La creencia “natural”

Está socialmente aceptada la idea o creencia (como se quiera) de que la juventud es el futuro.

En principio parece tener hasta una cierta lógica: es común pensar que, si todo va de manera biológicamente natural, la juventud de hoy será la madurez dentro de unos cuantos años mientras que quienes hoy tienen esa situación pasen a ser los mayores, la llamada “tercera edad”.

Hasta aquí todo parece coherente, sin embargo, esa idea instalada tiene más consecuencias que una simple denominación biológica, como no podía ser menos tratándose de seres humanos.

Sin ir muy lejos, ser joven hace 20 años implicaba algo totalmente distinto de lo que significaba hace 10 y, por supuesto, de lo que significa ser joven hoy, en el presente.

 

El mundo humano y natural

Entre otras cosas porque el mundo humano (y el natural) no es el mismo; nos lo dicen las catástrofes naturales, los conflictos armados y las guerras económicas: las diferencias sociales se miden por abismos entre continentes, entre países y entre generaciones.

Está claro que la complejidad que ha traído la conexión total de todos los puntos del planeta, física y virtualmente, ha significado que costumbres, creencias, arte, ocio, crisis..en definitiva las maneras de ver el sentido de la vida, se mezclen y ha hecho que surjan nuevos enfoques y reajustes que ponen en entredicho absolutamente todo lo que se creía hasta ahora, para todas las personas del planeta.

La pandemia ha significado una puesta en situación de toda la Humanidad dejando claro que lo que se venga a partir de ahora, es una cuestión que nos atañe a todos los seres humanos, estemos donde estemos y creamos lo que creamos. En realidad siempre ha sido así, pero ahora ha quedado certificado.

 

Ser el presente

La juventud de hoy, de cualquier parte del mundo, quiere ser también el presente e incorporarse a la construcción. No quiere esperar a ese futuro que le prometen suyo, porque sabe que es mentira y que todo habrá vuelto a cambiar, sin su participación..y para entonces ya no serán jóvenes.

La juventud no le hace ascos al trabajo y el esfuerzo (basta con echar un vistazo a las noticias) ni elude su responsabilidad si se les deja hacer, asumiendo su papel de cambio e impulso.

 

Reparto de guiones

Este sistema económico, de creencias, de organización social y política, utiliza la idea de futuro para frenar a la juventud y postergarla, sine die, impidiendo que interfiera en sus intenciones de control y explotación: “cuando seas mayor” dicen..

Este sistema repartió guiones de vida a jóvenes, según clase social, sexo, lugar del mundo.. para que lo siguieran e hicieran buena letra, y ninguno de esos guiones les sirve ahora porque ¡es que el mundo ya no es el que era! “has de buscarte la vida y ponerle imaginación.”

En palabras de Bárbara Ehrenreich: “..cuando creas en ti cambiará todo a tu alrededor; ¡tú tienes el poder para transformar lo negativo en positivo!”.. todas estas frases son la caricatura del positivismo que envuelve el capitalismo neoliberal” ( “Sonríe o muere, la trampa del pensamiento positivo”) Un positivismo que no puede esconder que el suicidio ya es la principal causa de muerte entre los 15 y 29 años.

 

El uso de la juventud

Sin embargo, claro que hay momentos para este sistema en que la juventud sí es presente: a la hora de votar; cuando se necesita mano de obra barata (incluso gratis); cuando se busca renovar la “cartera de clientes” y abrir “nichos de mercado”. Lo joven vende. Y en algunos sitios también se vende a los y las jóvenes.

 

La Renta Básica Incondicional es presente

Cuando alguien tiene garantizada su subsistencia básica sin ningún tipo de condición y sin temor a que eso pueda cambiar, está en situación de asumir responsabilidades para sí y el resto de la sociedad. Y justamente eso es lo que pide la juventud: ser independientes y responsables de su propia vida desde ahora, en el presente, y no en el futuro.

La Renta Básica Incondicional predispone a que cada cual encare su situación de manera muy distinta y en mejores condiciones y seguramente muchos tópicos que se les asocia torticeramente a la gente joven se irían al garete.

La “cultura del esfuerzo” es una trampa porque no garantiza que ese esfuerzo tenga su recompensa aunque se siga el guión a pie juntillas. En realidad es la forma de doblegar a quienes quieren cumplir sus aspiraciones, hasta que las abandonen y asuman las que dicta el sistema.

La Renta Básica Incondicional, pone al mismo nivel de consideración ¡y en el mismo momento! a todas las generaciones; con ella la juventud no está ni infravalorada ni postergada.

 

Estamos en apuros…

En serios apuros y solo saldremos adelante si lo reconocemos.

En estos momentos toda ayuda es poca, toda intención en la construcción de otro mundo mucho más humanizado donde las personas sean el valor central, es necesaria.

Todas las generaciones viven en el presente, y comparten el mismo espacio y tiempo, pero no a todas las generaciones se las deja participar, decidir o aportar en las mismas condiciones.

No podemos postergar la incorporación de nuevas fuerzas y esperanzas porque, entonces sí que nos estamos jugando el futuro de todos y todas.

Necesitamos a la juventud ahora, no en el futuro. Ellos lo piden… ¡Que no se les impida!

La Renta Básica Incondicional significa que  la juventud puede pensar su futuro desde el presente, en el que ya están.