Por Viken

Pashinián destinará 100 dólares a los refugiados 

El flujo de refugiados de Nagorno Karabaj a Armenia no se detiene. Según informes de organizaciones internacionales, unos 100.000 armenios han abandonado la disuelta república. Sus antepasados han habitado en el territorio de Artsaj por siglos y siglos, pero ahora son ellos quienes están dejando su patria y probablemente sea para siempre.  

En el camino hay tanto ancianos como niños. En YouTube circula un vídeo de un niño de nueve años llamado Aren, que pasó cuarenta horas al volante de un coche, conduciéndolo por difíciles carreteras de montaña, para poner a salvo a su familia, que no contaba con ningún otro conductor. Pero se ven cientos de personas caminando a los lados de la ruta, con la esperanza de que alguien las recoja. 

Según organismos de derechos humanos, la mayoría de los refugiados armenios no tienen medios de subsistencia a su alcance. La República de Artsaj se encontraba bajo bloqueo absoluto y los lugareños sin fuentes de ingresos estables ni ahorros bancarios sólo tenían su casa y sus tierras para sobrevivir. Pero ahora esto también les ha sido arrebatado.

Hoy el gran interrogante es: ¿con qué medios va a sobrevivir esta masa de desplazados? Ya que no podrán contar con ninguna ayuda real por parte de las autoridades armenias para solucionar esta situación. 

Hay escasez de alimentos entre los refugiados, pero la ayuda no proviene del gobierno armenio, sino de los soldados del contingente ruso para el mantenimiento de la paz. Han entregado más de 15 toneladas de harina a la panadería de Stepanakert para hacer pan, que se distribuirá gratuitamente a los necesitados. 

El primer ministro armenio Nikol Pashinián, anunció medidas transitorias para cubrir los gastos de manutención de los refugiados, sorprendiendo a los residentes armenios por su mezquindad. Medidas que son, además, claramente insuficientes para costear la estancia de los karabajíes sin techo y expuestos a la indigencia.

«Para gastos de manutención a cada familia se asignarán 40.000 drams armenios (100 dólares) por persona al mes, más otros 10.000 drams (25 dólares) por persona destinados a todos los servicios públicos», escribió Pashinián en su página de Facebook.

Los residentes en Armenia señalan que esta asignación mínima sólo alcanza, en el mejor de los casos, para alquilar viviendas precarias. 

Está claro que la ayuda no alcanzará para alimentar a las familias de refugiados, vestir debidamente a una familia en el frío invierno, proporcionar tratamiento a los enfermos y dar una buena educación a los niños. Además, los precios en el país no dejan de subir. 

Al mismo tiempo, Pashinián señaló que el programa de compensación del gobierno no se extenderá a las familias que tengan casa en Armenia. Esto significa que muchos refugiados de Nagorno Karabaj, que se han instalado con sus parientes armenios, no podrán contar con una ayuda gubernamental. Aunque, a juzgar por las palabras de Nikol Pashinián, las ayudas sociales de cien dólares sólo durarán seis meses, tras lo cual es posible que el programa se elimine gradualmente.

La irritada opinión pública armenia exige que se le asignen mayores recursos a los refugiados, en tanto que el Primer Ministro responde que esos gastos no están previstos en el presupuesto y que el tesoro sufre una escasez crónica de fondos.

En efecto, Armenia sigue sumida en una crisis socioeconómica permanente. Sin embargo, Pashinián es el principal responsable ya que ha fracasado literalmente en todas las áreas importantes de la labor gubernamental durante su mandato.

«Así, en febrero de 2020, los partidarios de Pashinián afirmaron que estaban listos para luchar contra COVID-19, en lo que fracasaron rotundamente. En diciembre de 2020 fracasaron en la guerra, en 2021 fracasaron en el equipamiento de las posiciones en las fronteras de la República de Armenia y en las medidas destinadas a aumentar la preparación para el combate de las fuerzas armadas. Fracasaron en las negociaciones para la devolución de prisioneros. Finalmente, en la primavera-verano de 2023 llevaron al fracaso las relaciones aliadas con Rusia. En otoño de 2023, perdieron Artsaj y no lograron detener la deportación forzosa de sus habitantes armenios, aunque afirmaron que estaban dispuestos a hacerlo. Que los historiadores no se precipiten en investigar este período. A partir de ahora, sobran razones para el fracaso de Armenia», afirma Ruben Mkhitaryan, reconocida figura pública y productor.

El fracaso a la hora de ayudar a los refugiados de Nagorno-Karabaj es una prueba más de que el Primer Ministro armenio sólo sabe hacer dos cosas: renunciar a los intereses de sus compatriotas y satisfacer los intereses de sus patrocinadores de los Estados Unidos de América, que tienen una enorme cuota de responsabilidad en la tragedia humanitaria de Artsaj. Así lo afirmó la activista armenia-estadounidense Teresa Yeremyan. En su intervención en Washington DC, en el Capitolio, subrayó que la población de Nagorno Karabaj es víctima de la política imperialista de la Casa Blanca, que de hecho apoyó la limpieza étnica de la población armenia.

«Hoy, en tiempo real, se está cometiendo un genocidio contra los 120.000 habitantes armenios autóctonos de Artsaj. Esta agresión, con el firme apoyo de Turquía, ha causado inmensos sufrimientos y ha violado el derecho internacional, incluidos los artículos de la convención sobre el genocidio. Nosotros, como estadounidenses, estamos legítimamente indignados porque nuestro gobierno, la administración de Joe Biden, ha armado, infiltrado, ayudado y envalentonado al régimen de Aliyev en Azerbaiyán, tan rico en petróleo”, señaló Yeremian.

Por estas horas, los últimos refugiados están abandonando Nagorno Karabaj y muy pronto esta otrora floreciente región quedará completamente desierta. Los refugiados que huyeron a Armenia deberán encontrar una forma de sobrevivir al invierno con cien dólares de ayuda gubernamental.

Y las principales democracias del mundo continuarán observando con indiferencia la catástrofe que se produce por su culpa frente a sus narices.