Los periódicos alemanes Stuttgarter Zeitung y Süddeutsche Zietung dieron a conocer información sobre experimentos realizados por científicos alemanes con monos y seres humanos para medir la toxicidad de los gases que desprendían los motores diésel.

La investigación que se realizó entre 2012 y 2015 fue financiada por fabricantes de automóviles que buscaban comprobar si era posible que las emisiones de gases fueran menos agresivas para la salud de las personas.

Las pruebas fueron solicitadas por el Grupo Europeo de Investigación sobre Medio Ambiente y Salud en el Sector del Transporte (EUGT, por sus siglas en alemán), una organización ya desaparecida fundada por los fabricantes de automóviles alemanes Volkswagen, Daimler y BMW, reconocía hoy la Deutsche Welle.

La medición de “inhalación de dióxido de nitrógeno a corto plazo por personas sanas” en 25 personas fue medida posteriormente en el hospital universitario de Aquisgrán, un procedimiento muy similar se había realizado con anterioridad con monos.

“Estamos convencidos de que los métodos científicos elegidos en ese momento eran incorrectos”, dijo a la prensa la constructora Volkswagen y otra empresa, Daimler, aseguró estar “conmocionada por el alcance de esos estudios y la forma en que se llevaron a cabo” y aseguraron condenar estas prácticas que van en contra de los valores y principios de Daimler.

De la hipocresía de los corruptos constructores de automóviles que estafaron a millones de usuarios durante años, a la incomprensión de los políticos. El primer ministro del estado federado de Bajo Sajonia, Stephan Weil, consideró “absurdos” los experimentos, siendo el funcionario directivo de Volkswagen, por tener participación Baja Sajonia en el grupo económico.

Alemania, el ejemplo tecnológico universal se convierte cada vez más en muestrario de negligencia, antihumanismo y una falta total de escrúpulos en beneficio de los negocios.