Las diferencias estacionales entre el calor recibido y emitido por el planeta rojo resultan mucho más fuertes que en la Tierra.

Las diferencias en el calor generado por la luz solar es la probable causa de las tormentas de polvo registradas periódicamente en Marte, sugieren los autores de un estudio publicado en la revista PNAS.

Para entender las variaciones de la energía que recibe del Sol el planeta rojo, los investigadores combinaron las observaciones de satélites, róveres y módulos marcianos, prestando atención a cuánto calor recibe y emite Marte en varias estaciones del año. Descubrieron que las diferencias entre ellas son mucho más notables que en la Tierra. Así, mientras en nuestro planeta este desequilibrio equivale al 0,4 %, en Marte es del 15,3 %.

Asimismo, las diferencias entre el calor emitido durante el día y el de la noche también resultaron más grandes que en la Tierra. El efecto se debería parcialmente a la «falta de océanos líquidos y de una gran atmósfera, que pueden ayudar a transportar la energía y reducir las diferencias de temperatura y energía emitida entre el día y la noche», sugieren los científicos.

Las tormentas de polvo influyen en la emisión de energía del planeta rojo: así, un huracán que rodeó Marte en 2001 disminuyó la pérdida del calor en un 22 % durante el día, pero la aumentó al 29 % por la noche. Y, al revés, se provocan por el calentamiento excesivo del planeta.

«Uno de los hallazgos más interesantes es que el exceso de energía [más energía absorbida que producida] podría ser uno de los mecanismos generadores de tormentas de polvo en Marte», cita un comunicado de la Asociación de Universidades para Estudios Espaciales (USRA, por sus siglas en inglés) haciendo referencia a una de las autoras del estudio, Ellen Creecy.

Por su parte, otro coautor, Germán Martínez, resalta que los resultados obtenidos por el equipo «sugieren que los modelos numéricos actuales deben revisarse, ya que generalmente asumen que la energía producida por Marte está equilibrada entre sus estaciones». Los datos obtenidos recientemente «pueden proporcionar nuevos conocimientos sobre la generación de tormentas de polvo en Marte», enfatiza el científico.

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