Por Efren Osorio*
Numerosos acontecimientos sacuden nuestro planeta, situaciones que pensábamos estaban superadas socialmente hoy vuelven a emerger; ideologías, creencias y planteos que creíamos enterrados en el viejo y doloroso baúl de los recuerdos del Siglo XX resurgen hoy con fuerza, encontrando eco en amplios sectores sociales que, en teoría, deberían rechazarlas. Cada día la crisis se agudiza y nos sorprendemos frente a lo que hoy parece increíble, pero mañana será parte de la normalidad al enfrentarnos a un nuevo “increíble” que nos volverá a sorprender. El “tempo histórico” se está acelerando cada vez más y necesitamos de referencias que nos permitan comprender este singular momento planetario. Por estas razones, hemos vuelto a releer los libros y documentos que Silo nos legó, buscando la comprensión de este momento desde nuestras propias fuentes doctrinarias, en lugar de hacerlo a través de la mirada de aquellos ‘formadores de opinión’ que, invariablemente, esconden intereses y manipulaciones.
El Paraestado y el antiguo orden que debe ser aniquilado
“… Está llegando el tiempo en que las mismas compañías, así como los campos y las ciudades, serán propiedad indiscutible de la banca. Está llegando el tiempo del Paraestado, un tiempo en el que el antiguo orden debe ser aniquilado…” (Silo, Documento Humanista, abril 1993)1.
Hace muy poco una frase fue televisada y trasmitida desde Norteamérica para todo el mundo: “Hoy está tomando forma en Estados Unidos una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que realmente amenaza toda nuestra democracia, nuestros derechos básicos y nuestra libertad». La frase anterior no fue pronunciada por ningún parlamentario de izquierda como Bernie Sanders o Alexandria Ocasio-Cortez, sino que fue dicha por el presidente Joe Biden en su discurso de despedida a la nación norteamericana2. Días después, el 20 de enero, Donald Trump asumió la presidencia acompañado de Elon Musk, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Sundar Pichai y Shou Zi Chew, los barones de las mayores empresas tecnológicas del mundo y cuyas fortunas en conjunto suman un total de $915.600 millones de dólares, es decir, casi diez veces el presupuesto de todo Chile para el año 2024 (US$ 92.000 millones).
Pero esta impúdica puesta en escena representó mucho más que una muestra de poderío económico, fue una notificación de que una nueva alianza oligárquica ha llegado al poder en los EE.UU. con la clara intención de diseñar un nuevo orden mundial. Ya no será el viejo complejo industrial militar (develado y denunciado por el Presidente Eisenhower el año 1961) quien se hará cargo del nuevo orden que se intenta imponer, sino que será esta nueva alianza entre las corporaciones tecnológicas más grandes del planeta y los multimillonarios contratos que maneja el Pentágono. Pero esta vez no será a la sombra sigilosa del poder, sino que se hará de manera desenfadada y pública, entre este pequeño grupo de multibillonarios tecnológicos que dicen odiar al Estado mientras simultáneamente firman billonarios contratos con el propio Estado. Es el Paraestado que sale de las sombras, con el claro propósito de normalizar esta aberrante relación entre el poder político, económico, militar y la necesidad de una nueva institucionalidad para el manejo de los datos y de la nube digital, que la industria de la Inteligencia Artificial necesita imperiosamente desregular y liberalizar.
