PRESENTACION

Una de las primeras consecuencias del aplastante triunfo del Rechazo, en el reciente plebiscito, fue el cambio de gabinete del gobierno de la coalición Apruebo Dignidad, hecho ocurrido en los días 05 y 06 del mismo mes, hecho que se veía venir desde hacía bastante tiempo; especialmente, luego de las fallidas intervenciones de la ministra del Interior Izkia Siches y los poco felices encuentros entre el ministro Secretario General de Gobierno Giorgio Jackson con los sectores de la ex Concertación (en especial, con los senadores del PS) en las semanas y meses anteriores al acto cívico.

Un cambio de gabinete no es algo extraño en el desempeño de un gobierno; sin embargo, en este caso sí lo ha sido: marca un antes y un después en la corta vida de aquello que iba a ser el Gobierno del pacto Apruebo /Dignidad. Porque, luego de ese suceso, no puede decirse, con soltura, que ese gobierno siga existiendo. Sostenemos nosotros, aquí, que el referido gobierno ha dejado de existir y que, en su lugar, se han asentado las bases para el sexto gobierno de la Concertación de Partidos por la Democraciai.

A LA MANERA DE LA VIEJA ‘ÉLITE POLÍTICA’

El comportamiento de la que, posteriormente, sería conocida como ‘la bancada estudiantil’, ya en su tiempo dio a entender que estaría reproduciéndose en ella la forma de actuar de la vieja ‘élite política’; entre otras, las promesas de terminar con las malsanas prácticas de quienes, representando ‘los intereses del pueblo’, se dedicaban a hacerlo con los propios. Era presumible que las propuestas sobre rebajas a las rentas de los parlamentarios y de los funcionarios pagados con fondos del Estado, quedaran en el olvido. Bastó solamente que el Poder Judicial mostrara su rechazo a tal idea para desecharla. Prometer —y, después, desdecirse— comenzó a transformarse en la forma de vida de la nueva administración, práctica que ha hecho, incluso, que el presidente ‘olvide’ toda reforma a Carabineros, privilegiando su uso en la lucha contra la delincuencia. El ‘olvido’ de las promesas llevó, hace poco, al viejo diario ‘El Clarín’, a reclamar por el cumplimiento de otra:

“El gobierno de Gabriel Boric tiene en sus manos la resolución emitida en 2022 por el juzgado 101 de Madrid que provisionalmente obliga al estado chileno a indemnizar 551,77 millones de dólares de daños y perjuicios a Don Víctor Pey y la Fundación española Presidente Allende, los propietarios del diario El Clarín, tomado por militares desde la madrugada del mismo día del golpe de 1973 hasta hoy.

Hasta la fecha, las señales del gobierno de Gabriel Boric han sido de continuidad. Los que representan al Gobierno de Chile en los tribunales españoles han mantenido con Boric exactamente la misma línea que sus predecesores en las últimas cinco décadas: beligerante oposición a cualquier tipo de indemnización, rechazo a la transacción propuesta para volver a sacar el medio de comunicación más vendido hasta 1973”ii.

No es lo único. Tomamos, aquí, por vía meramente ejemplificativa, el caso del TPP11:

“Contradiciendo sus propios dichos acerca de los riesgos y perjuicios implicados en que Chile adscriba al acuerdo político y comercial TPP-11, el gobierno de Gabriel Boric ha resucitado el interés por ello, que parecía haber sido desahuciado con el fin del período de Sebastián Piñera”iii.

Y, al respecto, la cáustica crítica del senador socialista Alfonso de Urresti:

“[…] me he formado la convicción que no es conveniente su aprobación. Sé que el gobierno lo está impulsando ahora, pero me parece inconducente, me parece extraño que se dé una vuelta de posición tan brutal frente a lo que el propio Presidente (Gabriel Boric) y otras autoridades, hoy día gubernamentales, han manifestado su oposición a suscribir este tratado”iv.

Boric y los demás líderes de Apruebo Dignidad no parecen entender que el llamado ‘estallido social’ se realizó en protesta contra la ‘élite política’. Por el contrario: nunca han ocultado sus intenciones de desplazar a la Concertación para tomar su lugar en la lucha política de la nación. En síntesis: transformarse en la nueva y renovada versión de la vieja ‘élite política’.

Estas prácticas —censurables, por cierto— se han multiplicado con posterioridad a la asunción de mando y las visitas a los viejos líderes de la Concertación se hacen frecuentes. La administración Boric se perfila, así, como la continuación por otros medios de la política aplicada durante los sucesivos gobiernos de aquella coalición, en un parecido tal que un analista no ha vacilado en comentar de la siguiente manera:

“Ricardo Lagos, socialdemócrata de la cuerda de Felipe González, que ya gobernó prudentemente, hace bien en guiar a Gabriel Boric. Nadie en sus cabales quiere que fracase”v.

