Para poner en relación lo que pasa en el continente a partir del impacto de la pandemia de la COVID-19, contamos con la presencia del bioquímico, especializado en Bioinformática e Investigador del CONICET, Rodrigo Quiroga. Un referente de la información sobre la pandemia en Argentina. Con él analizamos las proyecciones de la pandemia en nuestro continente y los escenarios que se pueden venir.

Lo que ocurre en cualquier parte del planeta termina teniendo relación con lo que sucede en el lugar propio y la pandemia lo pone de manifiesto ¿verdad?

Sí, ha quedado muy de manifiesto eso justamente. Primero, es difícil predecir lo que ocurrirá con la pandemia, en algunos momentos se puede hacer con mayor certeza en particular cuando uno está previendo qué va a ocurrir si no hacemos nada. A veces, saber que va a ocurrir sirve para tomar medidas, intentamos afectar el crecimiento de la curva de casos, eso es más difícil saber si se podrá controlar o no y eso me parece que también está relacionado la variación de los contagios en el tiempo, dependen en un 99% del comportamiento de la población. Es la variable más impredecible, pero la que más contundentemente afecta la evolución de los contagios, porque sabemos volviendo a lo básico, este virus se contagia cuando estamos en contacto con otras personas, cuando hablamos, que emitimos gotitas al aire que pueden quedar flotando y si estamos infectados las gotitas al ser inhaladas es la principal vía de contagio y el 60% de los contagios, o más, lo producen personas que al momento de contagiar no tenía síntomas. Podemos ver que esto nos termina afectado a nosotros y nuestros seres queridos y que además las soluciones es imposible que pasen por lo individual y nacional sino por esfuerzos colectivos.

¿Cómo explicarías el escenario de la Argentina hoy a quienes nos escuchan?

En general, en Sudamérica desde principios de año tuvimos casi todos los países un brote importante en fines de diciembre, principios de enero, que estuvo relacionado, sin duda, con un cambio en el comportamiento de la población con fines de año realizamos mayores reuniones sociales, muchas veces con personas que eligieron reunirse, aunque se venían cuidando mucho. Bueno, se produjo aumento. Pero los contagios volvieron a bajar rápidamente porque el comportamiento social bajó. Y luego, a fines de enero principios de febrero, vimos aumento de casos en Brasil, Chile, Paraguay, en Uruguay y se observó en el resto de países en Sudamérica y, sin duda, este último aumento de casos, aunque no fue sincrónico o sea no ocurrió exactamente al mismo tiempo en todos los países, creemos que está influenciado en comportamiento social y además, la estacionalidad porque el otoño es más frio y hacemos más reuniones puertas adentro con más riesgo de contagio, y además con la circulación las variantes más contagiosas, como ocurrió con respecto a la variante andina frecuente en Perú y Chile. También circula la variante de Manaos que es más contagiosa y que puede evadir la respuesta inmune hasta cierto punto, y la variante Reino Unido que sabemos que es más contagiosa que las variantes normales.

A pesar de que tenemos capacidades variables de secuenciar y de hacer vigilancia genómica de las variantes de COVID, de SARS-CoV-2 que circulan en Sudamérica, cuando se hacen análisis en profundidad… por ejemplo, acaba de salir un reporte acá en Argentina que muestra que más del 90% de casos corresponde a estas tres variantes Reino Unido, Manaos y la Andina, pocos ocurren por la variante del año pasado, lo cual evidencia que estas variantes son más peligrosas y que los cuidados y las medidas del año pasado ahora ya no alcanzan, y por eso vemos un aumento importante de los contagios y que cuesta controlar con medidas y restricciones nocturnas, etc.

Estamos como muy apesadumbrados por las imágenes que nos llegan ahora de la India y que nos asustaron cuando las vimos antes en Italia, ¿esas imágenes caóticas son todavía una posibilidad para nuestra región?

En este momento, yo diría que no, que ya pasamos el peor momento en la mayoría de Sudamérica. Por ahí Argentina y Colombia están en una situación más complicada porque se parece a la situación de hace un mes aproximadamente… La vacunación está avanzando por lo cual, si realmente la conducta de la población es cuidadosa y tomamos conciencia de la gravedad en Argentina y Colombia, creo que vamos a poder bajar el contagio y vamos a poder controlar la circulación viral y poder seguir vacunando. Pero la verdad es difícil saber si surgirán nuevas variantes con mayor resistencia a las vacunas. La verdad es que es muy difícil predecir lo que va a ocurrir, y vamos a tener que seguir en el día a día con un poco de la incertidumbre y que es lo más difícil de lidiar desde lo social, lo educativo y lo político.

Es un poco descorazonador en este tiempo donde científicos, médicos que ayudan a interpretar mejor, tienen además que luchar contra infodemia permanente y noticias tóxicas y además directamente con intereses que parecieran estar buscando que salga todo mal, la disputa geopolítica por las vacunas… ¿Qué hacemos con todo eso que es un combo grande?

