El diputado y presidente de Acción Humanista declaró que “nada impide que se realicen cabildos, asambleas, debates, mecanismos para recoger propuestas y opiniones” del mundo social y la ciudadanía para la confección de una nueva Constitución. También sostuvo que en la discusión en el Congreso se puede “evaluar si hay elementos que se pueden incorporar” para mejorar lo resuelto en la negociación entre partidos políticos. Sobre cómo pararse ante la elección de los consejeros constitucionales, el parlamentario indicó que es “fundamental una lista única, tenemos que trabajar y hacer el esfuerzo para mantener la unidad”.

Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Está terminando la semana en que se firmó el acuerdo entre partidos para el desarrollo del “proceso constituyente”. En lo general, a estas alturas, ¿cuál puede ser la mirada sobre ese documento considerando las polémicas abiertas?

Es un acuerdo al que llegamos después de una derrota importante que sufrimos en el plebiscito, es un contexto que no podemos evadir, que no podemos dejar de mirar, y por lo tanto diría que es un acuerdo en que se logra lo que se puede, se logró lo que se pudo. No es algo que nos deje contentos, totalmente satisfechos, nadie salió celebrando, por lo menos en nuestro mundo, en nuestro sector. Pero al mismo tiempo, tenemos plena consciencia que es fundamental terminar de una vez por todas con la Constitución de la dictadura. No hay que olvidar que somos el único país del mundo que 32 años después de terminada la dictadura, mantenemos la Constitución de la dictadura, no hay otro caso. Tenemos que hacer el esfuerzo de pasar a una nueva etapa y sabemos que el resultado de esta propuesta constitucional que habrá no será como la primera, donde se hablaba de transformaciones importantes, profundas, de cambios grandes en materia ambiental, de derechos de las mujeres, de la diversidad, de los pueblos originarios, adultos mayores, en las regiones, para la niñez. Probablemente nos vamos a encontrar con una propuesta bastante más tibia, hemos llegado a una propuesta en la cual si bien habrá 50 consejeros electos, hay 24 designados por el Congreso, que no es lo que hubiéramos querido. Nos enfrentamos a un escenario que no es el que queríamos, no es el ideal, pero que vamos a empujar para que salga la mejor propuesta posible de nueva Constitución.

¿Es exagerada la crítica de que al final podría salir una propuesta de Constitución 2.0 de la de 1980, muy conservadora, y que al final este proceso no va a responder a lo que se espera como cambio constitucional?

No, no creo que vaya a ser una Constitución 1980 2.0, ni que no habrá cambios. Los tiempos cambian, la historia tiene su dinámica, han pasado más de 40 años, hay un cambio generacional, un cambio de mundo, en las relaciones internacionales, en nuestro país hay un cambio político, y todo eso hace que de todas maneras vayamos a tener una Constitución mucho mejor y distinta, se va a establecer el Estado social y democrático de derechos y será un avance.

Insisto, no creo que salga lo que he soñado como humanista durante toda mi vida en términos de derechos sociales, de desconcentración del poder, y tantos otros temas, y desde ese punto de vista nosotros al menos, los humanistas, decimos que acá se mantiene abierta una tarea, un desafío, y vamos a tener que continuar, por mucho tiempo probablemente, con una lucha por construir un país mejor.

¿Cuál es la postura de Acción Humanista respecto a la discusión que viene en el Congreso sobre este acuerdo, ya como proyecto? ¿Ustedes creen que es inaceptable hacerle cambios o piensan que es un espacio para mejorar el acuerdo?

La estructura del acuerdo está. Pero el Congreso no es un simple buzón, y desde ese punto de vista evidentemente que cuando un proyecto llega a una comisión y a la sala, uno tiene que estudiarlo, discutirlo y evaluar si hay elementos que se pueden incorporar para mejorarlo. Eso es innegable y no es ir en contra del acuerdo, de ninguna manera, siempre el aporte que hagamos en el Congreso, en la medida que ayude a mejorar, es bienvenido. Así que no lo vería como una dialéctica entre no tocar o cambiarlo entero, no, se puede estudiar y hacerle eventualmente mejoras.

¿Dónde podrían estar esas mejoras?

En darle más atribuciones al órgano electo (Consejo Constitucional), el Comité de Expertos me parece que quedó con excesivas atribuciones, hay una cantidad grande de vigilancia, de temor de que se termine haciendo algo que a alguien no le guste. Están esas doce bases, los árbitros, los expertos, creo que todo eso es discutible. A mí me gustaría ver la posibilidad de que haya más representación de los pueblos originarios, quedó bien la paridad de entrada y de salida, ese es un punto importante ya logrado. Habrá que estudiar el proyecto a ver cómo viene.

Hay un enorme desafío respecto a la elección de las y los 50 consejeros constitucionales, ya que se va por el sistema de elección del Senado, y son pocos por regiones. ¿El oficialismo o los sectores progresistas, de izquierda, deben ir en una lista única a esa elección?

