Cuando se habla del Carnaval, las manifestaciones son muy diversas. Aunque Brasil es un país mundialmente famoso y reconocido como el gran exponente de esta festividad, que se celebra en las calles con mucha samba, vestuarios y competencias de baile, en toda Latinoamérica, desde México hasta Argentina, existen una gran diversidad de tradiciones asociadas a esta festividad.

En todas podrá encontrarse el colorido, la alegría, la combinación de tradición y color desbordada en las calles, que se llenan de música, de gente que celebra y disfruta, y que también, según se manifieste en cada país, cuenta con un signo propio que le hace singular, único, especial. No por casualidad se dice que los mejores carnavales del mundo se pueden disfrutar en Latinoamérica.

Esta celebración de origen milenario, religiosa y pagana al mismo tiempo, se celebra también con agua, con disfraces, con fuego, con flores y hace que las calles de nuestros países se desborden de alegría, color y belleza. Es por esto que también atrae a millones de turistas cada año. En esta nota te contamos cinco carnavales que destacan entre las decenas de celebraciones que tienen lugar en todo nuestro continente.

1. Colombia: Barranquilla se viste de fiesta

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Inicia con la llamada Batalla de las Flores y la presentación de la reina y el rey Momo. Se realiza anualmente a fines de febrero o principios de marzo.  El carnaval de Barranquilla es considerado el evento folclórico más grande Colombia, con un delicado simbolismo que estalla en personajes, máscaras y danzas. Tanto así, que la UNESCO le concedió el título de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad en 2003. Este carnaval latinoamericano es puro arte.

El carnaval de Barranquilla es un acontecimiento en el que se expresan todas las variedades culturales y el folclor de la Costa Caribe Colombiana, así como las más variadas manifestaciones locales, como la música popular y el baile. Son motivo de risas y sustos los muchos disfraces que invocan todo tipo de especies animales, nativas y extrañas; negros africanos; cabezones; dementes; muñecotas; superhéroes; seres mitológicos con decenas de invenciones y ocurrencias populares.

También se celebra con la rumba en la Batalla de Flores, el tradicional desfile de carrozas presidido por los tres protagonistas de la celebración: el Rey Momo, María Moñitos y el Hombre Caimán. Esta celebración te invita a mover los pies al ritmo de la cumbia y a hacerte con un sombrero “vueltiao” para protegerte del sol.

2. Bolivia: Oruro, muestra de la riqueza cultural del altiplano.

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El carnaval de Oruro, en Bolivia, cuenta con una distinción especial: la Unesco lo declaró Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Esta celebración anual tiene profundas raíces indígenas y una historia que se remonta a épocas muy antiguas, cuando la zona era un importante centro religioso. Los colonizadores españoles ilegalizaron las celebraciones nativas, imponiendo por la fuerza las tradiciones católicas.

A lo largo de este carnaval participan más de 48 conjuntos folklóricos, distribuidos en 18 especialidades de danzas que reúnen de distintas partes de Bolivia y que realizan su peregrinación hacia el Santuario del Socavón cada sábado de carnaval en la tradicional “Entrada”. Por la gran popularidad que ha alcanzado en los últimos años y debido a su gran manifestación cultural y atracción turística, se ha convertido en uno de los carnavales más importantes conjuntamente con el de Río de Janeiro, Brasil, y otros carnavales en el mundo. Alrededor de 400 mil personas visitan anualmente el carnaval.

Una de aquellas tradiciones sigue formando parte memorable del Carnaval de Oruro. Todos los colores y sonidos de esta fiesta estallan con fuerza durante La Diablada, una danza ritual en la que participan cientos de diablos ataviados con trajes llamativos, máscaras grotescas y pelucas vistosas. Es la batalla entre el bien y el mal, con una banda de diablos y ángeles disfrazados, y bailarines que representan a los siete pecados

3. México: El Carnaval de Veracruz

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El Carnaval de Veracruz es el más importante de México, considerado “el más alegre del mundo”. Durante nueve días, los nueve anteriores al Miércoles de ceniza se realizan desfiles llenos de color que inundan sus calles con un ambiente musical y festivo, el primer evento del carnaval es la quema del “Mal Humor” en el cual es consumida en llamas una escultura que alude a los aspectos negativos del país o el estado de Veracruz.

