Sergio Ávalos: la doctrina Taboada, los VHS que nunca fueron periciados y la presencia insoslayable del racismo como móvil homicida.
Kiñe | Uno
La editorial: el videoclub
Sandra González Taboada tenía un videoclub completo arrumbado en los pasillos oscuros de la justicia neuquina, conformado principalmente por las evidencias más contundentes que demostraban que en la madrugada del 14 de junio de 2003, Sergio Ávalos ingresó al boliche bailable Las Palmas y nunca más salió (vivo). ¿Por qué Sandra Taboada omitió esta información, la dejó aislada, sin reproducirla en la investigación por la desaparición forzada de un joven de 18 años?
24 hs de tensión, suspenso y angustia. 24 hs de filmación donde se pueden ver el cambio de guardia, los movimientos de la policía dentro de Las Palmas, el ingreso del staff, las directivas de Patricio Sesnich, el boliche repleto de gente, el ingreso de Sergio. La llegada de José Nardadone (dueño de Las Palmas).
Sandra Taboada vio está película completa a través de los registros en VHS pertenecientes a las cámaras de seguridad ubicadas en distintos puntos de la discoteca. Taboada conocía de una fuente fidedigna toda la trama que encubría la desaparición de Sergio Ávalos. Tenía en su poder las cintas que lo ubicaban por lo menos en dos lugares diferentes dentro de Las Palmas. Sandra Taboada siempre supo la verdad, pudiendo revelar el desenlace durante las primeras horas de la búsqueda, pero consciente de las consecuencias, eligió no spoilear nada ni a nadie. Siendo testigo inclusive del dolor y la desesperación que acongojaba a la familia Ávalos. ¿Quién se va a hacer cargo del dolor del padre de Sergio? ¿Quién va a pagar esa cuenta? Por su crueldad espantosa, el perfil de la dueña del videoclub, sólo es comparable con la crueldad de un personaje de una película de terror; sólo un personaje de ficción puede desplegar, administrar y especular con tanto dolor.
Nunca los padres y los familiares cercanos de las víctimas esperan convertirse en un blanco vulnerable por parte de las fiscalías. Las familias confían en las fiscalías. Pero las fiscalías, ante la presencia de agentes del Estado como victimarios, no dudan en posicionarse en defensa de las instituciones del Estado.
Sandra Taboada decidió beneficiar con su silencio a una parte de los actores comprometidos. Sandra Taboada espéculo, encubrió y cometió una serie de delitos que permitieron mantener la muerte y la desaparición de Sergio Ávalos impune, por lo menos los primeros cuatros años de búsqueda. Si esta fiscal no se hubiera conducido desde la inacción, la inoperancia, la dilatación y la incompetencia, este caso de hubiera resuelto en el primer año y la madre de Sergio le hubiera podido dar una cristiana sepultura, antes de morir de tristeza. ¿Quién se va a hacer cargo de esa otra cuenta?
La analogía cinéfila no es forzada. En el material de archivo que descartó Taboada convive la vitalidad de la causa, el nudo del conflicto que próximamente tendrá en el banquillo de los acusados a los dueños de Las Palmas, un grupo de militares y los policías que realizaban la custodia de Las Palmas. Aunque hubo que esperar más de dos décadas para que esta instancia judicial se concretara.
¿Cuántos espectadores con influencia, cercanos a Las Palmas, el poder político perteneciente al Movimiento Popular Neuquino (MPN), miraron para otro lado y no presionaron para que ese material fílmico se revelara?
Epu | Dos
¿Estúpida o corrupta?
Sandra Taboada dice estar arrepentida, afirma que se equivocó, que no tuvo un buen desempeño como fiscal a cargo de la investigación. Esta declaración la realizó en privado, frente a Sergio Heredia, actual abogado de la familia Ávalos, cuando este último le exigió explicaciones.
Pero ese sincericidio no la exonera poe no haber investigado a los policías y militares que actuaron la noche del 14 de junio en el boliche Las Palmas de Neuquén. Tampoco explica por qué una parte relevante de las cintas que ubicaban a la víctima, por lo menos en dos lugares del boliche, no estaban precintadas y resguardadas como material probatorio. Sandra Taboada también tendrá que explicar a la justicia por qué envió a Asunción Ávalos a la triple frontera durante dos meses como si no hubiera motivos para sospechar de la policía neuquina; una policía expresamente violenta y racista capaz de cazar a varias víctimas en una misma noche.
