Qatar no podrá suplir unilateralmente las necesidades energéticas de Europa en caso de escasez debido a la crisis entre Rusia y Ucrania, declaró ayer el ministro de Estado de Energía.

Como uno de los mayores productores mundiales de gas licuado (GNL), el Estado del Golfo se ha convertido en un aliado esencial de Occidente. Se espera que Doha intervenga en caso de que se produzcan interrupciones en el suministro de gas a Europa desde Rusia en caso de que se produzca una escalada de tensión con Moscú.

Qatar también se considera una solución a largo plazo para la dependencia europea del gas ruso. El presidente Vladimir Putin ha sido acusado de convertirlo en un arma, una posición que Occidente considera insostenible. Es un dilema que Washington cree que puede aliviarse poniendo a Doha en el centro de la seguridad energética de Europa.

Una complicación importante a corto plazo es que la mayor parte del gas de Qatar se envía a Asia y China, donde los clientes del Estado del Golfo acuerdan contratos fijos a largo plazo. Esto significa que habría que llegar a un acuerdo con los países asiáticos para desviar los suministros existentes, a menos que Qatar sea capaz de aumentar su producción de forma significativa.

El mes pasado, funcionarios estadounidenses reconocieron estas complicaciones durante las conversaciones con Qatar. Un alto funcionario de la administración Biden reconoció que los contratos entre los exportadores de GNL y los compradores asiáticos podrían complicar los esfuerzos para desviar los suministros a Europa. «No hay una varita mágica», señaló el funcionario. «Todo es muy difícil, muy complicado. Hay que hacerlo dentro de las construcciones de cómo funcionan los mercados, cómo funcionan los términos comerciales, cómo funcionan los cargamentos».

Al hablar de la incapacidad de Qatar para reemplazar las necesidades energéticas de Europa de forma unilateral, el ministro de Estado Saad Sherida Al-Kaabi, dijo: «El volumen de gas que necesita la UE no puede ser reemplazado por nadie de forma unilateral, sin perturbar los suministros a otras regiones del mundo».

Al-Kaabi explicó que la seguridad energética de Europa requiere un esfuerzo colectivo de muchas partes. Expresó el deseo de Qatar de que «las tensiones en Europa puedan resolverse diplomáticamente, de modo que todos los proveedores puedan trabajar juntos para garantizar la seguridad energética a corto y largo plazo».

A Estados Unidos le preocupa que Rusia se prepare para invadir Ucrania y en las últimas semanas ha pedido a Qatar y a otros grandes productores de gas que estudien si pueden suministrar gas extra a Europa si se interrumpen los flujos rusos.

«Mantener nuestra palabra contractual es sacrosanto en Qatar», insistió Al Kaabi. La implicación fue que no será posible desviar a Europa envíos de gas que ya están contratados para su entrega a otros países, sin su consentimiento.

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