Desde la Red Humanista de Noticias de Salud REHUNO Salud ponemos en marcha un lugar de intercambio donde encontramos una nueva mirada sobre la vida cotidiana basada en una psicología experiencial y existencial (la Psicología del Nuevo Humanismo), y que da unas propuestas concretas de trabajo personal para llegar a un sentido pleno de nuestra existencia y a una vida libre de sufrimientos innecesarios. No es, por tanto, una psicología terapéutica ni que trate sobre ninguna patología, sino que va dirigida a cualquier persona que quiera comprenderse a sí misma y tener herramientas, si así lo desea, para iniciar un cambio positivo en su vida. El bienestar psicológico es sin duda una de las bases de la salud integral, por ello es un aspecto al que hay que atender. Te invitamos a poner en práctica estas propuestas y también a que te comuniques con nosotros y nos cuentes tu experiencia. ¡Escríbenos!

Por Jordi Jiménez 

Durante siglos se ha utilizado la siguiente forma para transmitir conocimientos y habilidades de unos a otros: el que tiene la información (como si fuera un objeto que se posee) la explica a los que no la tienen y éstos la escuchan pasivamente. Se supone que por el simple hecho de escuchar esa información los receptores la “aprenden” y la incorporan a sus conocimientos sin más, en una especie de aprendizaje pasivo, también denominado “clase magistral”.

Así que podríamos hablar de aprendizaje activo cuando las personas, que tienen que incorporar ciertos contenidos, hacen algo con ellos además de escucharlos, ya sea relacionarlos entre sí, sintetizarlos, ordenarlos, resumirlos o incluso, transmitirlos a otras personas.

Desde luego que muchas personas tienen una memoria excelente y son capaces de «estudiar» un texto y luego vomitarlo tal cual en un examen, obteniendo así una buena nota o certificado de que esos contenidos ya han sido aprendidos e incorporados por esa persona. Sin embargo, al cabo de unos días esa misma persona es incapaz de hablar del tema, salvo en algunos detalles que le llamaron la atención y quedaron bien grabados. Hay estudios que muestran que con el aprendizaje pasivo en una clase magistral (escuchando al profesor) tiene una tasa de retención del 5% y leer el libro de texto una retención del 10%. Es conocida la pirámide del aprendizaje donde se puede ver gráficamente los porcentajes de retención al cabo de dos semanas en función del tipo de aprendizaje.


Ya hace más de tres décadas (Cesar Coll, 1990) que se postularon las teorías constructivistas sobre el aprendizaje activo. El constructivismo es una teoría, ampliamente aceptada y utilizada, que afirma que el estudiante no adquiere el conocimiento de una forma pasiva, sino activa, lo que propicia un aprendizaje significativo (Tigse Parreño, 2019). 

Circuitos de conciencia

Pero nosotros vamos a describir, desde el punto de vista de los registros, los mecanismos que se ponen en marcha en los aprendizajes activos. En el artículo anterior hemos dado unas pinceladas sobre los circuitos de la conciencia. Uno de los circuitos esenciales, en el caso del aprendizaje activo, es el circuito de realimentación de los impulsos. Antes de nada, veamos el circuito completo que recorren los impulsos en nuestra conciencia:

En este caso nos interesan los circuitos de “sensación interna” y de “sensación de la respuesta”. Obviamente, todos los circuitos y aparatos están implicados en el aprendizaje, pero en el aprendizaje activo tienen especial importancia estos dos circuitos de realimentación.

Como se puede ver, los estímulos externos llegan a sentidos (1), pasan a memoria (2) y luego a conciencia donde se coordinan y sintetizan todas esas señales. A partir de esa síntesis en forma de imagen mental, se activan los centros de respuesta y, digamos, sale esa respuesta al medio externo. Pero también tenemos sensores que detectan la respuesta y envían esa señal a los sentidos internos (3) obteniendo una sensación de la respuesta. Previamente, de la actividad de los centros de respuesta, también tenemos sensación interna que activa los sentidos internos. Desde luego que esas sensaciones de la actividad hacia el medio externo, después de ser captadas por los sentidos internos, van a memoria (2) y conciencia las analiza y sintetiza igual que hace con el resto de señales.

En un modelo de aprendizaje pasivo, las señales llegan por sentidos externos, van a memoria y a conciencia, que las analiza y sintetiza, y ahí queda la cosa. Como mucho, esos estímulos pueden generar imágenes que no llegan a centros, ya que no hay intención de generar una respuesta al medio externo. Sin embargo, cuando se tiene que “hacer” algo con esos contenidos que están llegando a sentidos, cuando se tiene que elaborar una respuesta, se ponen en marcha, por un lado, la elaboración de imágenes mentales con esa finalidad y, por otro lado, los circuitos de realimentación (3) que nos dan sensación de esa respuesta. No debemos olvidar que nuestra conciencia es, ante todo, intencional. Por ello, en función de la intención que se tenga, las imágenes y las respuestas serán de un tipo o de otro. Todos lo hemos experimentado en alguna ocasión. Alguien nos está dando una conferencia que no nos interesa especialmente con la que no hay que hacer nada y que no tiene ninguna consecuencia inmediata. Nos relajamos y escuchamos de forma casi distraída. Alguna cosa nos llama un poco más la atención porque la podemos relacionar con algo que nos interesa un poco más o que nos recuerda algo. Al no haber ningún requerimiento, dejamos que las palabras entren y salgan de nosotros sin más. 

En otra ocasión, la charla que estamos escuchando va a entrar en el examen final de la asignatura, así que ponemos los cinco sentidos, tomamos notas, marcamos lo importante, hacemos un resumen, etc. Luego intercambiamos apuntes con otros compañeros, hablamos del tema con ellos y consultamos exámenes anteriores con posibles preguntas sobre ese tema. Es evidente que toda la actividad desplegada en el segundo caso refuerza enormemente la integración de los contenidos, motivada, desde luego, por el gran interés que tengo en no suspender ese examen. Intención e interés van muy de la mano en general. 

Un ejemplo muy diferente sería el aprendizaje de la escritura con el teclado de ordenador. Las teclas están colocadas en ciertas posiciones espaciales y nuestros dedos tienen que ir apuntando a esas posiciones para presionar cada tecla. Al principio cometemos muchos errores, pero es gracias a esos errores (sensación de la respuesta) que vamos modificando el movimiento de nuestros dedos hasta que acertamos con la tecla que queremos (sensación de la respuesta, en este caso correcta). Se podría decir que el aprendizaje se produce también gracias al error, ya que sin errores no sería posible distinguir el acierto. ¿Cómo sé que algo es un acierto? Porque he tenido registro (y sensación) del error y esto no lo es.

En síntesis, si queréis incorporar e integrar realmente algún conocimiento, haced algo con él, enseñadlo a otros y no tengáis ningún miedo a equivocaros. Y esto sirve tanto para los conocimientos académicos y técnicos como para los conocimientos internos o existenciales.