Bachelet, Luis Maira y otros próceres son sus otros contactos. Así, es posible entender que la propia política de los acuerdos y las referencias del presidente Aylwin de gobernar ‘en la medida de lo posible’, hayan sido, desde un comienzo, los pilares de la nueva administración. Especialmente, luego que Aylwin rectificara sus expresiones:

“Esa frase la dije en relación a la búsqueda de la verdad y la justicia respecto de las violaciones a los DD.HH. Hoy algunos la usan para criticar lo que hizo la Concertación. Guste o no, la política consiste en ensanchar los límites de lo posible, en un diálogo entre los principios y valores que se profesan, con la realidad”vi.

Pero no lo olvidemos: ensanchar los límites de lo posible fue una medida que raras veces se intentó adoptar en los sucesivos gobiernos concertacionistas. La forma de gobierno que la Concertación de Partidos por la Democracia impuso fue esa: actuar ‘en la medida de lo posible’ a fin de no atraer la ira de los sectores patronales. Y esa forma de gobernar sería la que se aplicaría en los gobiernos sucesivos.

PRIVILEGIANDO EL ROL DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

La idea de privilegiar el rol de los partidos políticos por sobre los movimientos sociales comenzó cuando los grupos estudiantiles comenzaron a organizarse en estructuras políticas más permanentes y, para resolver sus diferencias, quisieron emular, como copia criolla, al pacto político uruguayo y organizarse de esa manera. No por otro motivo, las organizaciones políticas que darían vida y continuidad al pacto llamado ‘Frente Amplio’ corrieron a inscribirse en el SERVEL para dar la lucha política en favor de una democracia más profunda.

Los partidos son organizaciones funcionales al sistema capitalista que se preparan para gobernar. Y eso se hace apoderándose del control de los llamados ‘aparatos de Estado’, que es el nombre de las instituciones estatales. El ‘Frente Amplio’ siempre ha funcionado como partido múltiple. Como tal, jamás ocultó sus deseos de controlar la CC; lo hizo desde un comienzo en concomitancia con militantes de partidos políticos de ‘izquierda’ nucleados alrededor del vicepresidente Jaime Bassa, a quien siempre se consideró como ‘el hombre de Boric’ en la Convención. Bassa tuvo como función consolidar el apoyo de los sectores socialistas al interior de esa organización. Durante todo ese período, que coincidió con el período de elecciones presidenciales, se buscó, por todos los medios posibles vincular esas elecciones con la marcha de la CC en un proceso que, en varios de nuestros documentos, denunciamos, como ‘presidencialización’ de la CC. Diversos inconvenientes impidieron que esa tarea pudiese realizarse en el período en que fue presidenta Elisa Loncón. Sin embargo, la ocasión se presentó al terminar el período de esa directiva. La carta del Frente Amplio para desempeñar el cargo de presidenta del órgano constituyente fue Beatriz Sánchez. Pero las maniobras políticas del Frente Amplio y sus inevitables conflictos con el PC fueron descubiertas y el sector de convencionales independientes le dio el triunfo a María Elisa Quinteros. Estas maniobras terminarían afectando fuertemente el trabajo de la CC y contribuyendo eficazmente al triunfo del Rechazo.

UNIDAD NACIONAL EN TORNO AL PRESIDENTE

La unidad del Estado es primordial para perpetuar la vigencia del sistema capitalista. Cualquier propuesta que dañe esa unidad debe ser desechada. Siendo el presidente de la República factor de unidad del Estado/nación, constituye una ‘herejía’ negarse a ser presidente de todos los ciudadanos, como lo hizo el presidente Salvador Allende. En el caso del gobierno de Apruebo/Dignidad, la protección de la unidad del Estado/nación ha quedado a buen resguardo en torno a la figura del presidente. Así lo indica el discurso de Gabriel Boric al momento de ser electo cuando, al parafrasear algunas expresiones de Isaac Newton, señalò:

«La historia no parte con nosotros. Estamos parados sobre hombros de gigantes y un país lo construimos entre todos. Espero poder ser el presidente de todos los chilenos»vii.

INSTALANDO EL PRIMER GABINETE

En diciembre de 2021, y luego de la consolidación de su triunfo, el Gobierno de Apruebo Dignidad procedió a trabajar en la designación del primer gabinete. Pero el tamaño de ese pacto era insuficiente para gobernar: necesitaba ampliarse, necesitaba aumentar la base política. Especialmente, luego de la elección de un Parlamento hostil. Entonces, la coalición se reunió para adoptar algunos acuerdos.

