Las siluetas de 119 detenidos desaparecidos recorrieron las calles de Santiago este sábado, a casi 50 años de su desaparición y pese a la lluvia intensa. Acompañadas de unas 3.000 personas, este recorrido póstumo se hizo con diversas estaciones de paradas, como homenaje a las víctimas de la dictadura cívico-militar.

Sus familiares, instituciones políticas, una parte la sociedad civil, organizaciones por los derechos humanos se hicieron presentes en este acto de memoria colectiva que rescata el recuerdo de la llamada “Operación Colombo” en 1975, uno de los actos de propaganda de la dictadura que tuvo más repercusión internacional.

Fueron 100 hombres y 19 mujeres, en su mayoría menores de 30 años, secuestrados entre mayo de 1974 y febrero de 1975 por la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA).

La manifestación comenzó hoy en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, que custodió las siluetas de estos 119 nombres, fabricadas con cartón y madera, pintadas a mano a partir de retratos fotográficos para poderlas llevar a distintos puntos de la ciudad, terminando en el Museo de Bellas Artes, donde se celebraron diversos actos artísticos.

“Recibir las 119 siluetas nos permite ser parte de una memoria vigente de la cual nunca debemos desprendernos”, señaló Varinia Brodsky, directora del Museo.

La manifestación, que continuará durante el domingo con diversos actos conmemorativos “es organizada a partir del trabajo con más de una decena de colectivos de memoria, que llevan décadas y años resistiendo el olvido, los pactos de silencio, el negacionismo, los montajes comunicacionales, las complicidades pasivas y las negaciones políticas que han intentado relativizar las sistemáticas violaciones a los derechos humanos en estos 50 años”, afirmaron en la presentación de la iniciativa Paula Honorato y Daniela Cornejo, curadora y organizadora del proyecto “Acontecer 50 años” en el que se enmarca la actividad, parte de numerosos actos de conmemoración del golpe cívico-militar chileno.

La Operación Colombo fue un apéndice del Plan Cóndor ejecutado por las dictaduras de Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia que consistía en el intercambio de información y prisioneros. Una lista de 119 nombres aparecieron publicados el 25 de junio de 1975 en la revista Novo O´Dia de Brasil y el 15 de julio del mismo año en el semanario Lea de Argentina como parte de un montaje para hacer creer que los chilenos habían fallecido en enfrentamientos con agentes argentinos o en rencillas internas. Las investigaciones judiciales demostraron que ninguno de los 119 abandonó Chile y que fueron secuestrados en diversos operativos de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), responsable de las peores violaciones a los derechos humanos en Chile tras el golpe militar de septiembre de 1973.

La dictadura de Pinochet (1973-1990) dejó un saldo de más de 40.000 víctimas, entre ellos unos 3.000 opositores asesinados, de los que más de 1.400 fueron víctimas de desaparición forzada. Tras décadas de búsquedas se han encontrado e identificado restos óseos de 307 personas y faltan por encontrar otras 1.100, según las cifras oficiales.