Además, Trump ha anunciado la imposición de aranceles a distintos países y productos, haciendo trizas la sacrosanta doctrina de post guerra, del libre comercio mundial sustentada en los acuerdos de Bretton Woods y la propia Organización Mundial del Comercio. También decretó la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud, la retirada del Acuerdo de París sobre el cambio climático y del acuerdo de la OCDE para establecer un impuesto mínimo del 15% a las multinacionales. A lo anterior hay que agregarle sus amenazas de apoderarse del Canal de Panamá, anexar Canadá y comprar Groenlandia. Por otro lado, es evidente que los mensajes que le ha dado a Europa constituyen una embestida frontal en contra de la OTAN, al menos en su conformación que hemos conocido hasta ahora. El broche final fue constituir una mesa de negociación entre Rusia y Estados Unidos para terminar la guerra de Ucrania, ¡dejando afuera a Ucrania y Europa!, ridiculizando grotescamente a Zelensky y diciéndole a los países europeos con un velado desprecio de que “hay un nuevo Sheriff en la ciudad” y que “ya es hora de que los europeos se preocupen de su propia seguridad”. Resulta paradojal, pero en su aparente afán de lograr la paz en Ucrania, la administración de Trump está llevando a todo el planeta a una situación de inminente guerra que puede estallar en cualquier momento. Incluso, el Boletín de Científicos Atómicos advirtió de que la guerra en Ucrania «podría convertirse en nuclear en cualquier momento por una decisión precipitada, un accidente o un error de cálculo«3 , incluso el Gobierno Chino acaba de señalar que “China está preparada para cualquier tipo de guerra”4.
El Neoliberalismo ha muerto (y lo que viene no necesariamente será mejor)
“… El gran capital ya ha agotado la etapa de economía de mercado y comienza a disciplinar a la sociedad para afrontar el caos que él mismo ha producido. Frente a esta irracionalidad, no se levantan dialécticamente las voces de la razón sino los más oscuros racismos, fundamentalismos y fanatismo. Y si es que este neo-irracionalismo va a liderar regiones y colectividades, el margen de acción para las fuerzas progresistas queda día a día reducido…”, (Silo, Documento Humanista, abril 1993).
Hace muy pocos días – parafraseando a Napoleón – Trump escribió en su red social: “Quien salva a su país, no viola ninguna ley”5, fue su respuesta a la serie de demandas y recursos judiciales que se han multiplicado por todo EE.UU. y que llegarán finalmente a la Corte Suprema donde Trump tiene mayoría y una sentencia ya ejecutoriada que declaró explícitamente su “inmunidad penal en todos los actos que realice en desempeño de su cargo”6. Además, firmó una orden ejecutiva para restaurar la pena capital, instruyendo al Fiscal General a “perseguir la pena de muerte para todos los delitos cuya gravedad exija su aplicación”7. Por si fuera poco, también revocó la normativa NSM-20 que obligaba a EE.UU. a garantizar que sus armas vendidas en el extranjero no se utilizarán en violaciones del derecho internacional humanitario, enviando de esta manera, una poderosa señal de que a su administración “simplemente no le importa la forma en que sus socios utilicen las armas estadounidenses, por ilegal o inmoral que sea”, tal como señaló un ex funcionario de la administración Biden8. Por el lado de los inmigrantes y las disidencias sexuales, las medidas y los mensajes que se han entregado han sido realmente brutales, tratando de criminales y bárbaros a los inmigrantes, generando verdaderas redadas, deportándolos a Guantánamo y firmando un acuerdo con el presidente de El Salvador para el uso del Cecot, la terrorífica megacárcel construida por Nayib Bukele. Y, por si todo lo anterior fuera poco, Trump firmó una orden ejecutiva para sancionar a los integrantes de la Corte Penal Internacional (CPI) acusándolos de “acciones ilegítimas e infundadas contra Estados Unidos y nuestro aliado Israel«9. Cabe recordar que recientemente la CPI emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por los crímenes de guerra realizados en contra del pueblo palestino en Gaza. Estas sanciones en contra de la CPI es la luz verde para que el gobierno de Israel pueda continuar con el horroroso genocidio en contra de los palestinos. Peor aún, Trump acaba de difundir un grotesco y aberrante video donde devela públicamente sus delirios de transformar Gaza en un paradisiaco Resort, lleno de rascacielos y estatuas con su figura, donde lluevan los dólares10 y sin importar que para cumplir sus pulsiones megalomaníacas deba hacer una verdadera limpieza étnica, obligando al desplazamiento forzoso de dos millones de gazatíes y confirmando de esta manera su perversa doctrina que ha acompañado su gestión: “Mientras peor, mejor”.