Parafraseando a la excanciller Mondino, ¿Sandra Taboada es estúpida o corrupta? ¡No puede cumplir con las dos características! Para tanta obscenidad y desparpajo no hay margen para otra lectura. ¿O Sandra Taboada omitió resguardar las cintas VHS por ineptitud o lo hizo con una clara intención de encubrir a los responsables que perpetraron el asesinato, el secuestro y la desaparición de Sergio Ávalos? ¿Sandra Taboada no contrastó las declaraciones de los agentes de seguridad por un error procesal o sabía categóricamente que en las mismas convivían imágenes analógicas que contrastaba fehacientemente con el relato de los hechos que repitieron como loros los policías y los gendarmes? ¿Sandra Taboada envió a 2400 kilómetros de distancia a Asunción Ávalos perseguida por una intuición fundada y esperanzadora o simplemente tramitó este viaje para desviar la investigación, alejando a la familia lo más lejos posible, mientras que en ese lapso de tiempo se martillaban los cabos sueltos para fortalecer la coartada de que Sergio se había ido por propia voluntad? Nunca los dos escenarios se pudieron desarrollar en paralelo. ¿Sandra Taboada es una fiscal inepta o una fiscal corrupta? ¿O debe dar explicaciones por mal desempeño como funcionaria pública o debe responder como partícipe necesaria de un crimen espantoso que se llevó a más de una víctima como consecuencia de la brutalidad perpetrada por agentes estatales?
¿Cuántas veces se habrá reunido Sandra González Taboada con Nardadone? ¿Operó como intermediario un funcionario del Movimiento Popular Neuquino? ¿Habrá sido Sandra Taboada la que elaboró la declaración que repitieron como loros los agentes de la policía que participaron en la custodia de Las Palmas la madrugada del 14 de junio? ¿Cuál habrá sido el rol de Jorge Sobisch y Juan Carlos Lezcano (jefe de la policía de Neuquén)? ¿Qué órdenes se habrán impartido hacia el interior de la institución policial? ¿Cambió en algo la forma de proceder por parte de la institución policial, el ministerio de seguridad de Neuquén y el poder judicial de la provincia? ¿Quién guionó el pacto de silencio que mantienen los 19 imputados por el asesinato y la desaparición de Sergio Ávalos? ¿Se romperá ese pacto durante el juicio?
Kvla | Tres
La doctrina Taboada
Sandra González Taboada hizo escuela. Le demostró al país como se encubre judicialmente a agentes del Estado en un caso de desaparición forzada. Sentó un precedente, una doctrina. La dueña del videoclub nos demostró como se materializa el abuso de poder y la impunidad en una causa. Una precursora y estratega en la materia. Un iceberg descomunal circulando por el sistema jurídico. La huella de la infamia. La sangre fría de una serpiente entibiando el clamor de las víctimas. ¿Cuál será la reacción desde las autoridades de la provincia ante el inminente juicio (2026/2027) que tendrá a 19 imputados por el delito de desaparición forzada? ¿El poder judicial provincial le soltara la mano y dejará de protegerla? ¿Rolando Figueroa se sumará a las autoridades institucionales que exigen respuestas? ¿Cuál será la posición de la Universidad Nacional del Comahue frente a la performance de Taboada? ¿La apertura de la causa será por mal desempeño de sus funciones como funcionaria pública o como partícipe necesaria de un homicidio seguido de una desaparición forzada? ¿Sandra Taboada quedará impune, inclusive después de ser juzgados los autores materiales del crimen?
Sandra Taboada aún no ha hecho ninguna declaración pública. Tampoco se la exigió nadie del gobierno provincial. Pero su rol en la desaparición de Sergio Ávalos es escandaloso. El público nacional, y particularmente neuquino, debería estar atento a los argumentos que utilizará Sandra Taboada para negar todo.
Meli | Cuatro
Las razias racistas
Las palizas propinadas por la seguridad de Las Palmas a changarines, adolescentes de barrios populares y hombres con portación de rostro, eran habituales y conocidas por la sociedad neuquina. Nadie desconocía esa realidad, ni los que ingresaban a consumir, ni la propia policía que resguardaba lo que se consumía. En ese contexto, Sandra Taboada, eligió no dirigir la investigación hacia la policía y mandar a Asunción Ávalos a Paraguay.
