Una quincena de facultativos, apoyados por medio centenar de vecinos y vecinas, se han encerrado en la Asociación Vecinal de Manoteras para visibilizar el conflicto de la Atención Primaria y el grave riesgo que supone su destrucción.

Por Sara Plaza Casares/El Salto diario

El 21 de noviembre comenzaba una huelga médica indefinida entre los médicos y médicas de familia de la Comunidad de Madrid. Tras un parón para dar aire a las negociaciones, el 11 de enero el comité de huelga decidía continuar con la protesta, dado las “insuficientes” propuestas de la Comunidad de Madrid. Hoy han dado un paso más, y una quincena de facultativos, apoyados por medio centenar de vecinos y vecinas, se han encerrado en la Asociación Vecinal de Manoteras para visibilizar el conflicto de la Atención Primaria y el grave riesgo que supone su destrucción.

“Esta es una iniciativa que parte desde los propios médicos de familia y pediatras en coordinación con la población. Es un encierro simbólico, siempre va a haber médicos y pediatras aquí que se van a ir turnando. Y es un encierro digno, en el que van a tener acceso a comida, a hacer actividades con los vecinos del barrio”, ha declarado Ángela Hernández Puente, secretaria general del sindicato médico AMYTS. “Lo importante es seguir visibilizando el estado de la Atención Primaria en la Comunidad de Madrid. Hay un millón de madrileños sin médico de familia o pediatra asignado. Esto significa que cada vez les ve un médico distinto y no se pueden beneficiar de las ventajas que tiene una Atención Primaria con un mismo profesional, lo que se llama la longitudinalidad”, ha explicado Puente.

Las reivindicaciones de los facultativos en esta huelga: además de acotar las agendas diarias, algunas sobrepasadas con 80 pacientes al día, piden dignificar su profesión a través de mejoras salariales, para que este nivel asistencial sea atractivo para los médicos y médicas recién formados. Por su parte, la Comunidad de Madrid niega el aumento salarial exigido. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, achacaba esta decisión no a una falta de presupuesto sino a la “coherencia”.

Vecinos apoyando el encierro médico. Foto de Álvaro Minguito

Para el vicepresidente “no tiene sentido salir ahora” con la propuesta de incremento salarial. Según su versión, los sanitarios plantearon la huelga por reivindicaciones como los elevados cupos y la falta de tiempo para atender a los pacientes. “En ese contexto, ¿por qué me dices ahora que quieres una subida lineal? Es simplemente por coherencia” sentenciaba Ossorio en la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno de este miércoles.

Unas declaraciones que arrojan más fuego a una huelga tejida a base de desencuentros entre el gobierno de Ayuso y las y los profesionales médicos. Desencuentro que tuvo su momento álgido el 15 de diciembre, cuando el comité de huelga decidió encerrarse en las dependencias de la Consejería de Sanidad, mientras los representantes de la administración se levantaban de la mesa de negociación. Un mes después administración y profesionales retomaban las reuniones. En ese encuentro, que tuvo lugar el 11 de enero, la Comunidad de Madrid presentaba una propuesta de subida salarial “irrisoria”, según el sindicato médico AMYTS.

Con este nuevo encierro en una asociación vecinal, que califican de indefinido, las y los profesionales pretenden informar del estado del conflicto y esperan que el gobierno de Ayuso de un paso adelante. “Pretendemos que la negociación llegue a un buen punto”, asegura Hernández Puente. “Lo que está en riesgo es la viabilidad de la Atención Primaria. Ellos no quieren ser médicos de cupo ni dar una medicina que sea menos de la que se merece la ciudadanía”, advierte.

El artículo original se puede leer aquí