Propuestas o slogans y eufemismos
Es tiempo de elecciones y tiempo de discursos salvadores. Discursos que en las «nuevas derechas» se basan en un fuerte componente emocional y populista, utilizando las redes sociales para conectar con miedos profundos que dan pie a la construcción retórica de soluciones carentes de implementación; la búsqueda e identificación de chivos expiatorios a quien responsabilizar de los males sociales, la apelación exacerbada a la seguridad, la tradición y la reducción del Estado. Retrocesos en derechos fundamentales, en favor del libre mercado y la propiedad privada, defendiendo los intereses de élites económicas con corrupción incluida, instalando en la esfera social la separación entre “buenos” y “malos”, entre “los nuestros” y “los otros” fragmentando la sociedad, y un “sálvese quien pueda” y como pueda.

Seguridad pública, Mano Dura
Los comentaristas políticos, nos explican que Kast puntea la lucha de los cuatro candidatos de derecha para pasar al balotaje, en base a una estrategia electoral de hablar sólo de temas de seguridad pública y crecimiento económico. Lo que implica eludir todo tema valórico de su agenda oculta de ultraderecha. Así llegan a machacar con su denominado “Plan implacable”, que parte por el aumento de cárceles, sin atender a que ya existe el Plan Maestro de Infraestructura Carcelaria que proyecta la construcción de 28.850 nuevas plazas en 10 años. Y tampoco que, a fines de junio de 2025, la población penal en Chile alcanzó su máximo histórico con aproximadamente 61.000 internos, lo que representa un grave problema de sobre población carcelaria, dado que la capacidad actual nacional del sistema penitenciario es de cerca de 42.000 plazas. Es decir, parte sin leer lo que está pasando, y solo le da para eslogan sin fundamentos.

Su segundo punto es el fin absoluto a los narcofunerales, sin considerar que el pasado 22 de noviembre de 2024, el gobierno promulgó la ley que restringe los funerales de riesgo con el fin de limitar y prevenir los delitos y actos de violencia asociados a los narcofunerales. Nuevamente propone cosas que ya están legisladas, pero coloca su segundo eslogan.

Su Plan implacable sigue con Penas más duras (que es resorte del poder judicial y no del gobierno); y también permite la defensa directa de la ciudadanía. Este eufemismo habla en realidad, de una lucha directa entre personas civiles que portan armas, al estilo norteamericano, experiencia que no logra detener la delincuencia, y, por el contrario, penosamente, en ese país con este tipo de ideas se contabilizan más de 15.700 muertos por arma de fuego en el año 2024; y este año se cuentan al menos 54 asesinatos cada día.

Así que son evidentemente dos pésimas respuestas a la problemática.

Cierra su propuesta con una copia del peor momento de Piñera, cuando declara: “estamos en Guerra”. Es el desentierro de la política pinochetista del “enemigo interno”, donde se desconfía y persigue a toda persona que no calce con el perfil que ellos determinan como gente normal.

Esta batería de proclamas destinadas al fracaso, solo se entienden en un momento social de temor desproporcionado. Pero, ¿cómo comprender el aumento de la percepción de inseguridad, cuando la estadística muestra que no han aumentado los delitos de manera significativa? Ciertamente los medios de comunicación, que cada mañana por todos sus canales, muestran una noticia de violencia delincuencial que se puede informar perfectamente en un minuto, o hasta en cinco, si se quiere profundizar. Pero las pautas le dan HORAS al aire, en una insana editorial morbosa, que cualquier especialista del comportamiento, dirá que provocan temor en los telespectadores, y en su entorno. Medios intencionalmente propagando una enfermedad social impunemente, y todos ellos en manos de las derechas, con candidatos que se apalancan en ese terror ciudadano infringido.

Crecimiento económico: commodities versus industrialización

Las promesas electorales de Kast, que versan sobre resolver el estancamiento de la economía nacional, resultan insostenibles en la lógica del neoliberalismo aplicado en Chile, que se sustentan exclusivamente en las exportaciones de materias primas, en un ambiente con una elite de mercaderes y no de empresarios. Sin atender a un diagnóstico del problema estructural de nuestra economía, toda retórica resulta falacia interesada, en realidad, en sostener los privilegios de las minorías acaudaladas, condenando a las mayorías trabajadoras, cesantes y jubiladas, a una permanente situación vital precarizada. No basta frente a esta gran necesidad, con las recetas de cuidar a los ricos para tener un chorreo hacia las mayorías que sufren una pobreza crónica.

No existen en el planeta casos de naciones que crecieran económicamente de manera proyectable, sin un plan de industrialización, y esto es definitivo.

