Por Victor Piccininni

Poniendo todo en función de la salud y la educación, los complejísimos problemas económicos y tecnológicos de la sociedad actual tendrán el enmarque correcto para su tratamiento. Nos parece que procediendo de modo inverso no se llegará a conformar una sociedad con posibilidades evolutivas. (Silo, del libro Carta a mis Amigos).

Iniciamos esta serie de notas que titulamos Priorizar la salud con el fin de poner de manifiesto situaciones que afirman o degradan este paradigma humanista que es pilar fundamental de las transformaciones profundas que el Nuevo Humanismo impulsa.

Hace un tiempo, en una nota, en referencia a la distribución de vacunas para el Covid-19, REHUNO dijo:

Una oportunidad se abre paso

¿Será la humanidad capaz de escuchar esta “señal” y dar una respuesta mundial solidaria, bondadosa, compasiva, sin discriminación ni violencia? ¿Podría escuchar esa necesidad, ese “clamor” profundo que reclamaba (reclama) una transformación de su habitual sistema de respuesta basado en el poder económico, el individualismo y la violencia?… ¡el desafío estaba planteado! :

“generar una respuesta mundial organizada y equitativa que llegue simultáneamente a todos los rincones del planeta. Poner la ciencia al servicio de TODA la humanidad, sin discriminación, sin poner el dinero por encima de la vida humana, sin ciudadanos de primera, segunda o tercer categoría”.

Una oportunidad (casi) perdida

Esta oportunidad parece (al menos por el momento) perdida. Las vacunas se distribuyen como espejo del poder económico reinante en el planeta.

Aquí algunas estadísticas que lo reflejan: % de la población vacunada (al menos una dosis) por región al 28 de Julio (1):

  • Europa: 48%
  • Unión Europea: 58%
  • América del Norte: 49%
  • Sud-América: 40%
  • Asia: 28%
  • África: 3 %

 Y por supuesto que si comparamos países, la desproporción aumenta (1):

  • Reino Unido: 70%
  • Estados Unidos: 57%
  • España 67%
  • Emiratos Árabes: 79%
  • Guatemala: 7%
  • Afganistán 2.2%
  • Etiopia: 1.9 %

 La OMS y otras organizaciones mundiales, a través del programa COVAX, intentan impulsar una distribución equitativa de las vacunas. Hasta el momento han distribuido unas 32 millones de dosis. Estados Unidos y otros países poderosos se vanaglorian de “donar” algunos millones de vacunas a países necesitados… Cifras insignificantes comparadas con las necesidades reales. Nuevamente, se mantiene el esquema feudal de los poderosos que entregan aquello que sobra a sus vasallos.

 Por ello, debemos enfatizar que: “no se trata de limosnas…

 Se trata de una profunda transformación en los mecanismos internacionales, que debería ser impulsada por los organismos internacionales (ONU, OMS, UNICEF), que coordine y asegure una distribución equitativa de las vacunas que se van produciendo a nivel mundial entre “TODOS” los países independientemente de su capacidad económica, ideología de gobierno o ubicación geográfica. Se trata de un cambio profundo en el manejo de las crisis y los problemas sociales críticos que atraviesa la humanidad.

Posiblemente, muchos catalogarán esta propuesta como una “ingenuidad”, como algo irrealizable dada la situación mundial actual.

Pero no, se trata de ideales genuinos que alimentan el alma de millones y millones de personas que, diseminadas por todo el planeta, aspiran a un mundo solidario y no-violento.

 Son paradigmas de una futura Nación Humana Universal que tendrá a la salud como prioridad fundamental y no admitirá discriminación ni violencia alguna.

 www.reuhunosalud.org

 (1)  Fuente: Our World in Data (https://ourworldindata.org)