“Por casi 2 horas se reunió Boric con los presidentes de los partidos de su coalición: Francisca Perales (Convergencia); Margarita Portuguez (RD) y Ka Quiroz (Comunes), Guillermo Teillier del PC, y Flavia Torrealba de la Federación Regionalista Verde. El presidente electo les pidió debatir la ampliación de la alianza de gobierno: sin que lo explicitara […] Así lo transmitió Giorgio Jackson, en sus declaraciones tras la cita.

‘Estoy consciente de lo que se requiere para que tengamos éxito’, les habría transmitido Boric […] Además, les habría indicado que esperaba que la relación de los partidos de Apruebo Dignidad con la ex Concertación sea coherente con lo que concuerde con esos partidos”viii.

La base política fue ampliada. Pero, dice un refrán, ‘del dicho al hecho, hay mucho trecho’. Poco tiempo después, al momento de hacer las designaciones, el acuerdo sería violado e ingresarían algunos de los partidos de la ex Concertación con cupos en el gabinete, como sucedió con el subsecretario del Interior Manuel Monsalve, el ministro de la Vivienda, Carlos Montes, y el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, entre otros. La excusa fue que se necesitaba gente con ‘experiencia’ política. El gobierno comenzaba a compartirse. Pero se necesitaba la concurrencia de otros sucesos que precipitaran el vuelco hacia una transformación más radical.

EL TRIUNFO DEL RECHAZO Y LA REACCIÓN DEL GOBIERNO

El triunfo del Rechazo no fue una sorpresa para el Gobierno. Era algo esperado, aunque no en la proporción que se dio. Semanas antes, ya el presidente había dado a conocer lo que se conocería como su ‘Plan B’ para el caso que ganase el Rechazo; este plan contemplaba, precisamente, una nueva Convención Constitucional. Pero, aunque no se dijo expresamente, el triunfo del Rechazo iría a gravitar fuertemente en el cambio de Gabinete que se precipitó, en caída libre, debido al alto porcentaje de votos alcanzado por el Rechazo.

CAMBIO DE GABINETE COMO EXCUSA PARA EL CAMBIO DE POLÍTICA

La idea de cambiar la composición del gabinete había comenzado a tomar cuerpo luego de las poco felices intervenciones de la ministra Izkia Siches y, por ende, al compás de las reiteradas exigencias de la oposición a hacerlo o, al menos, a cambiar la ministra del Interior. Las semanas pasaron. Pero un nuevo suceso comenzaría a gravitar con fuerza para determinar el momento exacto en que deberían producirse los hechos.

Los datos estadísticos habían estado anunciando un persistente triunfo del Rechazo en el plebiscito de salida, circunstancia que preocupaba al gobierno. El presidente comenzó a preparar su gabinete de relevo de la única manera que podía hacerlo: con figuras públicas de la ex Concertación.

Podemos así, señalar que el Rechazo no fue la causa primordial del cambio de Gabinete sino fijó las condiciones inmejorables para realizarlo y permitir, de esa manera, al gobierno, obtener el apoyo de todo el sector concertacionista con excepción de la DC. Era, por lo demás, la única vía posible para un gobierno que había privilegiado el pacto con organizaciones políticas por sobre las organizaciones sociales.

ERA INEVITABLE QUE ASÍ SUCEDIERA

Sin lugar a dudas lo era. Y es que nunca Boric quiso buscar apoyo en los movimientos sociales (el ‘pueblo’). Para él, ‘pueblo’ no pareciera ser otra cosa que la militancia de los partidos políticos, creencia que puede resultarle traicionera, pues no debe olvidar que la estructura política del sistema capitalista es lo que más necesita de la existencia de los partidos. Porque la democracia es la forma normal de gobierno para el sistema capitalista y, para ejercerla, se requiere de la concurrencia copulativa de tres requisitos indispensables que son la separación de ‘poderes’, la existencia de partidos políticos y la realización de elecciones periódicas libres, secretas e informadas.

EL SEXTO GOBIERNO DE LA EX CONCERTACIÓN

El cambio de gabinete tuvo como rasgo fundamental la incorporación de gran parte del espectro concertacionista a los cargos claves de gobierno y la salida, de los mismos, de los amigos del presidente y de quienes formaron parte del núcleo de jóvenes dirigentes estudiantiles que guiaron las exitosas protestas de 2011. Fue un acto desesperado por el que debió pagarse un alto costo. Así lo señalaría un medio:

“Soterrada es la molestia en el Frente Amplio por los costos que han debido pagar la coalición por la derrota del Apruebo en el plebisicito de salida. Ya había generado incomodidad en el conglomerado la salida de Giorgio Jackson (RD) del comité político […] el Partido Comunista, duplicó su presencia en el equipo político del mandatario con la integración del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, liderado por Jeannette Jara (PC), a la instancia”.

