Flavia Gal Álvares*

Las personas afectadas por bipolaridad son blanco de prejuicios que sólo acrecientan la ignorancia que hay frente a esta condición y frente a las enfermedades mentales en general. Es por ello que en el Día del Trastorno Bipolar se está lanzando la campaña “Tengo bipolaridad y eso no me define”, para visibilizar el estigma que sufren los pacientes.

De acuerdo a la OMS, la bipolaridad tiene una prevalencia de 2 a 3% en la población mundial. En Chile, la depresión mayor, depresión leve y distimiaafectaa un 10.7% de las mujeres y a 4.9% de los hombres mayores de 15 años.Entre ellos, sobre 850 milpresentaeste tipo deque ocasiona cambios periódicos en el ánimo, que pueden variar entre depresivo, eutímico o maníaco. La vida continua para los pacientes estabilizados: se estudia, se crían hijos, se cocina, se ama y se sufre.

El trastorno bipolar tiene tratamiento con medicamentos que estabilizan el estado de ánimo para atajar eficazmente las fases agudas y prevenir las reincidencia, además del apoyo psicosocial y la psicoeducacióncomo elementos centrales del tratamiento.Todos conocemos a alguien que tiene o ha tenido un cuadro de salud mental. Por ello, es clave informarse y mirar con empatía a una condiciónque significa una vida normal si es que generamos las condiciones para que así sea.

La falta de inversión en salud mental tiene altas consecuencias para la detección y tratamiento. Datos de la DMDA – Asociación Nacional de Depresivos y Maníaco-Depresivos en EEUU, indican que el 48% de los pacientes bipolares había consultado al menos a tres profesionales antes de recibir el diagnóstico definitivo y que el 75% tardó diez años en obtener un diagnóstico, cifras que se estima pueden ser un 20% más altas en nuestro país.

Hoy en Chile el gasto en salud mental es de 2,5% del presupuesto total de salud, muy por debajo del 6% recomendado por la OMS. Cifra dramática considerando la carga de estas condiciones y que se ha acrecentado exponencialmente por la pandemia.

La salud mental, también es salud. Es por ello que hacemos un llamado a las autoridades a dimensionar el impacto de esta realidady a tomar medidas decididas. Invertir en salud mentales una necesidad que no puede esperar.

*Directora Círculo Polar – Fundación Familiares y Pacientes Bipolares