Conversamos con Saúl Asenjo, siloísta de larga trayectoria que hoy vive en el estado de Pennsylvania, cerca de Nueva York. Desde allí ha gestionado y ayudado a producir dos interesantes aportes editoriales para la difusión del Siloísmo en la infancia y el pueblo nación Mapuche de Chile y Argentina.

El primero, titulado “El librito del Maestro Silo. Versión para niños de La Mirada Interna”, fue realizado en colaboración con los bolivianos Omar Tapia (diseño y diagramación) y Sandra Moreno (profesora de niños en la ciudad de La Paz). Con respecto al segundo, Saúl consiguió la ayuda de Benito Cumilao, hablante nativo del Mapudungun de la provincia argentina de Chubut, Argentina.

P: Buenas tardes, Saúl. Cuéntanos sobre estos dos libros y el proceso para hacerlos realidad.

Los dos libros tienen perspectivas distintas. Con respecto al de los niños, tengo la idea de integrar contenidos del Siloísmo o Humanismo Universalista en el sistema educativo, ojalá de forma permanente y a todo nivel. Por ej. en una comuna, en una región o, más ambiciosamente, a nivel nacional. En algunos países ya hay alguna experiencia: en la ciudad argentina de Moreno y otros lugares creo que en algún momento se instalaron nuestros temas.

Nosotros los humanistas tenemos mucha experiencia en hacer seminarios, talleres, conferencias con los temas nuestros, pero en general no ha habido materiales que queden de modo permanente y le sirvan a la gente, desde chiquititos. La idea del librito es esa: que quede circulando, que se instale de modo permanente en la mayor cantidad de lugares posibles y que se le vaya haciendo cambios para mejorarlo con total libertad.

P: ¿Tienes la idea de ir ampliando a otros libros los temas del Humanismo Universalista?

Desde Argentina me han propuesto hacer lo mismo con el libro de Silo “Humanizar la Tierra”. Respondiendo a la pregunta: sí, me gustaría ampliarlo. Al principio pensé que iba a ser más difícil, pero cuando uno conecta con su “niño interno”, la cosa sale más fluida. Sería interesante y de mucha utilidad que alguna editorial siloísta lo imprima como material de mayor difusión. Hasta ahora se ha impreso de forma más bien artesanal, solo algunos ejemplares con financiamiento de algunos y algunos/as colaboradores/as. Aun así, el Librito se ha impreso en bastantes lugares, sobre todo en Bolivia, Chile y más que nada curiosamente en Argentina, donde se han hecho presentaciones en ferias del libro, universidades y se ha dejado en algunas bibliotecas. Cuando uno lanza una acción inspirado no se imagina la envergadura que esta acción puede alcanzar. Así que valga esto como un llamado al mundo editorial siloísta para que consideren publicarlo.

P: Claro, es muy importante llegar a los niños con un lenguaje que les resulte próximo.

Así es. La experiencia que tuvimos en Bolivia fue sorprendente. Los niños ya van en quinto año, y desde primero han tenido contacto con temas nuestros, y ahora estos dos últimos años con el libro mismo. Ya saben hacer muchas cosas: conocen los principios de acción válida, la Regla de Oro, hacen dibujos con temáticas nuestras, por ejemplo “las manos son para acariciar, no para golpear”. También los niños tienen mucha empatía con los animales y la naturaleza. Saben muy bien cómo hacer un pedido, saben hacer un relax, respiración baja, y todo eso.

La idea está lanzada para que cualquier siloísta pueda darle continuidad con otros materiales, y estoy muy dispuesto a colaborar si es necesario. Sería bueno que la gente lo adapte como quiera, lo haga de otra manera, que la creatividad y la diversidad se manifiesten.

Imágenes de la experiencia de difusión de la adaptación de «La Mirada Interna», de Silo, en una escuela primaria de La Paz, Bolivia

 

P: ¿Qué puedes decir del libro “El Mensaje de Silo” traducido al Mapudungun?

Es una aspiración muy antigua que viene de años. Les había propuesto a varios la idea, y ahora se concretó. Es un trabajo de gran envergadura: fueron necesarios como dos años para que saliera el fruto final. No es un libro fácil de traducir, por la temática. Necesitaba que los temas encajaran con el traductor para que saliera una traducción desde ese encaje, no una cosa literal. Así que tampoco lo podía apurar. El traductor es Benito Cumilao, hablante nativo e hijo de un lonko de una comunidad y con toda una trayectoria social, en el área de Chubut. Es un tipo que vive en el campo, la cordillera. Lo contacté mediante Raúl Noro, esposo de Milagro Sala, y siloísta antiguo de los años sesenta y tantos. Me dio el dato de una mapuche muy conectada, que se llama Sandra Silva y ella me dijo “yo te voy a buscar a la persona precisa”. Y me encontró a esta persona sabia, culta y ponderada.

Hay varias variantes del Mapudungun, creo que hay cuatro, por lo que hay muchas opiniones cuando uno tira un párrafo del libro. Así que, tal como aparece en la contratapa del libro, si hay alguien que desee hacer otra versión, ¡Bienvenido sea y que la haga sin problemas! Esta versión es de un dialecto del Mapudungun y no tiene modificación. Muy bueno sería que hubiera nuevas versiones. Benito Cumilao dice que va a ser un gran aporte para el pueblo nación Mapuche, que seguro será bien recibido. Espero de todo corazón que así sea.

P: Muchas gracias por los comentarios y, sobre todo, por estas interesantes y novedosas iniciativas de difusión del Humanismo Universalista para los niños y la nación Mapuche