La metodología «Compasión y sanación», desarrollada por la Multiconvergencia de Redes Globales, MRG, tiene sus raíces en la búsqueda de integrar en la política los valores de lo femenino según tradiciones del Sur Global, para construir un mundo post-capitalista. La inspiración de esta metodología (el Teatro del Oprimido del brasilero Augusto Boal y las Constelaciones Familiares, sistematizadas por Bert Hellinger) proviene  del compromiso político-artístico latinoamericano y de las prácticas curativas de las tribus zulúes africanas (ver aquí una explicación de su funcionamiento).

Realizaremos el evento Compasión y sanación por Rusia y Ucrania de modo virtual, el 04.03.23, a las 11h de Buenos Aires y 15h de Madrid, en el siguiente enlace

https://uri-org.zoom.us/j/89183800451?pwd=cDdqQzViWXlaaU9XU2h3WlRXdGhoUT09

La organización del encuentro está a cargo de las redes que componen la MRG, y estará abierto al público. En estos momentos de Encuentro ponemos lo mejor de nuestra aspiración pacifista al servicio de la sanar lo que hay detrás del dolor y las carencias humanas. Ya realizamos un evento que abordó los sufrimientos causados por el machismo, el colonialismo, la explotación económica y el racismo. Esta metodología despertó en los participantes el sentimiento de experimentar algo nuevo, que hace bien y aporta esperanza.

Sabemos que la escalada de la guerra en Ucrania provoca una profunda aprensión y tristeza a cualquiera que esté atento a ese sinsentido. Los muertos de ambos bandos suman actualmente 300.000. La destrucción se extiende sin final previsible, imponiendo un sufrimiento indescriptible.

La dimensión planetaria del conflicto asusta y afecta las vidas de mujeres, hombres, niños, jóvenes y ancianos mucho más allá de las dos naciones en guerra. La guerra implica también a Europa y los Estados Unidos que, bajo la égida de la OTAN, envían armas y apoyo militar, político y técnico a Ucrania. Sus pueblos también sufren las restricciones impuestas a la economía rusa. Son pérdidas humanas, económicas y medioambientales causadas por esta guerra.

La guerra en sí es una locura en cualquier lugar, independientemente de las motivaciones que aleguen las dos partes en conflicto y quienes patrocinan su escalada. Es importante ver que su continuidad dantesca en el 3er milenio no es más que la presencia de los métodos y efectos del patriarcado global, que en su decadencia se redobla y se vuelve aún más cruel, invadiendo, violando y matando enloquecidamente. La guerra –especialmente la de Ucrania– es la expresión acabada de la locura capitalista corporativa, que provoca guerras para dominar territorios, reactivar economías y maximizar beneficios vendiendo armas, tanques, aviones y toda la parafernalia tan tristemente masculina.

Las poblaciones del mundo contemplan esta atrocidad en curso, con tristeza y desesperanza. Incapaces de hacer entrar en razón a los dirigentes de las naciones más directamente implicadas, expresan de muchas maneras la única petición que puede tener sentido: «¡Iniciad inmediatamente las conversaciones de paz, estúpidos arrogantes e insensibles!». Mientras esperamos que se restablezca la cordura, movilizamos las fuerzas disponibles en nuestras manos, que parecen pueriles y frágiles, pero que en algún momento saldrán victoriosas: mentalizamos, oramos, meditamos por la paz con justicia, y nos reunimos para ensayar nuevos métodos de intervención ciudadana. La compasión por las debilidades de quienes se dejan llevar por el impulso bélico, la compasión por el sufrimiento de quienes no han elegido la guerra, pero se encuentran en el campo de batalla, es un camino hacia la sanación y, por tanto, hacia la paz.