Por Sol Pozzi-Escot
En un país donde la diabetes crece en silencio y la vista suele ser la primera víctima olvidada, el Panel “Diabetes y visión: un desafío compartido para el país” —realizado este jueves 13 de noviembre en Miraflores— reunió a especialistas, comunicadores y, sobre todo, a quienes viven en carne propia las consecuencias de la falta de detección temprana. El encuentro, organizado por Bayer Perú, abrió un espacio donde la evidencia científica y la experiencia humana se encontraron con una claridad urgente.
Entre los expositores destacó la participación de Diego Bartra Bazán, representante de la Asociación de Diabetes en Niños y Adolescentes del Perú (ADINA), quien asistió también como paciente. Su voz aportó la dimensión cotidiana de una enfermedad que no solo condiciona la salud, sino la educación, la movilidad y la autonomía de miles de personas.
Una cifra que hiere: más de 220 mil peruanos podrían perder visión por edema macular diabético
Durante el evento se expusieron datos que, aunque conocidos por la comunidad médica, aún no logran permear la esfera pública: en Perú, más de 220 mil personas viven con edema macular diabético, una complicción que puede causar pérdida de visión irreversible si no se detecta a tiempo. A ello se suman cerca de 3 millones de casos de deficiencia visual prevenible vinculada a retinopatía diabética.
La cifra más alarmante sigue siendo el acceso: solo el 8% de las personas con diabetes recibe exámenes visuales preventivos. El diagnóstico no ocurre, pero el daño sí.
“No es solo la vista: es la vida entera la que se nubla”
Desde su experiencia personal, Diego recordó que la diabetes no siempre duele, pero su impacto sí. La pérdida de visión amenaza la independencia, altera la vida familiar y condiciona la vida académica o laboral. Su testimonio dio al panel un matiz de urgencia humana que encontró un eco inmediato en la intervención del retinólogo Dr. Javier Cáceres del Carpio, especialista en enfermedades visuales asociadas a la diabetes.
El médico fue directo: “En el Perú, la diabetes es prácticamente una epidemia”. Y agregó que un simple examen de fondo de ojo debería formar parte de los chequeos obligatorios de todo paciente diabético, una medida sencilla que podría evitar miles de casos de discapacidad visual irreversible.

Un país que envejece, un sistema que no se adapta
Con más de 2 millones de personas viviendo con diabetes y un índice de envejecimiento del 37,5%, el Perú enfrenta una presión creciente sobre su sistema de salud. Según el ORAS-CONHU, es uno de los países de la región con mayor prevalencia de pérdida visual asociada a esta condición.
Los especialistas del panel coincidieron en que, sin una estrategia nacional que integre salud visual y enfermedades crónicas, los casos avanzados seguirán multiplicándose.
Entre la ciencia y la política: la brecha por cerrar
El conversatorio insistió en tres frentes de acción capaces de cambiar el panorama para miles de peruanos:
- Detección temprana y tamizaje regular.
- Educación y acompañamiento del paciente.
- Alianzas multisectoriales para ampliar el acceso al tratamiento.
Hoy, menos del 10% de las personas con diabetes acude de forma regular a controles oftalmológicos. Y mientras la cobertura no mejore, la discapacidad visual seguirá afectando la productividad y la calidad de vida del país.
Una historia que sigue escribiéndose
El encuentro cerró con un mensaje sencillo, pero contundente: la vista no espera. La diabetes no da tregua. Y la salud visual debe convertirse en un componente prioritario del abordaje nacional de enfermedades crónicas.
Porque la ceguera evitable es un síntoma de algo mayor: cuando no se mira a tiempo, lo que más importa empieza a desvanecerse.













