En los últimos días, millones de personas han salido a las calles en Alemania. Se manifestaron contra el extremismo de derechas y a favor de la democracia. Ahora también habrá manifestaciones en Austria. Bajo el lema «Defender la democracia – contra el fascismo y el racismo», el 26 de enero de 2024 tendrá lugar en Viena una demostración contra las posturas y organizaciones extremistas de ultraderecha.

La manifestación, convocada por las organizaciones Plebiscito Voces Negras, Viernes por el Futuro y la Plataforma por una política de asilo humana, se iniciará frente al Parlamento de Viena y está convocada a partir de las 18:00.

Las manifestaciones en Alemania surgieron luego de darse a conocer un informe de la plataforma de investigación «Correctiv». Según el informe, extremistas de derechas -entre ellos altos cargos del partido Alternativa para Alemania (AfD), neonazis y empresarios- se reunieron en noviembre de 2023 y forjaron un plan para la expulsión de personas de Alemania. Según ese plan racista, que recuerda a los planes de los nazis, las personas que no se ajusten a la visión del mundo de los participantes de ese cónclave, serían expulsadas de Alemania. Incluso aquellas que tengan la ciudadanía alemana.

Pero no solo en Alemania; en muchos países existe actualmente la amenaza de un giro político hacia la derecha, tanto a escala nacional como internacional. Los populistas de derechas participan al menos en los gobiernos de seis de los 27 países de la UE. En Italia, Hungría y Croacia, incluso ocupan la jefatura del Gobierno. En Austria, el FPÖ vuelve a ser el partido más popular en las encuestas y gobierna en varios estados federados. La AfD gana popularidad en Alemania. Cada vez más posiciones de extrema derecha se abren paso en el centro de nuestra sociedad.

La AfD y el FPÖ siguen colaborando estrechamente y forman parte de un grupo parlamentario europeo junto con otros partidos de extrema derecha. La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (Bundesverfassungschutz) ha clasificado a la AfD como partido sospechoso de extrema derecha en 2022. Esto la autoriza a vigilar al partido mediante servicios de inteligencia y a infiltrar incluso personas para recopilar material.

La AfD ha presentado una demanda contra esta decisión. Sin embargo, el Tribunal Administrativo de Colonia desestimó el caso, ya que había «suficientes indicios fácticos de esfuerzos anticonstitucionales dentro del partido».