La ciudadanía atónita ante noticias del proceso de recambio de Fiscal Nacional en Chile.

Más allá de las pugnas políticas desatada en este recambio, y con la memoria fresca de cómo el saliente Abbott, en su momento de selección, compromete en forma impresentable, los cierres de las persecuciones penales a la élite política del país, por los casos que iniciaban y que revelaban los aportes o coimas desde el empresariado a las tesorerías de campaña de distintos y variopintos partidos, promesa negada, pero en los hechos cumplida.

Si hacemos hoy el recorrido inverso de los distintos pasos de esta telenovela política, partiendo de las características de José Morales, el reemplazante rechazado, hasta el inicio de su postulación, y considerando los motivos del rechazo, resulta insostenible este tipo de mecanismos para la elección de quien dirige los hilos de la persecución del delito cometido en contra de las víctimas ciudadanas.

En 2015 ya estuvo Morales en la pugna de postulaciones compitiendo con Abbott, y muchos piñeristas lo respaldaron bajo las premisas de que es un hombre de confianza para los intereses de Estado (léase interés de la elite), no por nada se le conoce con el mote de “El sepulturero” (que sepulta casos que persigan las fechorías de la elite). Bueno, sabemos que en esa fecha perdió la pulseada.

Pero ahora en este proceso 2022, Morales está incluido nuevamente en los postulantes (17), desde los cuales La excelentísima Corte Suprema, es decir sus 21 miembrxs, presentaron su quina revisada en sus méritos, (Los aspirantes tuvieron que exponer durante 10 minutos ante el máximo tribunal), para que en el ejecutivo se eligiera a la candidatura que seguiría su camino para los pasos de confirmación en el Senado.

La Excelentísima define méritos.

Y la Corte Suprema colocó en su quina de cinco nombres a Morales, con 17 votos favorables en esa instancia, la primera mayoría, ya que el siguiente obtuvo 9 votos; todo este apoyo sin advertir (cree uno ingenuamente) su condescendencia hacia los posibles imputados en el caso Cascadas, Colusión de las Farmacias, con el soborno de LATAM en Argentina (cuando el ex presidente Piñera era accionista mayoritario). Un facilitador de que los delincuentes de cuello y corbata, puedan salir impunes de sus “malas prácticas”, obtiene del máximo tribunal chileno la primera mayoría. Es de no creerlo.

Por suerte la ciudadanía ha elegido un presidente progresista y probo en La Moneda, y en esa segunda instancia, pensaban, Morales no pasará.

En el intertanto, otro de los meritorios candidatos seleccionados por la Corte Suprema, renuncia por motivos personales a seguir en esta carrera al sillón de la Fiscalía Nacional, y no se vaya a creer que es por lo que reveló La Tercera: el renunciado candidato Rodrigo Ríos, firmó en el pasado un mandato para representar al narcotraficante Richard Eduardo Riquelme -conocido como Richard Rico o «el chileno más peligroso del mundo»- en un proceso de extradición.

El ejecutivo elige lo mejor para sus ciudadanos.

Volviendo a Morales, el más votado, resulta finalmente seleccionado por La Moneda (no nos atrevemos ya a decir que fue una decisión de Boric, después de que éste nos aclarara el significado profundo de “en la medida de lo posible”, la frase del DC golpista, en el acto en que se le descubría su estatua en el sector trasero del Palacio de La Moneda); tal selección y apoyo sin advertir (cree nuevamente uno ingenuamente) que es el candidato del piñerismo, al que le preocupa que un nuevo Fiscal Nacional distinto a Morales, pueda investigar y perseguir penalmente al ex Mandatario por violaciones a los DD.HH. durante el estallido social. Además de ser quien propuso “las clases de ética” como castigo alternativo, para los delincuentes que le robaron por años a la ciudadanía, a sus enfermas crónicas, en el caso de colusión del cartel de  las farmacias; sin olvidar que hizo la vista gorda al desfalco del  caso “paco gate”.

Para que se concretara esta candidatura con tanto mérito, patrocinada desde La Moneda, requería ser ratificada con el respaldo de 2/3 de los senadores en ejercicio, lo que corresponde a 33 de los 50 integrantes del Senado Nacional.

El resucitado Senado, da la nota disonante.

La verdad, pocas expectativas podía tener la ciudadanía, que la ascensión de Morales fuera detenida en esta instancia, tan vinculada a las peores prácticas políticas históricamente. Pero, sea por pugnas internas o otras cuestiones poco rastreables, desde RN vinieron las preguntas de los integrantes de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, en materias como el Caso Cascadas, derechos humanos, escuchas y el Pacogate, entre otros. Y el senador Galilea puso la guinda de la torta, al traer a colación el caso “Basura”, en que Morales apoyó al filo de la ley, a su pareja involucrada, con jugadas judiciales bastante turbias. Galilea añadió que «ella declara que recibió asesoría legal suya para firmar una declaración, cuestión que está terminantemente prohibida en la ley, siendo que usted es fiscal y ella estaba siendo citada en un proceso por la Fiscalía». «Vi sus declaraciones y usted dice que fue una consulta de amigos. A mí me incomoda porque lo encuentro un actuar imprudente (…) de usted como fiscal.»

Ante este claro asedio a Morales, ya estábamos a punto de tragarnos nuestros prejuicios, cuando viene la votación en la Comisión y Morales consigue pasar a la aprobación en Sala, por 3 votos a 1. La máquina política sorteaba así su tercera prueba, a pesar de todo.

Y cuando pensábamos que Morales Opazo lograba su objetivo, vino la sorpresa total; la Sala del Senado rechazó, por 31 votos a favor (le faltaron 2 votos), 6 en contra y 8 abstenciones, la carta del presidente Gabriel Boric para asumir la jefatura del Ministerio Público por los próximos ocho años.

Votaron en contra de la nominación los senadores Karim Bianchi (ind.), Fabiola Campillai (ind.), Juan Castro (RN), Iván Flores (DC), Rodrigo Galilea (RN), Esteban Velázquez (FRVS); en tanto, se abstuvieron los senadores Fidel Espinoza (PS), José García (RN), Carlos Kuschel (RN), Rafael Prohens (RN), Kenneth Pugh (RN), Gastón Saavedra (PS), David Sandoval (UDI), Alejandra Sepúlveda (FRVS). Además, se sumaron las ausencias de los senadores Yasna Provoste (DC), Felipe Kast (Evópoli), Alfonso de Urresti (PS), Sebastián Keitel (Evópoli) e Isabel Allende (PS), complicando de sobre manera alcanzar el quórum de aprobación.

El epílogo de la teleserie marca, la caída del “Panzer” Insulza del liderazgo de la bancada del actual “socialismo democrático” en la Cámara Alta; y el llamativo respaldo público a Boric y su electo, desde la UDI pinochetista; y su reunión “semi secreta” con el presidente de esa colectividad de ultraderecha. ¡Pero qué es esto!

Definitivamente, nuestra propuesta de décadas, de que todas las autoridades del poder judicial, requieren ser electas desde la Soberanía del Pueblo, mediante votación directa, lo que les obligue a realizar su trabajo de modos que respalde la justicia para la ciudadanía y la proteja de los usos y abusos de nuestra peligrosa e insaciable élite criolla.

 

Redacción colaborativa de M. Angélica Alvear Montecinos; Gladys Mendoza Jaque y Guillermo Garcés Parada; Comisión política.