La intolerancia como bandera de lucha
“…Frente a una lucha de slogans y formas vacías, el ciudadano medio se irá alejando de toda participación para concentrarse en lo más perceptual e inmediato. Pero la disconformidad social se hará sentir crecientemente mediante el espontaneísmo, la desobediencia civil, el desborde y la aparición de fenómenos sicosociales de crecimiento explosivo. Es en este punto donde aparece con peligrosidad el neo irracionalismo que puede liderar asumiendo formas de intolerancia como bandera de lucha…”. (Silo, décima carta a mis amigos, diciembre de 1993)11
Las atrocidades de Trump que hemos resumido brevemente, no son aisladas, sino forman parte de una tendencia planetaria que viene desde hace ya varios años y que tiene exponentes en distintas partes del planeta, Milei y Bukele en América Latina, Erdogan en Turquía, el partido Vox en España, Le Pen en Francia, Silvia Meloni en Italia y en Alemania, el partido AfD, que recientemente obtuvo su mejor resultado desde la segunda guerra mundial, pasando de 67 a 143 diputados y transformándose en la segunda fuerza política de Alemania. Con todo esto queda claro que lo que hace solo un par de años atrás advertíamos como una eventual y peligrosa amenaza, ya se ha transformado, lamentablemente, en una terrible realidad. Frente a este panorama, muchos nos preguntamos ¿qué está pasando?, ¿qué pasa con los jóvenes y los sectores populares que en distintas partes están sintonizando con el discurso facilista de la ultraderecha?, quizás un par de párrafos de Silo nos pueden ayudar:
“Si se pretende que las nuevas generaciones canalicen su desesperación en el tumulto musical y en el estadio de futbol, limitando sus reclamos a la camiseta y el póster de inocentes proclamas, habrá nuevos problemas. Tal situación de asfixia crea condiciones catárticas irracionales aptas para ser canalizadas por los fascistas, los autoritarios y los violentistas de todo tipo…” 1 2“… en esta crisis, los pueblos quieren soluciones concretas, pero afirmo que una cosa es una solución concreta y otra cosa muy diferente es prometer soluciones concretas. Lo concreto es que ya no se cree en las promesas y esto es mucho más importante, como realidad psicosocial, que el hecho de presentar soluciones que la gente intuye no serán cumplidas en la práctica. La crisis de credibilidad es también peligrosa porque nos arroja indefensos en brazos de la demagogia y del carisma inmediatista de cualquier líder de ocasión que exalte sentimientos profundos…”13
En definitiva, cada día la crisis se agudiza, cada día nos sorprendemos frente a lo que hoy parece increíble, pero mañana será parte de la normalidad al enfrentarnos a un nuevo “increíble” que nos volverá a sorprender, “¿Lucharemos todos contra todos? ¿Lucharán unas culturas contra otras, unos continentes contra otros, unas regiones contra otras, unas etnias contra otras, unos vecinos contra otros y unos familiares contra otros? ¿Iremos al espontaneísmo sin dirección, como animales heridos que sacuden su dolor o incluiremos todas las diferencias, bienvenidas sean, en dirección a la revolución mundial? Lo que estoy tratando de formular es que se está presentando la disyuntiva del simple caos destructivo o de la revolución como dirección superadora de las diferencias de los oprimidos”.14
Los factores positivos de la crisis
“… creo que en la crisis de civilización que estamos padeciendo existen numerosos factores positivos que deben ser aprovechados del mismo modo que aprovechamos la tecnología … Los acontecimientos están contribuyendo positivamente a que revisemos globalmente todo lo que hemos creído hasta hoy, que apreciemos la historia humana desde otra óptica, que lancemos nuestros proyectos hacia otra imagen de futuro, que nos miremos entre nosotros con una nueva piedad y tolerancia. Entonces, un nuevo Humanismo se abrirá paso por este laberinto de la Historia en el que el ser humano creyó anularse tantas veces…”. (Silo, La crisis de civilización y el humanismo, junio 1992).15