Kast también en este tema engaña una vez más al electorado. No existe en su programa un verdadero plan para el crecimiento económico. Y, adicionalmente, no se puede tomar en serio su propuesta de recortes al presupuesto nacional por seis mil millones de dólares, que incluso la centro derecha es definitiva en afirmar la inviabilidad de tal delirio.

Empleo, dinámica de las nuevas tecnologías
El desempleo sigue siendo una de las principales preocupaciones en Chile, con una tasa cercana al 9% y con altos niveles de informalidad laboral, cuyas cifras oficiales son cuestionadas por economistas independientes. En este escenario, el tema del trabajo ocupa un lugar central en la campaña presidencial general, donde Kast plantea propuestas que giran en torno a eliminar la indemnización individual por años de servicio, mayor flexibilidad laboral, reforma para limitar las atribuciones de la Dirección del Trabajo y defensa de los ahorros previsionales. Sin embargo, estas medidas favorecen abiertamente al empleador, precariza el empleo y carecen de claridad sobre cómo sostener el sistema previsional. La cereza del pastel, la defensa de los ahorros previsionales, algo que lanzaron como “Chao préstamo” que forma parte central de la reforma previsional y que es justamente el mecanismo que permitirá subir gradualmente las pensiones a partir de enero. Esto sin explicar cómo reemplazará dicho mecanismo sin subir los impuestos. La paradoja es que hace solo días, Kast sumó a su campaña a Bernardo Fontaine, quien justamente es considerado el “padre” de la propuesta del préstamo.

El discurso de Kast se inscribe en la narrativa de la “nueva derecha”, que idealiza el pasado de crecimiento económico bajo el modelo neoliberal de los 90, obviando sus efectos de desigualdad, concentración económica, crisis ambientales. Además, estas contradicciones, acumuladas y registradas como maltrato fueron parte del sustento del estallido social del 2019.

Pero Kast no ve nada de ello, y esto es tan evidente que nombra como coordinador de su equipo económico a Jorge Quiroz, a quien algunos señalan como un destacado economista, ¿sus méritos?, defender a empresarios acusados de colusión, como el de los pollos, el caso farmacias y de la ley de pesca, los grandes robos al bolsillo de las familias chilenas.

Otro punto crítico, es la ausencia de propuestas de Kast frente al impacto de la cuarta revolución industrial: inteligencia artificial, automatización, IoT y nanotecnología, que transforman aceleradamente el mundo del trabajo. Mientras la IA ya reemplaza tareas humanas, el programa de Kast se enfoca en restaurar un pasado ilusorio, sin responder a los desafíos reales que traerán las nuevas tecnologías. Cambios que algunos ven como un peligro, otros como una oportunidad. Como sea, el mundo cambió y una propuesta presidencial que pretende restaurar, recuperar épocas pretéritas (no tan brillantes como creen) nos propone caminar hacia una ilusión donde ganan los de siempre, aunque “los de siempre” esta vez pueden ser otros.

Kast es un peligro para el país
Finalmente, se puede afirmar por lo descrito, sumado a que Kast y su grupo no cuentan con una meridiana experiencia en tareas de la burocracia del Ejecutivo, que, si eventualmente es electo, será un desastre para el país.

Tal situación se agrava por su forma de hacer política, en que, desde su reciente nacimiento partidario en 2019, republicanos no participó en ningún acuerdo en temas pequeños, medianos ni grandes, aferrándose a una postura ideológica irreductible, que lo lleva a votar en contra de todo tema en discusión puesto en tabla desde el gobierno en el Congreso Nacional.

Y también se debe constatar que, cuando republicanos ganó la mayoría para el segundo intento de nueva Constitución, no supo liderar para lograr una redacción que se ajustara al acuerdo de los partidos, y se volcó sobre sus premisas de ultraderecha, lo que llevó a un segundo fracaso al país en el tema constitucional.

Pero sin duda, lo realmente amenazante es esa agenda oculta en su discurso electoral actual, que apunta a imponer una democracia autoritaria y protegida, con base en la religión y la moral cristiana radicalizada, la patria y sus símbolos. Contraria a la ciencia, a los avances civilizatorios, a el cambio de situación de la mujer, las diversidades sexuales, los migrantes, las y los trabajadores en sus roles y derechos en la sociedad. Una creencia en unas supuestas «jerarquías naturales», estructuras de autoridad y predominio de las elites.

Sin lugar a dudas, Kast es un peligro para Chile

 

Redacción colaborativa de M. Angélica Alvear Montecinos, Guillermo Garcés Parada, César Anguita Sanhueza, Ricardo Lisboa Henríquez, Sandra Arriola Oporto y Claudio Medina Briones.
Comisión de Opinión Pública