Por Daniela Anomar

Un momento histórico se vivió el pasado domingo 4 de julio en Chile, cuando Elisa Loncón, mujer mapuche y feminista, fue elegida como Presidenta de la Convención Constitucional. Un simbolismo de justicia, que no sólo da paso a la nación pueblo Mapuche, si no que a todos los pueblos originarios que habitan Chile.

Fueron 17 escaños reservados los que se habilitaron en la Convención Constitucional, debido a la constante demanda que expresó el movimiento social: sin pueblos originarios, no existirá un proceso constitucional legítimo, y fue así como hoy, 8 pueblos, reclaman esas injusticias de siglos, de las que nos cantó en su momento Violeta Parra.

Los pueblos Aymara, Diaguita, Atacameña o Licanantai, Colla, Quechua, Rapanui, Kawashkar , Chango y/o Yagán, y Mapuche, son quienes tendrán la tarea de buscar la representatividad y poner en la mesa todos los asuntos que exigen no sólo sus comunidades, si no que también, quienes no lograron un puesto en la convención.

Estado Plurinacional, autonomía en los territorios, reconocimiento de su cosmovisión, protección de su lengua, protección contra la discriminación y violencia, entre otros, son las exigencias transversales que se sostienen y que hoy, como dijo Loncón, comienzan su camino para transformarse en realidad: “Es posible hermanas y hermanos, compañeras y compañeros, refundar Chile, establecer una nueva relación entre el pueblo Mapuche y todas las naciones que conforman este país”.

Las fotos son de Daniela Anomar: