Por Micky Hirsch
Hay una sola opción para que Israel pueda vivir en paz y a la vez marcar un modelo a seguir por otros países del mundo : Es comprender que solamente podrá haber paz en cuanto se ofrezca al pueblo palestino lo mismo que se aspira para el pueblo judío , es decir la posibildad de que los palestinos puedan tener su estado propio, gobernar sus propios designios e intereses, desarrollar su proceso propio y crecer con la sensación de ser un pueblo libre con su espacio protegido y donde puedan crecer y desarrollarse con un futuro abierto.
Si Israel pretende ser el país donde los judíos puedan vivir y desarrolllarse en paz, definiendo sus propios intereses y creciendo en libertad y con un futuro amplio y abierto, deben comprender profundamente que eso mismo es lo que pretende el pueblo palestino.
Si Israel, que es quien maneja y define con mayor intensidad lo que sucede en esa zona del Medio Oriente, toma esa decisión, y genera los diálogos y acuerdos que abran las puertas a acuerdos de paz y de mutuo entendimiento, cuidando a su vez que el pueblo palestino registre el mismo sentimiento de paz y futuro abierto, entonces Israel no sólo accederá a la paz con sus vecinos, sino podría llegar a ser considerado un modelo de la forma de resolver conflictos apostando a la paz y al buen entendimiento entre pueblos. Y con ello ganar en la opinión mundial que tan adversa ha sido cada vez que Israel ha actuado desde la venganza o promoviendo el apoyo a los grupos extremistas judíos de la misma manera en que se critica a los musulmanes de dejarse guiar y modelar desde los grupos extremistas islamistas.
El mundo a su vez debería cuidar de bloquear espacios y ayudas a todo grupo extremista y violento, sea de origen judío o de origen islamista o de cualquier origen. Grupos extremadamente peligrosos, estén donde estén , que interpretan designios divinos de una manera extremadamente egoísta y anti-humana, incapaces de ver al “otro” como un ser humano libre y con su futuro abierto y que simplemente nació y aprendió en un ambiente diferente del que le tocó nacer y aprender a “uno”. Nadie eligió donde nacer y esa sola meditación ya nos debe orientar hacia comprender que nuestras diferencias tienen más que ver con cosas circunstanciales aprendidas que con nuestras condiciones de ser seres humanos con similares intereses de poder vivir en paz y desarrollo, con las mismas aspiraciones de poder convivir con aquellos otros que siento cercanos y afines …..
El futuro de Israel, de los palestinos, del Medio Oriente y del mundo, dependen de poder superar los odios y las discriminaciones y los sentimientos de “mi grupo humano es mejor que los otros grupos humanos”.
El futuro de Israel, de los palestinos, del Medio Oriente y del mundo, dependen de abrirse a alcanzar esos acuerdos que llevan a los pueblos a ser libres, independientes y soberanos, de que eliminen los peligros internos que implican la expresiones de los grupos religiosos extremistas, y de esa manera se conviertan en ejemplos a seguir en otras partes del mundo.
La violencia nunca ha resuelto conflictos y nunca los resolverá. Permite triunfos parciales, pero siempre con extremo dolor y sacrificio, con vidas humanas queridas, en su mayoría muy jóvenes y llenas de ganas de vivir, que se pierden por cuidar sentimientos anticuados como la venganza y el odio. O por seguir designios de adultos mayores ambiciosos de poder y falsas motivaciones.
No queremos más jóvenes soldados muertos, ni en Israel ni en Palestina ni en ninguna parte. No queremos ataques locos de fanáticos religiosos ni en el Sur de Israel ni en los territorios de Palestina. No queremos muertes de mujeres, niños y ancianos en Israel ni en Gaza ni en ninguna parte de este planeta.
Sí queremos paz para Israel y paz para Palestina. Un país seguro y tranquilo para Israel y un país seguro y tranquilo para Palestina.
Y queremos estar orgullosos de poder formar parte de un modelo de diálogos y de acuerdos que sirvan de ejemplo a otras áreas en conflicto en el mundo.
Hacer valer las mejores aspiraciones humanas, es el acto más noble y correcto. Tanto para el pueblo propio como para todos los seres humanos.