La Corte Suprema de Estados Unidos se negó el miércoles a detener una ley de Texas que prohíbe la mayoría de los abortos y dictaminó, en una votación 5 a 4, que la ley puede permanecer en vigor incluso mientras continúen las impugnaciones legales en su contra. Esto constituye la mayor ruptura del alto tribunal hacia el histórico fallo del caso “Roe contra Wade” de 1973 en el que la Corte Suprema determinó la legalización del aborto en todo Estados Unidos. El presidente de la Corte Suprema, John Roberts, se unió a los tres magistrados liberales del tribunal en su disenso, en el que la jueza Sonia Sotomayor escribió: “La Corte Suprema ha ignorado sus obligaciones constitucionales de proteger no solo los derechos de las mujeres, sino también la inviolabilidad de sus fallos precedentes y del Estado de derecho”. Los cinco jueces que permitieron que la prohibición del aborto se mantuviera en vigor fueron designados por presidentes republicanos, tres de ellos por Donald Trump.

El presidente Biden dijo que la ley de Texas “viola de forma descarada” el derecho constitucional al aborto consagrado en el dictamen del caso Roe contra Wade. La ley de Texas es la ley antiabortista más restrictiva de Estados Unidos, ya que prohíbe los abortos desde las seis semanas de gestación, momento en el que muchas mujeres aún desconocen que están embarazadas. No hay excepciones por motivo de violación o incesto. La ley también permite que cualquier persona residente en Texas pueda demandar a pacientes, trabajadores médicos o incluso a familiares o amigos de una paciente que “ayuden e inciten” a un aborto. Estas fueron las palabras expresadas por Alexis McGill Johnson, presidenta de la Federación Estadounidense para la Planificación Familiar.

Alexis McGill Johnson: “[Esta ley] autoriza e incentiva los comportamientos realmente malos. Fuera de las clínicas [donde se practican abortos] vemos cómo muchas personas registran las matrículas de los autos y toman fotografías de las personas que ingresan a las clínicas. Con eso están logrando el efecto que buscan. Está tratando de sembrar el caos, la confusión y, sobre todo, el miedo”.

Las clínicas de Texas afirman que han tenido que cancelar la mayoría de sus citas desde que la ley entró en vigencia el miércoles. Los proveedores de servicios de aborto afirman que al menos el 85% de los abortos que han realizado hasta el momento están ahora prohibidos.

El artículo original se puede leer aquí