“Pero a ello se sumó una nueva baja para el conglomerado y un revés definitivo para Revolución Democrática. Este jueves Presidencia dio a conocer la designación del subsecretario de Educación, Nicolás Cataldo (PC) a la Subsecretaría de Desarrollo Regional, cargo que hasta entonces asumía el ex diputado y uno de los fundadores de RD, Miguel Crispi”ix.

El gabinete actual es, sin lugar a dudas, concertacionista; se puede descubrir en el mismo las manos de los ex presidentes Lagos y Bachelet, además de otros miembros de la ‘élite política’ como Luis Maira, etc. Un gabinete capaz de parar la creciente agresividad de ‘la derecha’ que se siente triunfadora y que ha tratado, incluso, de dictar las pautas de funcionamiento al propio gobierno.

Podemos asegurar, así, que el gobierno de Apruebo Dignidad ha dejado de existir y que, en su lugar, se levanta un sexto gobierno de la Concertación de Partidos por la Democracia en donde las transformaciones sociales prometidas tendrán lugar, sin lugar a dudas, pero al cadencioso ritmo de ‘la medida de lo posible’. Un ejemplo de ello ha de encontrarse en las manifiestas incongruencias que contiene la Agenda Pro Inversión de 2022, recientemente dada a conocer, en sus diferentes capítulos, texto que hiciera decir a una representante del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA:

“En días en que el Presidente Boric nos habla de ir por más democracia y no por menos, da a conocer la Agenda pro Inversión Septiembre 2022 que va en el sentido contrario y nos presenta un panorama ya conocido, muy propio de los gobiernos anteriores”x.

En ese mismo ritmo ha de moverse el establecimiento de una nueva Convención Convencional. Porque nunca ha sido posible volver atrás la rueda de la Historia. Por lo mismo, parece difícil volver a pensar en una CC igual o similar a la que fue electa en 2021. Especialmente, cuando existe un gobierno sostenido por organizaciones políticas que parecen haber coincidido en aceptar las condiciones impuestas por quienes representan los intereses de los que compran fuerza o capacidad de trabajo.

“Miembros de partidos del oficialismo concordaron en que buscarán impulsar la creación de una nueva convención constituyente, 100% electa. En el Partido Socialista aseguraron que buscarán incluir expertos, en tanto en Acción Humanista señalaron que impulsarán la inclusión de elementos de la propuesta constitucional rechazada”xi.

 

i Es posible que también a ese Gobierno ingrese, más adelante, la Democracia Cristiana.
ii Redacción: “Hace cinco años atrás, Gabriel Boric defendía el pago de la indemnización del caso Clarín; hoy mantiene silencio”, ‘El Clarin’, 18 de septiembre de 2022.
iii Hevia, Aniceto: “Contradiciéndose, el gobierno de Boric gestiona adhesión de Chile al TPP11 poniendo la soberanía al arbitrio de empresas y tribunales internacionales”, ‘Resumen’, 17 de septiembre de 2022.
iv Moya Plaza, Osciel: “Senador Alfonso de Urresti y el TPP11: ‘Me parece extraño que (Boric) se ve una vuelta de posición tan brutal’”, Radio de la Universidad de Chile, 20 de septiembre de 2022. La negrita es del original.
v Montaner, Carlos Alberto:”Boric y Lagos”, ‘El Líbero’, 17 de septiembre de 2022.
viRedacción: “Las frases de Patricio Aylwin en su vida política”, El Mercurio, 19 de abril de 2016
vii Redacción: “Boric espera ser ‘el presidente de todos los chilenos’”, cable de la Agencia EFE, Swissinfo, 19 de diciembre de 2021.
viii Von Baer, Alex y Arriagada, María: “Gabinete de Boric: Apruebo Dignidad se abre a que entren figuras de centroizquierda, pero con límites a una coalición de gobierno”, ‘Ex Ante’, 22 de diciembre de 2022.
ix Cisternas, María Luisa: “A la retaguardia del Gobierno: el alto costo que asumió el Frente Amplio en el viraje del Ejecutivo hacia la centroizquierda”, Radio Universidad de Chile, 10 de diciembre de 2022.La negrita es del original.
x Ardiles Órdenes, Karen: “La Agenda Pro Inversión del Gobierno no va por más democracia”, Radio Universidad de Chile, 14 de septiembre de 2022.
xi Huenante, Víctor: “Ruta constituyente: Oficialismo apuesta por Convención con expertos y parte de propuesta rechazada”, ‘Radio Biobío’, 17 de septiembre de 2022.