El proceso electoral que tenemos por delante es muy complejo, sabemos que el sistema del Senado favorece a las fuerzas conservadoras, a la derecha, y le quita de alguna manera una representatividad al proceso. Hubiera aspirado a un sistema electoral más parecido al de diputadas y diputados, buscando la mayor proporcionalidad posible, que sabemos que en el caso del Senado está distorsionada. Por lo mismo, hoy más que nunca, me parece que es fundamental una lista única, tenemos que trabajar y hacer el esfuerzo para mantener la unidad. Sería una señal muy inadecuada que vayamos fragmentados y divididos, pero al mismo tiempo necesitamos que en esta lista única vayan hombres y mujeres que realmente estén comprometidos en aportar en cambios profundos en nuestro país, es la oportunidad que tenemos para generar una Constitución que realmente le permita a una mayoría vivir en  mejores condiciones, para decirlo en términos amplios. Eso depende mucho, por supuesto, de quienes logremos elegir.

Será difícil si se aplica un criterio de partido, de que todos quieran poner a sus candidatas y candidatos.

Bueno, vamos a tener que pensar más en lo conjunto que en lo particular, sé que puede sonar ingenuo, pero es lo importante. Todos los partidos de Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático quisiéramos tener cierta representación, y creo que podemos tenerla en la medida que tengamos una buena conversación, franca, abierta, presentando los mejores nombres, y ojalá no haya un partidos que pretenda un control hegemónico en la lista, eso le haría un daño muy grande a lo que estamos intentando construir.

¿En esa lista debiera haber nombres de la Democracia Cristiana, de los grupos Demócratas o Amarillos?

Los Amarillos no tienen nada que ver por acá, ellos han estado alineados completamente con la derecha, con el Rechazo, con la oposición, eso es evidente, como alguien decía no son realmente amarillos, sino que están en el sector de la derecha. Respecto de Demócratas, no está muy clara su postura. Con la Democracia Cristiana me parece que hubo un trabajo conjunto, y perfectamente podríamos converger en una lista común.

Pero el presidente de la Democracia Cristiana, Alberto Undurraga, dijo que quiere dos listas, no quiere nada con “la izquierda refundacional”, se abrió a Socialismo Democrático pero se cerró a Apruebo Dignidad.

Él tendrá que tomar sus decisiones. Nosotros como alianza de Gobierno vamos a construir una lista, la DC no forma parte de la alianza de Gobierno, así que en definitiva ellos tendrán que tomar sus decisiones. Pero a nosotros no nos van a dividir, si Undurraga con sus declaraciones busca una división dentro de la alianza, está tomando un camino profundamente equivocado.

Para el Comité de Expertos, específicamente para Apruebo Dignidad, ¿será difícil encontrar postulantes, hay nombres, hay perfiles?

No quiero dar nombres ahora, creo que en nuestro mundo hay mujeres y hombres perfectamente capacitados para aportar. No me cabe duda que tenemos que estar presentes en el Comité de Expertos y tener una representación lo más amplia posible. Yo sé que será una tarea compleja, dura, difícil, pero será muy importante, no tenemos que dejarle el espacio de los expertos ni a la derecha, ni a los sectores más conservadores de la sociedad.

Hubo críticas de movimientos sociales, del movimiento feminista, al acuerdo, pero es algo en desarrollo. ¿Cómo ves el canalizar la opinión y las propuestas del mundo social, de la ciudadanía? El acuerdo dice que las Universidades deben jugar un rol, pero esto no está del todo claro.

Nosotros tenemos que ir mucho más allá de lo que dice el acuerdo, el acuerdo es la parte legal, formal, institucional, pero no impide que tengamos una participación ciudadana muy activa y muy relevante. Nada impide que se realicen cabildos, asambleas, debates, mecanismos para recoger propuestas y opiniones, eso es fundamental.

Siempre he planteado que a la hora de redactar una Constitución puede haber un conjunto reducido de personas que sean responsables de presentar la propuesta, pero es un trabajo conjunto, ciudadano, eso lo plantea en el primer proceso y lo vuelvo a plantear ahora. Eso significa una comunidad muy activa, movilizada, presente, que da a conocer su propuesta, su voz, su opinión. Me parece que eso será fundamental, no es algo como parte formal del acuerdo pero para mí es uno de los elementos fundamentales para poder generar una buena Constitución.

¿Cómo ve el rol que debe jugar el Gobierno?

El Gobierno debe ser básicamente prescindente en materia del trabajo del Consejo pero tiene que facilitar todos los elementos para que el proceso de pueda llevar bien hacia adelante, para que sea un proceso informado. Por más que a la derecha no le guste, me parece fundamental el rol del Gobierno para informar adecuadamente como lo hizo en el primer proceso, esa es una labor fundamental.

Me parece también muy importante que el Gobierno siga atendiendo sobre todo las fuertes necesidades sociales que están planteando hoy la inmensa mayoría del país. Necesitamos un Gobierno que esté muy activo en darle respuesta a las trabajadoras y a los trabajadores, a los estudiantes y las familias que siguen endeudadas, a los trabajadores del mundo agrícola, a los pescadores, a los forestales, al mundo indígena, ahí tenemos una gran tarea. Por supuesto el tema de la delincuencia, el narcotráfico, la seguridad que le preocupa a la ciudadanía, todo lo relacionado con el alza del costo de la vida. El mejor aporte que puede hacer el Gobierno es trabajar intensamente en responder a las necesidades sociales de las familias chilenas.