Por Mauricio Ramírez Núñez*

En los últimos años, el proyecto de la Franja y la Ruta de China ha captado la atención global como una iniciativa ambiciosa que busca promover la conectividad económica y la cooperación internacional. Conocido también como La Nueva Ruta de la Seda, este proyecto tiene como objetivo revivir las antiguas rutas comerciales y establecer nuevas conexiones entre Asia, Europa, África, y ahora también América. La Franja y la Ruta es un proyecto multifacético que abarca tanto la tierra como el mar. La “franja” se refiere a una serie de corredores económicos terrestres que conectan a China con Europa a través de Asia Central y Medio Oriente, mientras que la “ruta” hace referencia a la creación de una red marítima que une puertos y regiones costeras en todo el mundo.

El proyecto tiene como objetivo fomentar el comercio y la inversión, promover la conectividad infraestructural, fortalecer la cooperación económica y cultural, y mejorar las relaciones diplomáticas entre los países participantes. Se espera que esto impulse el crecimiento económico, la creación de empleo y el desarrollo sostenible en las regiones involucradas, lo cual así ha sido. ¿Cuáles son algunos de esos puntos estratégicos de esta iniciativa, que es hoy parte de otra más grande llamada Iniciativa Global de Desarrollo? La conectividad de la infraestructura es un área prioritaria para la iniciativa, el comercio sin obstáculos es el contenido clave, centrarse en resolver problemas sobre inversión y facilitación del comercio es otra de sus metas, así como la integración financiera, para lo cual se han creado el Asia Infrustructure Investment Bank y Silk Road Fund. Y desde luego, el acercamiento de los pueblos que es la base social de la construcción de la Franja y la Ruta.

La Franja y la Ruta se basa en la rica historia de las rutas comerciales de la antigua Ruta de la Seda, que jugó un papel crucial en el intercambio de bienes, conocimientos y culturas entre Asia y Europa hace miles de años. China busca revivir ese espíritu de intercambio y cooperación a través de este proyecto, promoviendo una mayor integración económica y un mayor entendimiento entre las naciones. Sin embargo, el proyecto de la Franja y la Ruta no está exento de desafíos. Uno de los principales desafíos es garantizar la coordinación y la cooperación entre los países participantes, dado que hay una amplia diversidad en términos de sistemas políticos, regulaciones comerciales y niveles de desarrollo económico.

Frente a las críticas que ha suscitado el mismo, China ha expresado repetidamente su compromiso con el desarrollo bajo una visión de futuro compartido de la humanidad, la apertura y la cooperación del modelo ganar-ganar, así como ha reafirmado en su reciente concepto de política exterior aprobado en la Tercera Reunión del Comité Permanente de la XIV Asamblea Popular Nacional el 28 de junio de 2023 y luego convertido en ley, que su afán en ningún momento tiene tintes hegemonistas y mucho menos coloniales. Por el contrario, reconoce la multipolaridad del mundo contemporáneo, aboga por el trato en igualdad y respeto profundo a la soberanía de todos los países en el marco del respeto al derecho internacional, la cooperación de beneficio mutuo, así como los principios de respeto y coexistencia pacífica. A pesar de los desafíos y las críticas, la Franja y la Ruta ha logrado importantes avances desde su lanzamiento en 2013.

Varios proyectos de infraestructura clave ya están en marcha, incluidos puertos, carreteras, ferrocarriles y parques industriales en diferentes partes del mundo. Estos proyectos han mejorado la conectividad y han facilitado el comercio y la cooperación entre los países involucrados. El propio presidente Xi Jinping ha expresado su importancia: “La Iniciativa de la Franja y la Ruta no solo es una medida importante para que China amplíe su apertura omnidireccional, sino también un plan presentado por China centrado en profundizar la cooperación económica regional y promover el desarrollo común de todos los países a lo largo de la ruta. Avanzar hacia una comunidad con un futuro compartido, avanzar al ritmo del progreso mundial y desarrollarse en la tendencia del desarrollo mundial”.

La clave para el éxito continuo de la Franja y la Ruta reside en la transparencia, la cooperación mutuamente beneficiosa y el respeto a los intereses y la soberanía de los países involucrados. Es fundamental que los proyectos se desarrollen de manera sostenible, respetando el medio ambiente y contribuyendo al desarrollo económico y social de las regiones participantes. La Franja y la Ruta ofrece oportunidades significativas para el crecimiento económico, la creación de empleo y el desarrollo sostenible en Asia, América Latina y el Caribe, Europa y África. Con una mayor cooperación y su enfoque equilibrado, este proyecto tiene el potencial de fomentar la integración regional, fortalecer las relaciones internacionales y promover una mayor prosperidad compartida entre los países participantes.

El futuro del desarrollo global en un mundo multipolar debe ser compartido, en busca de un destino común como humanidad, y sobre todo, profundamente ecológico, en un entorno de coexistencia pacífica, bajo una lógica relacional y no particular, que nos permita entender la importancia de una conciencia de coexistencia y respeto por la verdadera pluralidad del mundo donde nadie se quede atrás, pues como lo plantea la filosofía milenaria del Tianxia, el Cielo pertenece a todo el mundo, por lo tanto, la inclusividad y la compatibilidad de un nuevo orden internacional respecto a la diversidad cultural de la humanidad no debe tener límites, y todos los pueblos tienen derecho a recibir los beneficios del desarrollo global.

 

*Académico

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