Por Miguel Salas

Este mes será agitado en el Reino Unido. Una oleada de huelgas no vista desde hace muchos años recorrerá todo el país y movilizará a muy diferentes sectores.

Ferroviarios. 40.000 trabajadores convocados a la huelga los días 13, 14, 16 y 17.

Servicio Nacional de Salud. Los enfermeros y enfermeras están convocados a la huelga los días 15 y 20. Se han unido los conductores de ambulancias, alrededor de 15.000 trabajadores. Si se extiende a otros profesionales, médicos, comadronas, fisioterapeutas, pueden movilizarse unas 300.000 personas. La situación del NHS (Servicio Nacional de Salud) es desastrosa. Se calcula que unos 7 millones de personas están en lista de espera. Más de 100.000 puestos de trabajo están pendientes de cubrir. Además de aumento salarial se exigen medidas para la mejora del carácter público de la sanidad.

Correos. Los días 9, 11, 14, 15, 23 y 24 no se repartirán cartas o paquetes postales. Unos 110.000 trabajadores están convocados a la huelga. La histórica Royal Mail fue privatizada en 2013 y desde entonces el servicio no deja de empeorar, aunque los accionistas siguen cobrando sus buenos dividendos.

Eurostar: El servicio ferroviario que une a Gran Bretaña con el continente no contará con servicio los días 18, 22 y 23.

Personal de aduanas. 8 días de huelga durante las fiestas navideñas.

Los autobuses de Londres fueron a la huelga los días 1 y 3 de diciembre y preparan nuevas huelgas si no tienen respuesta a sus reivindicaciones.

Hay también huelgas convocadas en las oficinas de pasaportes, en los transportes, en la seguridad, en las oficinas de cambios de monedas, los examinadores de carnets de conducir, bomberos… una oleada de movilizaciones que se parecería a una huelga general si coincidiera en las fechas. Todos reclaman un aumento salarial que se aproxime a la inflación.

No hay para menos. La inflación está en el 11%, la mayor desde hace 40 años, y la inflación alimentaria es del 16,4%, la mayor desde 1977. Los salarios llevan tiempo estancados y la situación en los barrios más desfavorecidos es alarmante. El proyecto The Pantry, un banco de alimentos, denuncia que “hay personas que se alimentan con comida de mascotas o que intentan calentar la comida en el radiador o con una vela”. La organización de defensa del consumidor Which?  denuncia que 9 de cada 10 consumidores están preocupados por el precio de la energía y de los alimentos; 8 de cada 10 lo están por los precios de los combustibles y 6 de cada 10 por el precio de la vivienda.

¿Cuál es la respuesta del gobierno conservador? Utilizar a militares y funcionarios especializados para hacer de rompehuelgas en sectores que ellos llaman estratégicos, transportes, ambulancias o fronteras, o incluso, si lo consideran necesario, militarizar algunos de los sectores en huelga.

Un diciembre movido para la clase trabajadora británica. Un anuncio de batallas que pueden extenderse por toda Europa.

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