POEMA
Sorprendentes;
como aquellas
armoniosas
arcadas,
que se yerguen
majestuosas,
recortando el
plácido
paisaje alpino.
Sorprendentes;
como los
albinegros
mosaicos,
con reminiscencias
del juego ciencia;
engalanan de
encanto
la claridad
del mediodía.
Sorprendentes;
como los
aromas de
mil jardines y
aquella
música que
tenuemente
llega al alma,
como lejana
letanía.