Una nueva lucha para evitar el «avance de la privatización de la educación pública» emprendieron alumnos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) quienes tomaron la ciudad universitaria exigiendo la anulación de cobros por segunda carrera, mejoras en la infraestructura, el aumento de raciones diarias en el Comedor Universitario y el archivamiento de procesos penales y administrativos contra dirigentes estudiantiles, entre otras demandas.
Los alumnos de diversas facultades realizaron la toma pacífica de la Ciudad Universitaria el pasado miércoles 10 de setiembre en la ciudad de Lima, en rechazo a lo que señalan como un “proceso de privatización” de la educación pública.
Como se conoce, la universidad Decana de América es una casa de estudios superior pública que al 2023 albergaba más de 45 mil alumnos, 34 mil de pregrado y 11 mil de posgrado aproximadamente, y donde se imparte enseñanza gratuita según la Ley N° 30220, para la primera carrera.
No obstante, mediante modificaciones al Reglamento General de Admisión 2026- I actualmente la UNMSM estableció que el costo de matrícula para una segunda carrera ascienda a 1000 soles y una pensión de 300 soles. “Un profesional está en condiciones de solventar los gastos para una nueva profesión” señalan los representantes de la universidad.
Por su parte, representantes de la Federación Universitaria de San Marcos (FUSM) señalaron que los gremios estudiantiles rechazaron estos mecanismos, ya que consideran que el Estado debe asignar mayor presupuesto, en vez de cubrir ese déficit con los cobros a los estudiantes.
Ante la protesta, el Rectorado de la universidad, liberado por la rectora Jerí Ramón, señaló en comunicado que “se incrementarán las raciones del comedor universitario”, “sobre la segunda carrera para graduados, solo se pagará la matrícula y no habrá pago de pensión”, entre otras medidas. Pero la FUSM oficializó una protesta indefinida “frente al atropello del derecho a la educación”.
Múltiples demandas
Los estudiantes explicaron que la protesta se realiza por la falta de acuerdo durante la Mesa de Diálogo Institucional que se realizó el 26 de agosto pasado, en la que entregaron solicitudes formales a la universidad, pero no recibieron respuestas satisfactorias.
La Federación Universitaria de San Marcos (FUSM) indicó que las demandas son diversas: exigen la anulación de modificaciones restrictivas en el Reglamento de Admisión 2026-1, la eliminación de cobros por segunda carrera, la mejora de la infraestructura, aumento de las raciones diarias en el comedor universitario a 700 desayunos, 2600 almuerzos y 1050 cenas, la ampliación de horarios de atención de baños y mejora de la plataforma digital.
También exigieron el desistimiento y archivamiento de procesos penales y administrativos contra dirigentes y estudiantes por su participación en actividades gremiales, la atención a denuncias por violencia sexual, el aumento de lactarios, la eliminación del cobro por uso de laboratorios y reducción de la tarifa del examen de admisión. Además, bajar el costo del bachillerato al 50% y la eliminación del costo del carné universitario, así como la construcción de un tercer pabellón de residencia y un nuevo comedor en la Puerta 7.
Brecha en el acceso a la educación superior
Las protestas de los alumnos se desarrollan en un contexto social de amplias brechas en educación.
Según la Secretaría Nacional de la Juventud (Senaju) del Ministerio de Educación solo el 30,9% de jóvenes peruanos lograr transitar satisfactoriamente a la educación superior, 21 de cada 100 jóvenes logran concluir su educación superior (técnica y universitaria); 46 de cada 100 jóvenes interrumpieron su educación técnica y 17 de cada 100 interrumpieron su educación superior universitaria. Además, solo el 20,1% de la población rural transitó a la educación superior.
Esta problemática educativa se debe principalmente a factores económicos como el alto costo de la matrícula y falta de financiamiento, la situación de pobreza y falta de recursos, entre otros.
El acceso equitativo y calidad educativa para todos es la gran demanda en esta nueva jornada de protestas. Al cierre de edición, la Policía Nacional se mantenía en los alrededores de la universidad para evitar desmanes, mientras que los estudiantes ratificaban su protesta pacífica.













