Una multitudinaria Marcha Nacional convocada por el colectivo “Generación Z” se realizó el día de ayer jueves 15 de octubre y terminó con un muerto y más de 100 heridos entre la población asistente y efectivos policiales. Desmanes de personas infiltradas y la respuesta desmedida de la Policía Nacional generaron el caos. El gobierno del presidente transitorio José Jerí, suma su primera víctima y aumenta la indignación general de la población. Una oportunidad perdida para el diálogo y consenso nacional.
La movilización que convocó a miles de ciudadanos se inició a las 4 de la tarde en Lima, mientras que en provincias la población también participó activamente en ciudades como Chachapoyas, Arequipa, Huancayo, Cusco, Puno, Huaraz, Trujillo, Iquitos, Huánuco, Cajamarca, Ayacucho, Puerto Maldonado, Piura, Chimbote, Ucayali, entre otras.
La marcha tuvo carácter pacífico y convocó a artistas, estudiantes de las universidades San Marcos, Federico Villarreal, Agraria, La Molina, Pontificia Universidad Católica del Perú, gremios sindicales; y sobre todo, ciudadanos de a pie, quienes reclamaron medidas urgentes para combatir la inseguridad ciudadana, derogación de las leyes pro crimen y que afectan nuestro ambiente (Ley antiforestal), además de la remoción del presidente José Jerí y el Congreso de la República en pleno, “porque no nos representan” señalaban a voz en cuello.
Sin embargo, en horas de la noche, hubo enfrentamientos entre la Policía Nacional y los marchantes, con el uso de la fuerza para contener a los cientos de manifestantes, quienes marchaban pacíficamente por las principales calles de Lima Metropolitana. Asimismo, un grupo de infiltrados desadaptados causaron el caos con palos y piedras.
¿Ejecutivo sin plan de seguridad en la marcha?
La respuesta del Ejecutivo fue abismal y las escazas oportunidades de diálogo se desvanecieron con la respuesta a la protesta ciudadana: cientos de efectivos policiales que impedían el paso, grupos terna infiltrados, uso de bloqueadores de señal online, apagón de luces, bombas lacrimógenas y perdigones, que cobraron una víctima mortal: Eduardo Ruiz Sáenz, quien falleció luego de recibir un disparo con arma de fuego en las inmediaciones de la Plaza Francia en el cercado de Lima. “Los manifestantes, entre ellos Eduardo, estábamos descansando de las bombas lacrimógenas, para luego retomar la marcha, sin embargo, un efectivo policial disparó a cualquiera y nuestro compañero cayó” señala un testigo.
Hoy, la Tercera Fiscalía Supranacional Especializada en Derechos Humanos y Contra el Terrorismo se hará cargo de la investigación de la muerte del artista urbano Eduardo Ruiz y la ciudadanía exige mano dura para los responsables.
De otro lado, la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) también denunció que 11 periodistas fueron heridos, afectados por bombas lacrimógenas y sufrieron restricción en su labor de cobertura e información de la protesta, diez de los casos ocurrieron en Lima y uno en la ciudad de Arequipa.
Luego de la marcha y con los resultados fatídicos, la pregunta cae por su propio peso: ¿el gobierno contó con un plan idóneo para acompañar la marcha nacional e identificar a los infiltrados? ¿O simplemente se recurrió a la represión indiscriminada como única solución? La población señala que “hay continuismo” en las políticas implementadas anteriormente por Dina Boluarte y ahora, el presidente transitorio José Jerí.
Movilización indefinida como respuesta ciudadana
La muerte de Eduardo Ruiz y el saldo de más de 100 heridos han caldeado a la población. Así, el colectivo Generación Z anunció una “movilización indefinida” contra el gobierno de José Jerí y el Congreso de la República. “Fuera Jerí y qué se vayan todos, no nos representan” grita la población reiteradamente.
Si bien el presidente Jerí mostró determinación en los primeros días de su mandato, dirigiéndose a los extorsionadores con el anuncio de medidas para acabar con esta lacra, la falta de diálogo se hizo evidente al abordar la primera marcha ciudadana de su mandato, la que a todas luces fue pacífica y que demanda soluciones a temas centrales para la ciudadanía.
Hoy la población exige la vacancia para el presidente que presenta antecedentes policiales, no respalda el virtual gabinete que cuenta con personajes también controvertidos, rechaza la influencia de Keiko Fujimori como personaje ligada a la corrupción y exige el desmarque de la clase política corrupta.
Los errores políticos se pagan. Desgraciadamente, ¡el costo del cambio para los peruanos son vidas humanas! ¿Cuántas vidas más se cobrarán?
Fotos: La Voz del Pueblo, Perú Digital, Infobae, Piura en la noticia.