Es evidente que el impulso de construir un nuevo orden, de disciplinar a las poblaciones y de desregular el manejo de los datos para aumentar más aun la actual concentración económica está marcando el proceso mundial y cuenta para ello con gran parte del poderío político, económico, tecnológico y militar. Pero felizmente la historia nos demuestra que el destino de la humanidad es mucho más complejo que lo que ciertos algoritmos pretenden manipular, construir o proyectar. Aunque la realidad actual parezca abrumadora y sin sentido, se hace necesario entender que estamos en una etapa muy distinta a la de hace tan solo 5 años atrás (con los desbordes y los procesos constituyentes), pues de lo contrario seremos presa fácil del desaliento y la frustración (“no des coces en contra del aguijón”16), pero también debemos estar atentos a los pequeños síntomas que comienzan aparecer. Por ejemplo: es cierto que en las elecciones alemanas la ultraderecha sacó su mejor resultado de la historia, pero también es cierto que el partido de izquierda, que todos daban por muerto, Die Linke, pasó de cero diputados a elegir 70 parlamentarios, con una campaña de muchas redes sociales pero también de mucha calle y, lo más importante, con un discurso nítido de defensa de los inmigrantes, de los deudores y los desalojados, es decir, un mensaje de una izquierda sin complejos, de denuncia pero simultáneamente de mucho alegría y esperanza, que, además pudo recoger gran parte del voto de los jóvenes. Situaciones similares se observan en América Latina con la presidencia de Claudia Sheinbaum en México que mantiene un apoyo histórico del 85%, o del triunfo de Yamandú Orsi en Uruguay, sin dejar de lado el gobierno de Petro en Colombia. A todo lo anterior hay que agregarle que, aunque Trump haya salido de la forma brutal en que lo ha hecho, no está solo en el planeta: China ha construido un poderío económico importante, liderando la carrera por la nube digital y disputando mano a mano el desarrollo de la inteligencia artificial, además de iniciar su propia carrera espacial. También está por verse la respuesta de Europa al verdadero vejamen y ninguneo realizado por Trump y, por cierto, está el desarrollo y consolidación del llamado grupo de los países BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, a los que se han sumado recientemente Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos.
Finalmente, dentro de los posibles escenarios futuros, no se deben descartar las disputas internas entre quienes hoy aparentan ser triunfadores, ya que sus personalidades, marcadas por la arrogancia y la soberbia, pueden desencadenar purgas y luchas intestinas, así como provocar errores de gestión grotescos e impredecibles, como la conocida criptoestafa realizada por Milei.
Y entonces, ¿cuál debería ser el rol del humanismo?
Después del fracaso de las revueltas o desbordes sociales y sus posteriores procesos constituyentes, además de todo lo que hemos detallado de Trump, se ha generado un clima de pesimismo, frustración y desánimo. Muchos luchadores sociales se fueron a sus casas, responsabilizando a unos u otros del fracaso conjunto, mientras que otros – víctimas del desánimo – derivan en un pragmatismo demasiado acomodaticio. Frente a este manto de nihilismo, cabe recordar lo señalado por Silo el año 1992, cuando describe la resignación de algunos luchadores sociales tomados por la derrota y la desesperanza: “Rechazamos el trabajo arraigado en barrios, en poblaciones… porque lo vemos demasiado limitado, pero sabemos que es allí donde comenzará la recomposición del tejido social a la hora de la crisis de las estructuras centralizadas. Preferimos atender al juego de superficie, de cúpulas, de notables y de formadores de opinión en lugar de tener el oído presto para escuchar el subterráneo reclamo del pueblo. .. Y si seguimos militando en alguna organización política progresista nos movemos a la pesca de algún incoherente con «prensa», de alguna personalidad que represente a nuestra corriente porque es más o menos potable para los medios informativos del Sistema. En el fondo nos sucede todo eso, porque creemos que estamos vencidos y no nos queda otro recurso que amasar en silencio nuestra amargura.”17
Para nosotros los humanistas, el futuro dependerá de lo que hagamos hoy, pero frente a la monstruosidad del momento y a lo limitado de nuestro alcance, muchas veces nos vemos envueltos en un desánimo inmovilizador, carente de todo sentido. Frente a esta situación, quizás sea interesante revisar con mucha amabilidad interna nuestras creencias y aspiraciones, pues hace ya 21 años atrás que Silo nos señaló: “Hemos fracasado… pero insistimos!!!18”, fue una verdadera advertencia, hecha con firmeza, pero con mucha amabilidad y un cierto tono lúdico, muy necesario para no caer en la amargura. «Hemos fracasado y seguiremos fracasando una y mil veces porque montamos en alas de un pájaro llamado «intento» que vuela sobre las frustraciones, las debilidades y las pequeñeces”, “Es la fe en nuestro destino, es la fe en la justicia de nuestra acción, es la fe en nosotros mismos, es la fe en el ser humano, la fuerza que anima nuestro vuelo.”
