Por Javier Cabero
El nuevo presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, hace pocos días declaró solemnemente ante la prensa, lo siguiente: “Si hay compañeros en esta sala que son aportantes, no hay sus aportes en la Gestora, (entidad pública, responsable del Fondo de Pensiones), se los gastaron. ¿Voy a decir que hay los aportes? No, no hay los aportes”. Asimismo, adelantó que en los próximos días iba a revelar datos “extraordinariamente escalofriantes” en lo que corresponde a la corrupción.
Escuchar semejantes afirmación sin duda ha debido ser escalofriante, no solo para los afiliados a la Gestora, sino para la ciudadanía en su conjunto. Es muy probable que al escuchar la noticia, en el caso de los jubilados y personas aportantes, una buena parte se deprimió o tuvo un ataque de ansiedad. Quien sabe si hubo alguien que pensó en suicidarse. No era para menos. Según la declaración de Paz, no quedaba ni un dólar, pues “se los gastaron”.
Por analogía, muchos bolivianos y bolivianas han debido pensar que la situación del país era gravísima; si los casi 30 mil millones de dólares en poder la Gestora habían sido robados por el anterior gobierno, era muy probable que las reservas internacionales, el oro depositado en las bóvedas del Banco Central, y la medalla presidencia con sus diamantes, ya no existían. Estábamos en la miseria absoluta. Mas aún, al recordar que Paz declaró a mediados de noviembre que el gobierno cesante había robado 15.000 millones de dólares y que por tanto “el Estado boliviano estaba muerto”. A pesar de que Paz no presentó ninguna evidencia, muchas personas han debido creerle, reaccionando emocionalmente.
A pocas horas del comentario del presidente Paz sobre la Gestora, su ministro de Economía, Gabriel Espinoza, hizo una declaración a la prensa informando que el pago de pensiones, jubilaciones y seguros, estaba garantizado. Declaración veraz, pues ya a fines de Noviembre estaban pagando la Renta Dignidad de ese mes. El pago además incluía, de manera insólitamente generosa, la renta de Diciembre y de yapa, el aguinaldo también. Lo que Espinoza hizo en fin de cuentas, fue desmentir al presidente Paz al demostrar que el dinero depositado en la Gestora si existía. Por lo tanto, era falsa la afirmación de que “no quedaba nada” de dinero.
A estas alturas podríamos preguntarnos si Paz es un mitómano, un desinformado, o simplemente cometió un lapsus linguae. Empero no es así. A mi parecer su conducta no corresponde a ninguna de estas opciones. Paz, está poniendo en juego su credibilidad en pro de un objetivo, de un logro mayor. Lo más probable es que esté usando estos mensajes escalofriantes de manera instrumental. Sus declaraciones de que el anterior gobierno “dejó una cloaca”, “que robó 15.00 millones de dólares” o que “no queda un centavo en el Fondo de Pensiones”, son globos de ensayo para medir la reacción popular y a la par allanar el camino a medidas antipopulares. Como bien señala Naomi Klein en su libro, la “Doctrina del Shock”, los gobiernos neoliberales provocan deliberadamente shocks psicosociales mediante mensajes alarmantes para generar conmoción y confusión. De este modo imponen medidas neoliberales, como ser privatizaciones, sin mayor resistencia.
En este afán tiene de asesor en comunicación a Fernando Cerimedo que tiene un currículo muy respetable. Trabajó en Brasil como asesor de Bolsonaro, logrando que ascienda de ser un parlamentario más en el montón, a presidente. En Argentina trabajo para Milei y luego, hace poco tiempo, en México, en la campaña que intentó movilizar a la generación Z en contra de la presidenta Scheinbaum, mediante una campaña internacional, según informa El País https://elpais.com/mexico/2025-11-13/el-gobierno-vincula-la-marcha-de-la-generacion-z-con-una-campana-internacional-de-desinformacion-estimada-en-mas-de-90-millones-de-pesos.html
Tal movilización fue muy violenta, con 120 heridos según informa el mismo medio de prensa, medio de prensa de México https://elpais.com/mexico/2025-11-19/vinculados-a-proceso-tres-de-los-ocho-detenidos-tras-la-marcha-de-la-generacion-z.html
Según Tomás Monasterio, quien fue diputado uninominal por Demócratas, “Cerimedo es experto en campañas sucias, manipulación digital, trolls, cuentas falsas, granjas de bots, inteligencia artificial y desinformación. Ha sido investigado en varios países por operar redes de fraude, atacar adversarios y sembrar caos electoral”.
El hecho es que el Gobierno tiene varias decisiones claves para la economía nacional que están pendientes, postergadas, como ser, eliminar o mantener la subvención a los carburantes, eliminar los vetos temporales aplicados para mantener el abastecimiento interno y los precios a los consumidores bolivianos de productos vitales para canasta familiar como ser carnes de pollo, cerdo y res, azúcar, aceite, leche, huevos, liberar el mercado de tierras, reduciendo al mínimo las exigencias legales, entre muchas otras.
Tales temas seguramente se están discutiendo y afinando en cofradía, vigilados, quien sabe, por el ojo de Trump. Allí estarán representantes de la CAO, junto a lideres del agropoder que ahora tienen cargos de ministros. También estará Doria Medina, junto a su equipo económico. En suma, la plutocracia tejiendo los hilos de un porvenir muy venturoso para ellos. No olvidemos que Rodrigo Paz es hijo de Jaime Paz, pionero de la privatización en Bolivia y que Doria Medina fue el operador del proceso de privatización en ese gobierno, tarea que le dio grandes réditos, facilitando que compre la fabrica de cemento de El Puente, ubicada en Tarija, en 15 millones, estando valuada en 48 millones de dólares
Así estamos y a esa situación nos encaminamos.













