Este domingo tienen lugar las primarias de dos de los pactos –ChileVamos y Apruebo Dignidad- que acordaron resolver sus respectivos abanderados presidenciales vía primarias legales.

Su relevancia reside esencialmente en dos factores. Uno, que existieron partidos con la voluntad de delegar la selección de sus candidatos a la voluntad popular mediante el voto y no vía encuestas, cúpulas partidarias o a dedo; y dos, que el resultado que emerja es vinculante, esto es, impide que quienes pierdan en las primarias puedan postular a la elección presidencial propiamente tal.

Que los partidos integrantes de ambas coaliciones hayan sido capaces de concurrir a las urnas habla bien de ellos y mal de quienes no fueron capaces, en particular de quienes conforman el pacto Unidad Constituyente –los partidos democratacristiano (DC), socialista (PS), por la democracia (PPD) y radical (PR)-, heredera de la Concertación, que no sé siquiera si aún existe.

Que el resultado de estas primarias sea vinculante implica que por ChileVamos se tendrá un único candidato al igual que por Apruebo Dignidad. Estos dos candidatos competirán entre sí y con candidatos de otros partidos e independientes en la contienda presidencial de fines de año. Está por verse si la Unidad Constituyente concurrirá con un único candidato negociando entre cuatro paredes, vía encuestas, o primarias truchas.

Todo indica que están a la espera de los resultados de este domingo en términos de quienes serán los ganadores en cada pacto y de la capacidad de convocatoria de cada pacto. El no haber concurrido a las primarias los pone en desventaja, sin lugar a dudas, aunque no necesariamente irremontable, lo que dependerá esencialmente de lo que salga de las primarias.

A las primarias de ChileVamos concurren cuatro candidatos que representan las distintas caras de la derecha y centroderecha, con excepción de la derecha extrema, cuya cabeza visible es José Antonio Kast (JAK), quien también está a la espera de lo que ocurra con las primarias para decidir si va o no va. Lo más probable es que la decisión venga dada por el riesgo de que ninguna de las candidaturas de la derecha para la primera vuelta alcance a llegar a la segunda vuelta.

Lo que ha llamado la atención en estas semanas ha sido el desmarque del gobierno por parte de las cuatro candidaturas derechistas –Lavín, Briones, Sichel y Desbordes-. Si bien se explica por el alto rechazo que despierta el gobierno de ChileVamos, hay que ser muy caradura para deslindar responsabilidades en circunstancias que los 4 candidatos han sido ministros de este gobierno, con excepción de Lavín, que lo fue en el primer gobierno de Piñera. A pesar de este desmarque resulta prácticamente imposible no asociarlos a la defensa del modelo económico neoliberal imperante. Basta recordar que cada vez que desde la acera opuesta se han querido imponer regulaciones que frenen los abusos, se las han arreglado para impedirlas, limitarlas o retardarlas en desmedro de las grandes mayorías afectadas.

En relación a lo señalado, me permito recordar recientes e interesantes expresiones de Joe Biden, el actual presidente de EE.UU., quien no trepidó en denunciar que un capitalismo sin competencia no es capitalismo, es explotación. Es lo que ha estado ocurriendo en Chile cuando se habla de abuso, que no es otra cosa que sinónimo de explotación.

A ello habría que agregar, que en su reciente cuenta ante la nación, Biden remarcó la necesidad de equilibrar la relación entre el capital y el trabajo en las empresas, lo que implica fortalecer el sindicalismo.

En las primarias de Apruebo Dignidad se tiene a dos candidatos que representan dos izquierdas: la tradicional comunista y la no comunista representada por el Frente Amplio (FA). Si bien ambos tienen en común su oposición al modelo neoliberal dominante, difieren respecto del modelo de sociedad a construir. La izquierda comunista, encabezada por Jadue, no puede tener otro modelo de sociedad que el comunista desde el momento que es militante de dicho partido. Por su lado, la izquierda no comunista, liderada por Boric, aspira a un modelo más cercano al imperante en los países nórdicos donde se busca la coexistencia de un Estado fuerte con un mercado también fuerte. En las últimas semanas han salido a luz diferencias entre ambas izquierdas, las que de hecho han estado siempre presentes y que hoy nuevamente se ponen sobre la mesa.

Por último, no está de más recordar que a estas primarias pueden concurrir todos los independientes, o sea quienes no militan en partido alguno, y todos los militantes de los partidos que conforman los pactos de ChileVamos y Apruebo Dignidad. En síntesis, no pueden votar quienes militan en todos los otros partidos. Y a la hora de votar, solo se puede votar por un único candidato.

Por mi parte, de los modelos de sociedad imperantes en el mundo, rechazo el comunista en cualquiera de sus formas –Cuba, URSS, Corea del Norte, China- así como el modelo neoliberal que se ha querido imponer en nuestro país desde 1973. Adhiero a un modelo de sociedad humanista, amigable con la naturaleza, respetuoso de todo ser humano en cualquier circunstancia, capaz de conjugar armoniosamente la libertad con la justicia.

De allí que como resultado de mi reflexión sobre la materia, en estas primarias he resuelto participar, inclinándome a favor de Boric, votando por él.