Por tanto, Silo hace ya 21 años atrás que nos emplazó a saltar sobre nuestras propias frustraciones, debilidades y pequeñeces, ¿por qué deberíamos hacer oídos sordos frente a la señal de quien ha orientado toda nuestra vida?. Sabemos muy bien que cuando el futuro se nos cierra, perdemos el sentido, “la tierra se oscurece y el abismo se abre19”. Fue por eso que durante los años 80 recorrimos decenas de calles de Europa, Estados Unidos y la India proclamando la frase: “Todavía hay futuro”, pues queríamos recuperar la esperanza en la posibilidad de construir un mundo más humano. “Sin fe interna hay temor, el temor produce sufrimiento, el sufrimiento produce violencia, la violencia produce destrucción; por tanto, la fe interna evita la destrucción20.”, decíamos por esos años.
Es claro que día tras día la crisis se agudiza y profundiza y que “tanto el capital como el trabajo, las culturas, los países, las formas organizativas, las expresiones artísticas y religiosas, los grupos humanos y hasta los individuos están enredados en un proceso de aceleración tecnológica y de desestructuración que no controlan. Se trata de un largo proceso histórico que hoy hace crisis mundial y que afecta a todos los esquemas políticos y económicos, no dependiendo de éstos la desorganización general ni la recuperación general”21. Lo que estamos planteando es que la crisis tiene una magnitud tal que, tarde o temprano, terminará afectándonos a todos y todas, sin importar cuánto intentemos eludirla. Ya sea escapando hacia un activismo carente de comprensión interna, retirándonos a las montañas o continuando con nuestras vidas como si nada ocurriera, inevitablemente nos veremos confrontados por el sinsentido, la irracionalidad o la violencia en alguna de sus muchas manifestaciones (guerra, delincuencia, cesantía, discriminación, persecución, etc.)»
En el libro “Carta a mis amigos”, justo en la última carta, la décima, Silo nos entrega algunas pistas que debiesen guiar nuestra acción: “… es necesario forjar una comprensión global de estos fenómenos al tiempo que se actúa en los campos mínimos de especificidad social, grupal y personal. Dada la interconexión del mundo… tratar de generar una serie de «efectos demostración» suficientemente enérgicos para producir una inflexión general del proceso… y luchar sin descanso para desarmar a todos los factores que están provocando una involución sin retorno”. En resumen, en Cartas a mis Amigos, Silo nos entrega algunos elementos imprescindibles de tener en cuenta: la generación de ámbitos humanista donde estudiemos y reflexionemos del cambio personal y social, tratándonos “con una nueva piedad y tolerancia”; el trabajo humilde en la base social, “desde donde habrá de partir toda representatividad electoral”; llevando adelante acciones ejemplares, única forma de conectar con los pueblos incrédulos ante tantas promesas incumplidas; buscando la elección de representantes que sean capaces de elevar nuestra señal, denunciando, proponiendo y abriendo futuro, pero siempre entendiendo que “un miembro del partido que logra representatividad popular no es un funcionario público sino un referente que evidencia las contradicciones del sistema y organiza la lucha en dirección a la revolución”; y, además, allí donde tengamos gran influencia, ya sea porque tenemos un cargo de elección popular o un gran trabajo de base, entonces nuestro objetivo estratégico debe ser la construcción “de efectos demostración suficientemente enérgicos para producir una inflexión general del proceso”.22
