ESPIRITUALIDAD

 

Escrito por: Genevieve Balance-Kupang

La palabra mandala es un término proveniente de la lengua sánscrita, que significa «círculo sagrado o mágico». Los bebés de apenas siete días de nacidos tienen una preferencia por contemplar esta forma primigenia, la cual es reconocida por el hombre mucho más que cualquier otra forma. En Asia, para los budistas y los hindúes, los mandalas son unos círculos diseñados de forma simbólica para representar el orden cósmico. Los mandalas tienen algunas expresiones en la mayoría de las diversas religiones y tradiciones indígenas de todo el mundo como articulaciones universales del corazón humano para ser íntegro y lograr la armonía y la paz en el propio ser, y la plenitud dentro de la creación.

Querido lector, mírate al espejo y salúdate a ti mismo con una sonrisa. Afirma tu belleza única con el mandala de tus ojos. Todo lo que observamos pasa por el mandala de nuestros ojos, como señaló el P. Vincent Busch, SSC, un misionero colombino en Mindanao que también ha hecho un estudio dedicado al mandala. Esta es una gran revelación para nosotros, nuestros globos oculares (pupila e iris) son mandalas incrustados en nuestro cuerpo físico. Igualmente, primero nos nutrimos en el vientre de nuestras madres, un mandala, y después salimos al exterior pateando en nuestra morada universal, que llamamos Madre Tierra, y que también tiene la forma del mandala.

Nuestros globos oculares son mandalas, acostumbrados a ver la belleza de la creación.

Créditos de las fotos: AJ Jandusay y Marlon Nacienceno

 

El arte del mandala se ha utilizado en todo el mundo para la autoexpresión, la transformación espiritual y el crecimiento personal. Los tibetanos lo consideran un diagrama del cosmos. En tibetano, la palabra mandala es kyilkhor, que significa «centro». Kalachakra significa «rueda del tiempo». Representa la totalidad del pasado, el presente y el futuro en una dinámica siempre fluyente que lleva a la humanidad a la iluminación o a la plena individuación del Ser. Los nativos americanos lo utilizan en sus rituales de curación. También los cristianos tienen mandalas en sus catedrales. Como investigador, me sorprendió descubrir que el laberinto y los rosetones de las catedrales góticas como la de Chartres, en Francia, son un patrón mandálico utilizado como herramienta de meditación. Hildegard de Bingen fue una monja cristiana visionaria, quien dibujó muchísimos mandalas.

En compañía del monje budista nepalí Venerable Jamyang Pemba. Formó parte del grupo de monjes que creó el mandala de arena que encontramos en la parte superior.

Un mandala para la sanidad

Los círculos de piedra celtas, el símbolo del yin-yang, las pinturas de arena de los navajos, la estrella de Navidad filipina, los laberintos, las danzas ceremoniales, las coronas, los halos, los atrapasueños, los tiempos litúrgicos, entre otros, son mandalas que ayudan a las personas a definirse dentro de un mundo más amplio de significado y valor. El mandala también se ajusta a la experiencia humana del mundo natural. El florecimiento de una flor, el círculo del horizonte, la cúpula del cielo, el círculo del zodiaco, el ciclo de las estaciones, el ciclo de la inhalación y la exhalación, el viaje de nuestra vida con respecto a la historia del universo, antes del vientre materno y después de la tumba, han inspirado a la humanidad durante mucho tiempo a reflexionar sobre su lugar dentro del gran esquema de las cosas.

También observé que cuando el consejo de ancianos/consejo tribal discute asuntos importantes en el «ato», «dap-ay» (casa del consejo en Bontoc y entre los kankanaeys del norte), siempre están en círculos. Nuestros rituales de danza en nuestra tradición indígena y la planta de arroz «palay» en filipino, cuidadosamente dispuesta, que llamamos «kinnapin ay pagey» en kankanaey, tiene también la forma de un mandala.

Un símbolo arquetípico de la totalidad, el mandala fue utilizado como herramienta artística terapéutica por el psicólogo Carl Jung, que creía que la creación de mandalas ayudaba a los pacientes a hacer consciente el inconsciente. El proceso de creación del mandala es una herramienta integrada en la que uno se implica y participa plenamente. Al igual que otras formas de arte y esfuerzos humanos, nos convertimos en cocreadores con un Dios creador; es una forma de arte para expresar la espiritualidad a través del silencio, el flujo, la naturaleza, los demás, el significado y el altruismo. Según mi experiencia personal, la creación de mandalas potencia la mayoría de los sensores cósmicos, como la conciencia, las percepciones extrasensoriales, la gracia, la intuición, la intención, las corazonadas, los impulsos, la inspiración, los estímulos, los mensajes del alma, las percepciones repentinas, las revelaciones e incluso las imágenes experimentadas en los sueños.

Los mandalas son expresiones de la espiritualidad en diversas religiones y tradiciones indígenas. Son articulaciones del corazón humano para ser íntegro y lograr la armonía y la paz en el propio ser y la plenitud dentro de la creación. Créditos de las fotos: LounizaNapay (abajo en el centro) y Sor Severiana, SPC (abajo a la derecha).


Genevieve Balance Kupang (Genie) es antropóloga, consultora, investigadora y asesora de personas y organizaciones comprometidas con el buen gobierno, el liderazgo genuino, la justicia, la integridad de la creación, la paz, los pueblos indígenas, la preservación de las culturas y los procesos de transformación de la sociedad. Es educadora para la paz, autora, practicante del diálogo interreligioso y persona de recursos con una carrera en el mundo académico y en las ONG.

 


Traducido del inglés por: Alanissis Flores