Honduras en caos post electoral

Acusaciones de fraude, injerencia externa y el espectro de un golpe de estado

Por Giorgio Trucchi | Pressenza

Las cosas se complican en Honduras después de las elecciones generales del 30 de noviembre. Más de dos semanas después de la votación, aún no se ha declarado un ganador y los rumores de un fraude en gestación y de un posible “golpe electoral» son cada vez más fuertes.

Con más del 99% de los votos transmitidos con el cuestionado sistema de transmisión de resultados preliminares (Trep), el candidato conservador Nasry Asfura, quien gozó del apoyo descarado del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, supera por unos 40 mil votos al otro candidato del bipartidismo Salvador Nasralla.

Ambos encarnan el modelo extractivista neoliberal que promueve la privatización de lo público, devora territorios, saquea las arcas del Estado y abre la puerta al capital transnacional que se traga bienes comunes y servicios básicos.

Más atrás la candidata del gobernante Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, quien no escatima fuertes acusaciones de graves irregularidades y manipulaciones del Trep, así como de injerencia extranjera y coerción por parte de las maras (pandilllas) vinculadas al crimen organizado.

Se estima que al menos 4 millones de mensajes fueron enviados a los teléfonos de los votantes que reciben remesas familiares desde Estados Unidos. Varias las amenazas recibidas: desde el cobro de impuestos sobre las remesas a represalias y hasta expulsiones.

Pruebas del fraude

Según los datos proporcionados por el miembro del Consejo Nacional Electoral (CNE), Marlon Ochoa, serían más de 5.000 las actas con cero votos, casi la misma cantidad sin medidas biométricas y más del 95 por ciento de actas transmitidas a través del Trep presentan errores e inconsistencias entre el registro biométrico y el contenido del acta. Se estima que al menos dos millones de votos se vieron comprometidos por irregularidades de diferentes tipos.

Además, el propio Trep no pudo leer, ni interpretar correctamente los números manuscritos de votos en las actas y trasladaba votos de un candidato a otro o de un partido a otro.

Se estima que al menos 17 mil actas (de un total de poco más de 19 mil) fueron retenidas dentro del sistema de transmisión durante más de 40 horas, mientras que la página oficial de divulgación de los resultados permaneció inactiva durante días, sufriendo también continuas interrupciones.

“El Trep fue manipulado en su código fuente y el software fue adulterado e intervenido a espaldas de los técnicos responsables”, dijo Ochoa.

«Una matemática hecha a medida del bipartidismo con apoyo público de Washington. Una operación coordinada entre fuerzas internas de la cúpula del bipartidismo y una injerencia extranjera aliada, que está imponiendo una decisión electoral que sólo corresponde al pueblo soberano”, agregó.

En los días previos al voto, el propio Ochoa había denunciado fallas graves durante un simulacro de funcionamiento del Trep, así como un plan orquestado por el bipartidismo para desestabilizar el proceso electoral y avanzar con el fraude.

Arrojando más leña al fuego, las dos consejeras del Cne puestas por los partidos tradicionales (PNH y PLH) decidieron hacer una selección de 1081 actas – ampliada luego a un poco más de 2 mil – de un total de más de 17 mil enviadas a revisión por diferentes tipos de inconsistencias e irregularidades. Una actitud que choca con la exigencia de Libre de ir a un reconteo voto por voto.

Además, suenan fuertes los rumores de una negociación entre los dos partidos tradicionales, para llegar lo más pronto posible a una declaración final del ganador de los comicios, aplacando la incertidumbre que se está propagando a nivel nacional, así como el nerviosismo de la comunidad internacional.

A ese propósito vale la pena recordar que el Consejo Nacional Electoral tiene hasta el 30 de diciembre para realizar, por unanimidad, la declaratoria oficial de los resultados de las elecciones generales. De no realizarse en el tiempo establecido, será el Congreso Nacional a determinar quién será el nuevo presidente.

La mano del crimen organizado

Una situación que, sin embargo, no parece socavar la confianza de las misiones de observación electoral de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos (Oea). Para sus integrantes todo el proceso ha sido transparente y sólo solicitan que se llegue lo más pronto posible a la declaratoria final.

Tampoco la declaración emitida por el Consejo Permanente de la Oea, en la que pide respetar la transparencia del proceso, la autodeterminación del pueblo hondureño y la revisión de los votos emitidos, tiene la contundencia necesaria ante un escenario sumamente complicado.

Definitivamente preocupante es, además, el contenido de la investigación realizada por The Incept, en la que se revela la coincidencia de intereses y apoyo político al candidato Asfura entre la administración Trump y la tenebrosa Mara Salvatrucha (MS-13), ya incluida por Estados Unidos en la lista de organizaciones terroristas.

Llamadas y mensajes directos con graves amenazas a la población y un ultimátum: votar por Asfura o apegarse a las consecuencias. Los miembros de la MS-13, incluso, llevaron a la gente a votar en mototaxi, fueron a amenazar casa por casa, y hasta fueron vistos revisando las papeletas dentro y fuera de las juntas receptoras de votos.

Y mientras el partido Libre, reunido en asamblea extraordinaria, denuncia el intento de golpe electoral, condena la injerencia estadounidense y el indulto otorgado al expresidente Juan Orlando Hernández, condenado a 45 años de cárcel por crímenes relacionados con el narcotráfico (400 toneladas de cocaína ingresadas a Estados Unidos) y exige un reconteo voto por voto, desconociendo cualquier resultado que pueda emitir el Cne, la presidente Xiomara Castro lanzó una alerta urgente.

No sólo los militares reprimieron violentamente una protesta pacífica de activistas de Libre que custodiaban el local donde se revisaban las actas, sino que las posibilidades de que esto escale de un golpe electoral a un golpe de Estado aumentan cada día.

“Las elecciones son nulas y carecen de cualquier valor. Vamos a denunciar el golpe electoral en Naciones Unidas, en la UE, Celac, Oea. La soberanía no se negocia y la democracia no se entrega. El pueblo jamás debe aceptar elecciones con injerencia y chantaje”, dijo en un comunicado.

Luego pidió el despido inmediato de quienes ordenaron la represión en la noche del 15 de diciembre, lo que se llevó a cabo de inmediato y fue anunciado por el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Roosevelt Hernández.

Castro hizo también un llamado urgente a la población.

Ante esta grave situación, Castro solicitó el respaldo inmediato del pueblo hondureño.

“Convoco al pueblo, a los movimientos sociales, colectivos, organismos de base, militancia y ciudadanía a concentrarse de manera urgente y pacífica en Tegucigalpa, para defender el mandato popular, rechazar cualquier intento golpista y hacer visible ante el mundo que aquí se gesta un nuevo golpe”.

La respuesta ha sido inmediata y este 17 de diciembre, una gran multitud se concentró frente a la casa presidencial donde se reafirmaron unos puntos claves: “nulidad de las elecciones, respeto a la soberanía del pueblo y reconocimiento de lo que el pueblo decidió en las urnas. Frente al fraude, no hay silencio ni resignación”.

Las próximas horas serán clave para el futuro de Honduras.