Finalmente, viene muy bien recordar cuando en 1992 la Academia de Ciencias de Moscú concedió a Silo el título de «Doctor Honoris Causa”, en medio de una Rusia en plena ebullición y un futuro muy incierto, pues recientemente había caído la Unión Soviética. En esa ocasión, Silo concluyó su discurso con palabras cuyos ecos resuenan hasta el día de hoy: “… tuve la oportunidad de asistir a encuentros y seminarios con personalidades de la cultura, científicos y académicos. En más de un caso me pareció advertir un clima de pesimismo cuando intercambiábamos ideas sobre el futuro que nos tocaría vivir. En esas ocasiones no me sentí tentado a hacer exaltaciones ingenuas, ni a declarar mi fe por un futuro venturoso. Sin embargo, en este momento creo que debemos hacer el esfuerzo de sobreponernos a este desaliento, recordando otros momentos de grave crisis que vivió y superó la especie humana. En este sentido quisiera evocar aquellas palabras, que comparto plenamente, y que vibran ya en los orígenes de la Tragedia griega: «…de todos los caminos, aparentemente cerrados, siempre el ser humano encontró la salida».23
1 https://accionhumanista.cl/wp-content/uploads/2020/12/Documento-del-Movimiento-Humanista-.pdf
2 https://www.bbc.com/mundo/articles/cly9v3rl74wo
3 https://www.bbc.com/mundo/articles/c3d5n190mdvo
4 https://www.bbc.com/mundo/articles/c80ydlyk5e7o
5 https://www.lanacion.com.ar/estados-unidos/quien-salva-a-su-pais-no-viola-ninguna-ley-trump-en-el-centro-de-otra-polemica-por-compararse-con-nid16022025/
6 https://www.bbc.com/mundo/articles/cley433309po
7 https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/las-primeras-medidas-de-trump-y-su-impacto-en-derechos-humanos/
8 Christopher Le Mon, encargado de derechos humanos en el Departamento de Estado bajo el mandato de Joe Biden
9 https://es.euronews.com/2025/02/07/trump-firma-una-orden-que-impone-sanciones-a-la-corte-penal-internacional-por-las-investig
10 https://cnnespanol.cnn.com/2025/02/26/eeuu/video/trump-video-ia-gaza-resort-rba-tv
11 https://www.elmayordelospoetas.net/1993/12/15/carta-10/
12 Silo, Décima Carta a mis Amigos, https://www.elmayordelospoetas.net/1993/12/15/carta-10/
13 Silo, “Crisis de Civilización y Humanismo”, https://www.elmayordelospoetas.net/1992/06/18/conferencia-la-crisis-de-la-civilizacion-y-el-humanismo/
14 Silo, Séptima Carta a mis Amigos, https://www.elmayordelospoetas.net/1993/08/07/carta-7/
16 Silo, 1969, “La arenga prohibida” https://www.elmayordelospoetas.net/1969/07/20/la-arenga-prohibida/
17 Silo, Quinta Carta a mis Amigos, https://www.elmayordelospoetas.net/1992/06/04/carta-5/
18 4 de mayo de 2004, 1ra celebración anual del Mensaje de Silo, http://silo.net/es/present_milestone/index/3
19 Silo, El Paisaje Interno, http://silo.net/es/collected_works/humanize_the_earth
20 Silo, Acto Público Bombay 1981, https://www.elmayordelospoetas.net/1981/11/01/acto-publico-bombay/
21 Silo, Décima carta a mis amigos, 1993. https://www.elmayordelospoetas.net/1993/12/15/carta-10/
22 https://www.elmayordelospoetas.net/1993/12/15/carta-10/
* Efren Osorio es miembro del Equipo de la Diputación de Tomás Hirsch, Partido Acción Humanista