¿Cómo sobrevive Lima? ¿Qué rol tenemos nosotros, sus habitantes, en el devenir de esta ciudad? Conversamos con Patricia Ciriani, historiadora del arte y autora de “Lima la Sublime (Apuntes para una ciudad caníbal)” sobre las posibilidades que aún brinda nuestra caótica capital.

 Por Sol Pozzi-Escot

-¿Por qué pensar Lima?

-Lo que he descubierto desde que me instalé en Lima, es que hay interés por la ciudad, lo que falta son canales donde las personas puedan hablar de su relación con ella. Faltan lugares de encuentro, y este libro es un aporte al debate sobre Lima. Quiero hacer despertar a la gente, hacer que los limeños puedan apropiarse de sus calles.

-¿Falta compromiso de parte de la sociedad?

-Lo que falta es consulta ciudadana. Estamos en año de elecciones, y no veo ningún debate ciudadano, a lo mejor habrá candidatos que se suben a un estrado y dicen “Vamos a hacer una Lima fuerte”, pero sin ningún contenido adentro, y hay poquísimos planes de gobierno reales.Hay mucho por hacer. Se debe generar ambiente entre vecinos,donde se pueda hacer deporte, comidas.Las cosas más lindas llegan a devenir casi ilegales, porque no hay canales formales donde hacerlo, uno tiene que pedir permisos a la municipalidad, que casi nunca te dan. ¿Quieres ocupar tu plaza el domingo? Deberías poder hacerlo, sin tener que pasar por una coima o un conocido en la alcaldía.

-En su libro pone en duda la posibilidad de hablar de una identidad de Lima, siendo ese factor el que permite el encuentro de realidades y diferentes mundos dentro de la ciudad. ¿Qué nos puede explicar sobre su postura?

-Lo que me encanta de Lima es que no tiene una identidad, sino múltiples identidades relacionadas a las múltiples naciones que la componen. Es una megalópolis multinacional, la riqueza del Perú se encuentra en Lima. Esto permite que haya tantas cosmovisiones como naciones, grupos étnicos, religiosos, etc. Tenemos que aprovechar esto, y transformarlo en algo positivo y no negativo. Por ejemplo, en Perú el turismo es vivencial, y Lima es igual. Estar en la calle limeña es una aventura, puede pasar cualquier cosa en cualquier momento.Sin embargo, si comparamos Lima con otras ciudades de América, como Sao Paulo o Bogotá, es una ciudad con menos armas, con menos atracos. Existe aún la vida de barrio, que permite que conozcas a la casera, al vendedor, y eso hace que los ojos de la calle estén siempre presentes, y no se tenga que depender siempre de la policía..

-El libro trata también de la curaduría artística como agente de cambio. ¿Cree que el limeño está realmente conectado con el arte y la vida artística en la ciudad?

-Lima es multisensorial, es otra manera de ver el arte, no tanto de museo, sino un arte más vivencial. El arte contemporáneo intenta acercarse a la vida, y lo que hacemos en Lima es crear arte sin darnos cuenta, sin nombrarlo como arte. Lima, como ciudad, es el arte vivo. Hay, en Lima, una placidez en la calle, donde cada uno tiene su sitio. Eso es el arte, ocupar un espacio que nadie te da, pero que te permite entender cómo nos conectamos entre nosotros. El arte contemporáneo reflexiona sobre las condiciones de la sociedad.

-¿Cómo ve el desarrollo arquitectónico de Lima?

-Hay una dialéctica entre la arquitectura sin atributos, sin cualidad, que es la arquitectura dicha informal, del 80%, que la gente autoproduce en su casa, hecha en función a lo que resulta más funcional.Y, por otro lado, tenemos una arquitectura genérica, que tienen cánones extranjeros y arrasan con el mercado limeño.Se debería generar, desde las municipalidades, un servicio social de arquitectura, para todos los habitantes, y las inmobiliarias deben poner el pare a los horrores que a veces se construyen. Además, abrir los parques que siguen cerrados, consultar a la población y generar paliativos.

-¿Cree que lo que falta en la actualidad es desarrollar sentimiento de comunidad, relaciones significativas entre miembros de la sociedad?

-Las hay. Todavía no estamos como en ciudades de Estados Unidos, por ejemplo, donde no se puede ni caminar por la inseguridad. ¿A eso queremos llegar? ¿Queremos sentirnos acorralados en nuestra propia ciudad? Lima está llena de artistas, aunque no los veamos, pero están en todas partes. En Lima, el peatón resiste, cada limeño es un héroe cotidiano, que se levanta con toda la fuerza para aguantar el día y ganar su pan. Eso hace que cada persona sea un artista, porque inventa su día, sus recursos. Como digo en el libro, Lima es también una ciudad caníbal, que se autocome a sus habitantes. Es una ciudad donde o aguantas, o te vas, o te mueres. Lima no da tregua.

  • El libro fue presentado en la Feria Internacional del Libro de Lima el viernes 29 de julio.