Camino por calles con poca gente, son las cuatro de la tarde y hace mucho calor, pero lo que más pesa es la humedad intensa. De repente suenan alarmas de ataque con misiles. Sigo caminando tranquilamente, pero veo gente que cruza corriendo y desaparece en áreas de seguridad de edificios.  Me doy cuenta que la gente se toma cien por ciento en serio lo de las alarmas y todos, todas corren a buscar refugio.  Los autos se detienen y la gente se baja y se tira en el suelo lo más lejos posible.  Sorprendido, ya que hasta ahora no había buscado refugios con las alarmas, me ubico en un estacionamiento de un edificio, bajo techo y al fondo, bien protegido por tres muros y por encima mío está el edificio. Las alarmas se apagan y un par de segundos después una fuerte explosión en el cielo, casi encima nuestro. Una mamá que estaba en el Gan Meir (Parque en el centro de Tel Aviv) muestra una pequeña nube redonda en el cielo justo encima nuestro. Entiendo que es el resultado del misil bloqueado por el Domo de seguridad que cubre cada ciudad y barrio de Israel, y gracias al cual muy pocos misiles logran caer en suelo israelí. Por cierto, el Domo no es infalible, y el Sábado varios misiles de Hamas golpearon edificios, plazas y suelo israelí, causando graves daños aparte de muertos y heridos.  Y ayer cayeron varios en la ciudad puerto de Ashkelón.

Miércoles 11 :
Dejo Israel con un cierto grado de contradicción, ya que me estaba gustando estar aquí, sentirme parte de algo muy importante que está sucediendo, pudiendo conversar con gente amiga y ayudar a levantar los ánimos. Pero mi hija Tanya está angustiada en Chile, especialmente al ver las noticias que son verdaderamente terroríficas, escenas de una guerra cruenta y violenta. El periodismo actual suele destacar lo más atroz y se complace en mostrar la violencia en su grado máximo. Muchas imágenes que la televisión israelí NO muestra, sea por respeto a las familias de las víctimas o para no afectar más aún los sentimientos de la población israelí, aparecen en redes o en canales de otros países, y de seguro las muestran también en Chile (donde el periodismo es especialmente escabroso). Y hay amenazas serias de que en caso de ataques de Hezbolláh desde el Norte, el aeropuerto podría cerrarse y con ello quedar  bloqueados en Israel, cosa que tampoco me gustaría que me pasara.

Entonces, he decidido conectar con el consulado de Chile en Israel, donde de manera muy rápida me anotaron como pasajero del tecer vuelo de la Fuerza Aérea de Chile que se está usando para rescatar a chilenos que quieran salir de Israel. Y aquí voy, en un vuelo hacia Creta donde recargaremos combustible, para posteriormente seguir hasta Madrid.  Allí, la Cancillería de mi país se hará cargo, y veremos qué es lo que pasará …….

Al lado mío en este vuelo va una señora judía que insiste en criticar al Gobierno de Chile. Le aclaré que ella está siendo rescatada gracias a una iniciativa del Presidente Gabriel Boric y de nuestra Cancillería……, me mira con una expresión que comunica la frase de “ me tocó al lado un comunista”  …… ja,ja ja !

El aeropuerto de Tel Aviv estaba lleno de gente. Un religioso me ofreció poner las tefiláh y rezar….., le dije: «Ud. debería estar defendiendo el país con el ejército!» y se enojó.  Obviamente me alejé veloz, no me parecía entrar a una discusión y mucho menos con uno de estos religiosos fundamentalistas que no están dispuestos a escuchar razones, ya que para ellos lo único que vale es la Biblia y sus libros de estudio.

Lo último que presencié en Tel Aviv fueron grupos de gente en tres restaurantes que preparaban viandas para soldados del ejército israelí.  Me parece sorprendente ya que supondría que la logística de alimentación de los soldados debería ser tema esencial en cualquier ejército, y en especial en el israelí que tiene fama de estar tan bien organizado y coordinado.  Sin embargo, veo luego las fotos y los videos de los soldados recibiendo estos packs de comida y agradeciendo con cartas y videos, con cantos y saludos. Toda esta ayuda al ejército, es organizada no por el Gobierno sino por la sociedad civil, en su mayoría la gente que habitualmente participa en las protestas en contra del actual Gobierno.

Hasta aquí mis «reportajes» en directo desde la zona en guerra. En breve estaré en lugares donde se desarrollan otros conflictos y se experimentan distintas formas de violencia, como también de compasión y de solidaridad.