Por Horacio Mesón

Esta es la segunda entrega de la serie “Mi botiquín” de fitoterapia. Se podrán apreciar algunos atributos comunes entre un ejemplar y otro de los seleccionados. Se tendrá que elegir y decidir cuál es el más conveniente de utilizar, y observar si tiene contraindicaciones para uno; en su elección la afinidad y la proximidad es muy importante.
Ver la conveniencia desde el punto de vista de la permanencia en los tratamientos si utilizaremos una infusión o una tintura madre, o un ungüento. ¿Qué es lo más cómodo para poder mantener esa intención en el tiempo? Por ejemplo si se eligen las infusiones se tiene que saber que habrá que hacerlas todos los días, distinto es el caso de las tinturas en donde un gotero puede durar uno, dos o tres meses de acuerdo a su volumen.
En todos los casos consultar a un profesional de confianza.
Con ustedes: Don Romero.

Llegó el momento en que nos detengamos para hablar un poco más de algunas plantas aromáticas y sanadoras. Las más comunes, esas que uno puede tener en el jardín o la huerta.
Son seres muy nobles y adaptativos, aunque siempre hay un lugar que “les gusta” más que otro. Esto es por las horas de sol, la humedad y el PH o valor alcalino del medio de cultivo. Algunas plantas prefieren el viento otras la tranquilidad, no es difícil saberlo ya que contamos con un instrumento que es Internet en donde se pueden visitar páginas referentes en sus contenidos, hay de todo, atención.

Cuando se utiliza para sanar alguna medicina sea esta la alopática (drogas sintéticas) o la fitoterapia (preparados naturales: infusiones, tinturas madre, aceites, cataplasmas, baños, vaporización, etc.); en todos los casos tiene que haber un plan. Una posología de cómo hacer la toma o las aplicaciones, cantidad de gotas o tazas y cuantas veces al día por ejemplo. ¿Por cuánto tiempo uno lo hace, un mes, dos, tres? ¿Cómo se evalúan los resultados y que indicadores hay que tener en cuenta?

Convengamos que una hierba sanadora puede generar un bienestar casi inmediato cuando a uno le cayó mal algo que comió por ejemplo. Pero si el tema es recurrente allí hay que trabajar sobre “todo el equipo”. Algo está pasando en el funcionamiento de las vísceras, hay que revisar el tipo de alimentación, hábitos de vida, el estilo de vida. Esto no tiene una solución inmediata pero si pronta. Algo muy importante a tener en cuenta es cerciorarse de que lo que uno tome o ingiera no tenga contraindicaciones. Las iremos mencionando en cada caso.
En este encuentro hablaremos de El Romero cuyo nombre científico es Rosmarinus officinalis. Abundante en la naturaleza, es una planta que se cultiva fácilmente en macetas para balcones, terrazas o en terrenos. Las ramas frondosas, frescas o secas de esta planta se usan comúnmente para condimentar guisos, sopas, salsas, etc. Es reconocido desde la antigüedad por sus propiedades medicinales.

Historia del uso del romero en fitoterapia
Su uso en perfumería se remonta al siglo XIV y aparece en el agua húngara, que es el primer perfume alcohólico identificado y que consiste esencialmente en romero. La leyenda dice que Isabel de Polonia a pesar de sus 72 años, pudo seducir al rey y convertirse en reina de Hungría gracias al romero con el que se curó de su parálisis y sus problemas de artritis.

En la antigua Grecia se le atribuía un efecto estimulante sobre la actividad cerebral y es por esta razón que los intelectuales griegos se ciñeron la cabeza con coronas de romero. También fue utilizada de manera empírica la miel de Narbona (Francia) como remedio para muchas dolencias, las abejas libaban en la flor de esta planta. https://www.youtube.com/watch?v=qp45Q_kdgr8&t=4s

Encontró un lugar especial en la farmacopea en el siglo XVIII y en el siglo XIX, el médico y sacerdote católico alemán Sebastian Kneipp contribuyó activamente al desarrollo de la medicina herbal. Prescribió baños de romero para los ancianos para luchar contra una serie de dolencias: debilidad general, fatiga ocular, hipotonía, hipotensión, hipercolesterolemia, cirrosis, exceso de trabajo físico e intelectual, pérdida de memoria, trastornos cardíacos de origen nervioso.

¿Qué encontramos en el romero?
Calorías, carbohidratos, proteínas, fibra, grasas, sodio, hierro, fósforo, potasio. También tiene vitamina A, B1 y una abundante cantidad de vitamina C.

Propiedades.
Debido a sus efectos estimulantes y tónicos favorece la recuperación en el caso de las enfermedades respiratorias y del aparato digestivo. Por sus propiedades carminativas favorece la disminución de los gases en el tubo digestivo, sobre todo tomado en infusión. Posee un alto contenido de hierro y por este motivo puede ayudar a superar su falta en ciertos casos de anemia. Al ser una planta rica en antioxidantes ayuda a neutralizar los radicales libres y resulta muy útil en tratamientos rejuvenecedores. También como coadyuvante en el tratamiento de enfermedades como el alzhéimer, el SIDA o el cáncer (colon, leucemia y cáncer de mama).

Una investigación publicada en Avances Terapéuticos en Psicofarmacología Dr. Hugo Golberg especialista en Fitoterapia,  confirma que el aroma de romero puede mejorar la concentración, el rendimiento, la velocidad y la precisión de una persona y, en menor medida su estado de ánimo. Esto confirma las propiedades que antiguamente se le atribuían de fortalecer la mente y mejorar la agilidad mental, así como para aliviar las jaquecas. Por sus propiedades bactericidas puede servir como complemento de un tratamiento con antibióticos y algunos casos de enfermedades de transmisión sexual. Por vía externa es utilizado en casos de reumatismo y para la estimulación de la circulación sanguínea periférica.

Precauciones para el uso de romero
Es seguro en las dosis indicadas, el uso de altas dosis de aceite esencial podría tener un efecto neurotóxico o abortivo. Efectos indeseables a dosis normales el único síntoma pueden ser las náuseas. Una sobredosis grande puede causar vómitos, convulsiones, espasmos. Interacciones con plantas o suplementos medicinales no se conocen. Interacciones con medicamentos, en teoría el romero puede interactuar con medicamentos diuréticos y suplementos de hierro, pero en la práctica no se ha confirmado. El uso del Romero se basa más en la experiencia a lo largo de los siglos.

He comentado en alguna publicación anterior que este noble ejemplar es el mayor responsable de la veloz digestión que tengo, de ayudarme en la asimilación de nutrientes, de registros de bienestar. Todo esto es lo que más le pondero pero ahora que ustedes conocen sus capacidades saben que hay mucho más. Estos serían beneficios colaterales, jajaja.

Aquí cerramos este episodio pero habrá más; no quiero dejar de expresar algo íntimo del camino de la sanación. El vínculo que uno establezca con las plantas o las hierbas es importantísimo. Son seres antiguos, milenarios y a nuestro servicio, pero no son nuestros. Son la naturaleza, lo natural, la Tierra, la vida, la Pachamama también…

horaciomeson@yahoo.com.ar