El ritual empieza con un muñeco enorme de papel maché que representa a un político o un famoso al cual la gente aborrece –como una gigantesca y caricaturesca piñata– y que cuelga sobre la multitud. Se le prende fuego mientras la gente vitorea y celebra el momento. Se trata de una tradición simbólica: mientras arde el muñeco, la gente se desprende de sus problemas cotidianos y disfruta del inicio de las fiestas. La Quema del Mal Humor está presente en los carnavales de todo México, pero sobre todo en Veracruz y Mazatlán, donde los muñecos a veces representan personajes: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha estado muy presente los últimos años.

Durante los festejos se organizan grandes bailes y fiestas de máscaras, y se interpreta el danzón tradicional del folclore de Veracruz. Su música a partir de arpas, marimbas y guitarras inunda toda la festividad al igual que la salsa y la samba siendo la primera la más popular del lugar. En los desfiles de la alegría participan comparsas tradicionales, carros alegóricos, bastoneras, batucadas, grupos de baile y danza.

4. Uruguay: Montevideo se viste de colorido en la fiesta más grande del país que dura 40 días

© Foto: Leonardo Correa y Anibal Bogliaccini / NODAL

Se destaca mundialmente entre otras cosas por considerarse el carnaval más largo del mundo, con aproximadamente cuarenta días de duración. En Montevideo, la capital del país, existe un Museo del Carnaval. Los antecedentes del Carnaval uruguayo provienen en Europa, donde en diferentes contextos, la celebración de las cosechas o de una festividad religiosa, servía como espacio para la reunión de los pueblos, creando un espacio de libertad individual y colectiva.

Ya en tierras uruguayas, en tiempos de la Colonia, los días de Carnaval y también en Navidad y Año Nuevo, los negros esclavos en Montevideo se cubrían con túnicas de vivos y chillones colores y salían a la calle para ir hasta las murallas de la ciudad, a cuyo pie se les permitía entonar sus cánticos y realizar sus bailes. Algunas prácticas comunes en Europa, como arrojar salvado y harina, arrojar agua con jeringas, apedrearse con huevos, naranjas, u otros objetos fueron importadas en Uruguay.

La importancia de algunas de estas prácticas dieron origen a los festejos de carnaval. Según Juan Carlos Patrón, es posible que en 1860, cuando se construyeron dos fuentes llamadas “Pozos del Rey” y “Las Guerrillas de Furgo” se difundieran y conformaran las primeras prácticas carnavalescas. En 2007​ la presidencia uruguaya declaró al Carnaval como de Interés Nacional y se lo considera como la máxima fiesta popular.

5. Brasil: No todo sucede en Río. El Carnaval de Salvador de Bahía pone la nota máxima a la cultura

© Samba Barcelona / NODAL

Brasil también alberga a otro coloso de los carnavales, el de Salvador de Bahía. Considerado una de las fiestas callejeras más multitudinarias del planeta, la ciudad se llena de música en directo, de disfraces y de “blocos”, grupos de músicos y vecinos que se unen para festejar. Uno de los carnavales latinoamericanos para dejarse llevar.

Salvador de Bahía es el segundo carnaval más grande de Brasil. Más de 2 millones de personas acuden a Salvador de Bahía durante una semana de fiesta. Aunque Salvador es la capital del estado brasileño de Bahía, la ciudad presenta una fuerte influencia africana. La población amable de la ciudad es famosa por las célebres fiestas de calle que organizan durante el Carnaval, un espíritu que ha puesto al Carnaval de Salvador en el Libro Guinness de los Récords como la fiesta de calle más grande del mundo.

Para los nativos, el Carnaval tiene que ver más con la celebración del espíritu de la felicidad. Río es famoso por sus escuelas de samba, y el Carnaval en Bahia es más el Carnaval en la calle, con una gran participación de la gente. Con frecuencia se dice que el Carnaval de Salvador es el “verdadero carnaval”. La razón es porque la gran comunidad afro-brasileña de Salvador de Bahía, con sus fuertes raíces en la cultura y las tradiciones africanas, le da al Carnaval de Salvador un sabor africano más auténtico. Música afro-brasileña, baile y folklore se exhiben durante el carnaval.

*Con información de Inutoviajes, LonelyPlanet, Wikipedia, NatGeo, El País, TeleSur.

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