Sergio Ávalos no fue al único pibe que cagaron a palos en la enfermería de Las Palmas. Los pibes de piel oscura, ojos achinados y pómulos pronunciados eran los predilectos de la policía, entre ellos trabajadores rurales que llegan al Alto Valle a trabajar a las chacras locales (como sucedió con Daniel Solano, asesinado por la policía que custodiaba la discoteca Macuba, en Choele Choel, Río Negro).
El rasgo étnico no es anecdótico, arbitrario ni secundario en los casos de violencia institucional dentro de la Argentina. La sociedad argentina se ha formado escuchando dentro de la historia oficial que los “indios” no son personas, o que pertenecen a una categoría inferior, una subclase, sujetos subalternos, cargados de definiciones peyorativas: bestias, borrachos, delincuentes, incultos, “negros de mierda”. Seres desagradables dignos de desprecio y desdén. Y fue justamente parte del relato estigmatizante y racista el que distintos medios locales trataron de imponer para resguardar a la institución policial. “¡Sergio estaba borracho!” “¡Se fue con una prostituta!” “¡Sergio se fue a Paraguay en busca de una viuda negra!”
¡Los negros sólo pueden ser protagonistas de relatos marginales!
¿Quiénes son tratados así, en la actualidad, en la Argentina? ¿La totalidad de la población o sólo aquellas personas con rasgos étnicos coincidentes con “los perdedores” de la Campaña Expedicionaria al Desierto? ¿Los agentes policiales golpeando a un joven de piel oscura y ojos achinados puede ser entendida como una fotografía microsocial contemporánea del genocidio fundante de este Estado? Nunca hay que olvidar que las víctimas de ese genocidio se mantienen impunes; victimarios que asesinaron y desaparecieron a miles de personas, muchas de ellas enterradas en fosas comunes en la Isla Martín García. Fosas comunes que aún no han sido destapadas. En ese momento histórico, como en la actualidad, también existieron operadores judiciales como Sandra Taboada, que tenían ante sus ojos las pruebas contundentes de un genocidio en movimiento, pero se acoplaban al encubrimiento, a la ejecución efectiva de una masacre que hasta el día de hoy mancha con sangre la historia familiar de las personas locales. Nos enfrentamos al mismo sistema jurídico, al mismo sistema encubridor. No es otro.
Sandra Taboada nunca conoció el hogar donde se crió Sergio Ávalos. Tampoco se interiorizó en conocer a su familia. Se despidió de la causa dando un comunicado oficial a través de una entrevista de radio en Picún Leufú. Mantuvo un trato impersonal, condescendiente, distante, esquivo, temerario. Ni siquiera tuvo la delicadeza de convocar a Asunción Ávalos y comunicárselo a él personalmente. El destrato fue sistemático durante cuatro largos años de inoperancia, tergiversación e inacción.
Hoy Sandra está arrepentida. Sabe que le aprieta el zapato. Que la causa, veintidós años después, se le viene encima, como si el cuerpo de Sergio Ávalos estuviera enterrado en su propio jardín. ¿Qué intereses fundamenta semejante compromiso para el encubrimiento de un asesinato? ¿Se trata del histórico desprecio a una parte de la sociedad o de resguardar operaciones aún más comprometedoras que un asesinato? ¿Qué puede ser más comprometedor para la institución policial y los funcionarios del MPN que un asesinato? ¿Qué tiene que esconder la policía de Neuquén, aparte del cuerpo de Sergio? ¿Qué tenía que esconder, en ese momento, el Movimiento Popular Neuquino?
Kechu | Cinco
La premiación
En Argentina si sos un buen verdugo que aporta a la consigna patriótica de “repoblar el país” y blanquear la nación, el Estado te premia con ascensos y resguarda tu integridad con traslados, incluidos puntos internacionales.
En el caso de Santiago Maldonado, el único imputado por su asesinato, el gendarme Emannuel Schazu, fue ascendido de rango, absuelto en la causa y trasladado a España (en ese orden cronológico), así como también fue reconocido en varias oportunidades por la actual Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. ¿Qué opinará Patricia Bullrich de Sandra Taboada? ¿La premiará también, en el caso que los policías logren quedar absueltos? ¿Sentirá que es una injusticia que la juzguen (en el caso de que llegue a juicio)?
Uno de los policías imputados por el crimen de Sergio Ávalos fue trasladado a Paraguay, mientras que Sandra Taboada asumió el cargo como jefe de fiscales en la ciudad de Zapala. Ese movimiento de piezas estratégico nos habla de la importancia de ambos actores dentro la causa: ¿el brazo ejecutor y la encubridora? ¿La dueña del videoclub y el torturador?
