ayer concluyó la precampaña con un acto en Guadalajara, Jalisco, donde el candidato de Morena prometió un cambio radical para el país azteca en caso de obtener la presidencia. Pero antes de que lo consideraran un desestabilizador, advirtió que esa radicalidad del cambio sería ordenada y noviolenta.

López Obrador fue duro con sus contendientes y calificó al PRI y al PAN, los partidos históricos que han gobernado México desde hace décadas, como “la misma mafia” y prometió que les ganaría “en buena lid”.

“Si el presidente es honesto los gobernadores serán honestos”, manifestó el político originario de Tabasco, quien se compromete a erradicar la corrupción y asegura que eso es un compromiso y no retórica.

“Si se tiene autoridad moral, hay autoridad política y se mejorará la imagen de México en el extranjero”, agregó.

Uno de los temas que mayor resistencia despertó en todo el país tiene que ver con la reforma educativa que lleva adelante el presidente Enrique Peña Nieto, que generó movilizaciones tanto de profesores, como de estudiantes. López Obrador prometió revertirla.

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