Expertos coinciden en que las economías de África necesitan desarrollar enfoques innovadores para lidiar con la producción de plástico, que se duplicará en 20 años y afectará negativamente a las comunidades rurales del continente.
Por Aimable Twahirwa
Expertos coinciden en que las economías de África necesitan desarrollar enfoques innovadores para lidiar con la producción de plástico, que se duplicará en 20 años y afectará negativamente a las comunidades rurales del continente.
Los especialistas mantuvieron una reunión en Kigali, la capital de Ruanda, al margen del Foro Mundial de la Economía Circular (WCEF, en inglés), que se realizó entre los días 6 y 8 de diciembre.
Como resultado de los actuales esfuerzos mundiales para impulsar la transición de África a una economía circular a nivel nacional, regional y continental, las estimaciones oficiales muestran que la transición a una economía totalmente circular podría generar 4,5 billones (millones de millones) de dólares en beneficios económicos a nivel mundial para 2030.
Durante el Foro Mundial, representantes gubernamentales, investigadores, activistas de la sociedad civil y socios estratégicos lanzaron una iniciativa: la Coalición de la Gran Ambición para Acabar con la Contaminación por Plásticos, con la meta de lograrlo para 2040.
“El problema de la contaminación por plásticos ha alcanzado niveles de crisis y es hora de que los contaminadores rindan cuentas”, dijo a IPS Zaynab Sadan, coordinadora regional de Políticas sobre Plásticos para África del no gubernamental Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Según los expertos, la clave para una economía circular en África es eliminar el vertido abierto y la quema de residuos en el continente y promover el uso de los residuos como recurso para la creación de valor y empleo.
La economía circular pretende pasar del actual modelo despilfarrador de “tomar-hacer-desechar” al de “producir-consumir-reutilizar”, en un círculo virtuoso que incluye especialmente a los plásticos.
Las últimas estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) muestran que aproximadamente 7000 millones de los 9200 millones de toneladas de plástico producidas entre 1950 y 2017 en todo el mundo se han convertido en residuos plásticos, acabando en vertederos o arrojados a la basura.
Los expertos en medioambiente sostienen que esta contaminación ha alterado los hábitats y los procesos naturales y ha reducido la capacidad de los ecosistemas para adaptarse al cambio climático, afectando a los medios de subsistencia, la capacidad de producción de alimentos y el bienestar social de millones de personas, principalmente en el África subsahariana.
Los expertos coinciden unánimemente en que el consumo y la producción de plástico han alcanzado niveles insostenibles en los últimos 30 años, llegando a 460 millones de toneladas entre 2000 y 2019.
El informe Perspectivas Globales de los Plásticos 2022, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), indica que gran parte de este crecimiento se debe principalmente al incremento masivo de la producción de plásticos de un solo uso para envases y bienes de consumo. Ellos representan la mitad de la generación de residuos plásticos.
Para hacer frente a este fenómeno creciente, Sadan insiste en la necesidad de que los países africanos integren al sector informal de los trabajadores en el reciclaje y la gestión de residuos.
“Hay una necesidad acuciante de mejorar los servicios de recogida de residuos y la gestión en los vertederos”, dijo la activista conservacionista a los delegados en la presentación de la nueva Coalición de la Gran Ambición para acabar con los plásticos contaminantes.
Las proyecciones oficiales indican que, para 2060, el uso de plásticos podría casi triplicarse en todo el mundo, impulsado por el crecimiento económico y demográfico.
Se prevé que las fugas de plásticos al medioambiente se dupliquen hasta alcanzar los 44 millones de toneladas anuales, mientras que la acumulación de plásticos en los medios acuáticos se triplicará con creces, y los mayores costes se prevén para el África subsahariana, cuyo producto interno bruto (PIB) se reduciría 2,8 % por debajo del nivel de referencia.
Kristin Hughes, directora de la organización Pilar de Circularidad de los Recursos e integrante del comité ejecutivo del Foro Económico Mundial, dijo a los delegados que, si se mantienen las tendencias actuales, en 2050 habrá 1000 millones de toneladas métricas de residuos plásticos en vertederos o en el medio natural.
“La incorporación de la ciencia y un enfoque basado en pruebas son fundamentales para acabar con la contaminación por plásticos en África”, afirmó Hughes.
Durante varias sesiones paralelas al foro, Ruanda ha sido destacada como un modelo a seguir en África en la gestión de residuos, porque desde la prohibición de las bolsas de plástico en 2008, ha dado avanzado con innovadoras medidas y en 2018 instaló el reciclaje de residuos electrónicos.
Respecto a este avance, la ministra ruandesa de Medio Ambiente, Jeanne d’Arc Mujawamariya, subrayó la necesidad de que el país refuerce los mecanismos existentes para tener una economía neutra en carbono en 2050.
“A pesar de estos logros, sigue habiendo deficiencias que exponen al país a las graves consecuencias de una gestión inadecuada de los residuos, incluidos los peligrosos”, dijo la ministra.
Terhi Lehtonen, viceministro finlandés de Medio Ambiente y Cambio Climático, está convencido de que erradicar la contaminación por plásticos requiere un enfoque sistémico, ya que la contaminación por plásticos no es simplemente un problema de consumo.
“La contaminación por plásticos está aumentando a un ritmo alarmante… Los países africanos necesitan adoptar una estrategia de control holística tanto a nivel de producción como de consumo”, dijo a los delegados en el Foro.
El recién creado mecanismo mundial, la Coalición de Gran Ambición para Acabar con la Contaminación por Plásticos, se ha comprometido a desarrollar ambiciosos instrumentos internacionales y jurídicamente vinculantes basados en un enfoque integral y circular que garantice la adopción de medidas urgentes e intervenciones eficaces a lo largo de todo el ciclo de vida de los plásticos.
Erlend Haugen, coordinador noruego de la Iniciativa Global, afirmó que el nuevo tratado debe establecer disposiciones para la minimización de los residuos plásticos y la recogida, clasificación y preparación ecológicamente racionales para la reutilización y el reciclado de los residuos plásticos, con el fin de reintroducir los plásticos reciclados en la economía y evitar fugas al medioambiente.
Pero los activistas están convencidos de que las comunidades también tienen conocimientos y experiencia vitales que pueden ayudar a combatir la lacra de la contaminación plástica.
“Los países también deberían adoptar un enfoque que tenga en cuenta las cuestiones de género para hacer frente a la contaminación plástica”, afirmó Sadan.
Según esta activista, los jóvenes también podrían desempeñar un papel muy influyente en el control de los residuos plásticos concienciando sobre su impacto negativo.