La utilización de la ficción para comprender la realidad es justamente un ejercicio pedagógico que nos puede ayudar a asimilar la realidad, muchas veces confusa: Sandra Taboada era la persona encargada de llevar adelante la investigación de la causa, de representar a la familia de la víctima. La familia Ávalos puso las manos en el fuego por Sandra Taboada (como lo hace cualquier familia que es representada por un/a fiscal). La familia Ávalos se autoconvenció que el Estado iba a hacer bien las cosas y que iba a beneficiar el curso de la causa. Incluso los fiscales utilizan este discurso. Lloran delante de los familiares, muestran empatía, pronuncian frases como: “yo los entiendo, yo también perdí un familiar”. Pero Sandra Taboada en la primera esquina los cagó. “Les hizo el abrazo del oso”, como suele repetir Leandro Aparicio, abogado actual de la familia Ávalos.
En el film “Bastardos sin gloria (2009)” de Quentin Tarantino, el personaje de Shosanna interpretado por Mélanie Laurent, pergeña encerrar a la cúpula más alta del nazismo (incluido el führer Adolf Hitler) dentro de un cine de su propiedad, prendiendo fuego las cintas de nitrato (inflamables) que contenían las películas. Decenas de cintas apiladas, ardiendo en pocos segundos. Sandra Taboada contraria a esto, comprometió su pellejo para salvar a los verdugos sellando un final eterno y sin remate (por lo menos esa fue su intención). ¡El pacto de silencio comienza con Taboada! ¿Qué hubiera pasado si el caso no hubiera sido asumido por los abogados Leandro Aparicio y Sergio Heredia? Ellos, como letrados particulares, hicieron el trabajo que nunca hizo Sandra Taboada.
¿Fiscal, acumuladora compulsiva o la dueña de un videoclub?
¿Cuál habrá sido, en el ámbito privado, el regalo que le otorgó la policía provincial de Neuquén a Sandra Taboada para sellar el pacto de impunidad? ¿Cómo la premió el MPN a Sandra Taboada? ¿El pacto de impunidad consiste en que Sandra Taboada también, al igual que los funcionarios públicos de la provincia de Neuquén, permanezca intocable dentro de la causa?
Ricardo Morales, uno de los personajes principales del film “El secreto de tus ojos (2009)”, interpretado por Pablo Rago, tuvo que postergar su vida para poder encontrar justicia; someterse a los tiempos y los pasillos siniestros de la justicia argentina en tiempos de represión y dictadura. Juan Campanella, director de la película, es contundente con la construcción del mensaje visual, mostrándonos al final de la historia, como la vida de Morales quedó encadenada al victimario que asesinó a su esposa. Desde el día uno, Asunción Ávalos direccionó toda su existencia en un solo sentido: encontrar a los victimarios de su hijo para que confiesen adónde se lo llevaron, adónde lo escondieron, adónde lo enterraron. Es la única forma de encontrarlo. Es la única forma de saber la verdad. Esa es la única esperanza de Asunción. Todo lo demás se ha disipado, ha tomado un color opaco, ocupando un segundo plano. Y eso Asunción lo sabe y también le hiere. El latido del pulso de Asunción galopa al ritmo de la búsqueda de Sergio. Esos caminos pronto se unirán.
La justicia muchas veces es poética, pero también lacerante y dañina. Conviven. Y se tocan en los extremos. Asunción no se puede ir de este mundo sin saber dónde está su hijo; este mundo no puede permitir que Asunción se vaya sin saber dónde está su hijo. De eso trata esta pesquisa a la cual la dueña del videoclub es esquiva, propagandista del engaño, instigadora de la desesperanza y el silencio.
Asunción Ávalos no podrá construir una celda de acero y permanecer custodiando la condena que se merece Sandra Taboada. Es la función del resto de la población construir las armas judiciales necesarias para que estos operadores estatales no sigan cumpliendo el rol de coautores en la desaparición forzada de jóvenes de piel oscura y risa grande. De que ellos, los fiscales, encargados de realizar las investigaciones, a la inversa de sus funciones, pierdan las pruebas, no realicen las pericias pertinentes, construyan falsas teorías incontrastables para dilatar el dolor, para que los familiares perezcan en la incertidumbre más abyecta. ¿Existe un comportamiento más repudiable?
La dueña del videoclub, una sórdida encubridora.