Sí, es complicado. Y creo que hay intereses geopolíticos fuertes con el tema de vacunas, circulan noticias apuradas y medias verdades o falsas. La población tiene que quedarse tranquila con que las vacunas que se aprueban en cada país, se hizo una evaluación y se hacen estudios sobre el riesgo de vacunación de contagiarse de COVID. Estamos en una pandemia muy complicada y la mejor vacuna es la que te ofrezcan. Todas las vacunas han demostrado una prevención muy muy fuerte de la enfermedad grave como la que lleva a hospitalización más allá de la eficacia para prevenir el contagio. Entonces, en ese sentido ese mensaje tiene que ser muy fuerte, y entender que todos los mayores de 60 y todos los grupos de riesgo deberían vacunarse, si tienen la posibilidad, porque la prevención de internación y fallecimiento es muy alta. Todas las vacunas funcionan en este sentido, y funcionan mejor de lo que esperábamos con este tiempo corto de desarrollo. Y por supuesto hacia adentro de cada país hemos visto las oposiciones políticas sacando ventaja, partidizando y politizando las medidas de restricción y la posibilidad de conseguir dosis de vacunas, y esto da un poco de pena porque si había un momento para dejar de lado las diferencias partidarias era, justamente, esta pandemia que nos está afectando tan fuertemente en todo el mundo. Al fin y al cabo se trata de vidas humanas, ¿no? Nos hemos acostumbrado a escuchar los números de fallecidos y contagios, pero debemos siempre recordar que son vidas humanas. Y eso nos pasó en Argentina donde dijimos: ´bueno solamente hay 150, 200 fallecidos por día, no hay problema´, pero son 200 familias que sufren la pérdida de un ser querido. Tenemos que seguir intentando, controlando y vacunando, y no alcanza solo con vacunar, también hay que frenar los contagios porque mientras más circule el virus, más probabilidad hay que surja una nueva variante que nos haga la vida más complicada. Hay una perspectiva positiva que es la vacunación y al mismo tiempo tener en cuenta que eso no significa que la pandemia esté resuelta.

¿Qué tan efectiva es la medida de efecto rebaño que se piensa aplicar en Colombia para contrarrestar la COVID y vacunar a toda la población?

Si hablamos de efecto de rebaño tenemos que llegar a ese efecto con vacunación, si hablamos de dejar que se contagie la gente eso no es efecto rebaño que es una estrategia que se propuso en algunos lugares del mundo… se percibió en Holanda, en Suecia y, en algún momento, al principio en Reino Unido. Luego lo que se terminó evidenciando es que la situación se nos puede ir de las manos rápidamente; es muy difícil controlar el número de contagios, pero además sabemos que esos contagios implican más muertes porque es imposible aislar de ese contagio a los grupos de riesgo como se propuso. Ahora sabemos, en esa infame declaración de Barrington que propuso un think thank liberal llamado “Ayer” en la que participaron también epidemiólogos, médicos, reconocidos a nivel internacional, que básicamente proponían esto: que se contagie la gente, evitamos que se contagien los mayores de 60, y listo, la pandemia está resuelta. Bueno, vimos que fue una pésima idea porque no se pudo aislar a los mayores de 60, que terminaron contagiando y falleciendo; Suecia tiene de 10 a 12 veces más fallecidos de los países nórdicos vecinos; y tampoco tuvo un boom económico; su economía evolucionó similar a la de sus vecinos también. Entonces, la estrategia de dejar que se contagie la gente es pésima porque genera fallecidos y si el sistema de salud colapsa, como vimos en muchos países Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, y ahora ocurre en Argentina, entonces nos vemos obligados a imponer medidas duras, con efectos sociales, económicos, educativos, negativos y se terminan imponiendo medidas duras de todas maneras. Pero encima con saturación de los sistemas de salud y las miles de muertes adicionales. Y de nuevo, dejar circular el virus es multiplicar las posibilidades de que aparezca una variante que nos complique más adelante. Suecia que creía que al principio ya pasó la primera ola, no solo tuvo la segunda ola sino que ahora está en la tercera ola. Entonces dejar que la gente se contagie, cuando el virus puede mutar, y aparecen variantes como la de Manaos o la de Sudáfrica que pueden volver a contagiar a peonas que ya tuvieron COVID, no tiene absolutamente ningún sentido.

Lo que se ha entendido es que de la pandemia hay que salir juntos. Entonces, ante las desigualdades de acceso a vacunas por intereses geopolíticos, etc. sobre todo para África, ¿es posible que de esto se salga en años ante tanta desigualdad?

Muy buena pregunta. Creo que es prioritario repartir vacunas y vacunar en todos los países del mundo, sino esto será difícil porque podrían seguir habiendo variantes que nos sigan complicando la vida y que no podamos reducir la mortalidad de la enfermedad y que pase a ser una enfermedad endémica, de baja circulación. Creo que es una prioridad, o debería serlo, conseguir vacunar a toda la población y no solo a los países centrales, de eso depende el futuro de esta pandemia a nivel mundial.

Quiero terminar con decir que como ciudadanos debemos tener en cuenta las actividades de alto riesgo y minimizarlas al máximo, minimizar las interacciones sociales, intentar de no estar más de 10 personas juntas, menos de 5 mejor aún; mantener la distancia y la ventilación de ambientes, que es muy importante. Son estos los consejos para reducir el contagio.