El Foro de Davos en 2021 toma un formato distinto del habitual. Por la pandemia del COVID la 51ª edición del Foro Económico Mundial (World Economic Forum, WEF) se divide en dos parts. La primera, en enero, tiene un formato virtual debido precisamente a la pandemia. La parte segunda, en mayo, será  presencial como siempre si nada lo impide.

¿Que es el Foro de Davos?

Acudiendo a una fuente neutra como la Wiki:  «El Foro Económico Mundial (FEM), también llamado Foro de Davos, es una fundación sin fines de lucro con sede en Ginebra, que se reúne anualmente en el Monte de Davos (Suiza), y que sobre todo es conocida por su asamblea anual en Davos. Allí se reúnen los principales líderes empresariales, los líderes políticos internacionales, así como periodistas e intelectuales selectos, a efectos de analizar los problemas más apremiantes que afronta el mundo, y entre ellos, la salud y el medio ambiente desde 1971.» (Wiki: Foro de Davos).

De esta iniciativa podrían discutirse muchos aspectos. El de «sin ánimo de lucro» o la representatividad.

El caso es que reune a políticos, empresarios, representantes de organizaciones sociales y culturales, y periodistas.  Al margen de qué intereses son los que están representatados  las citas de Davos y el WEF, existe desde 1971 y tiene su eco o peso en el mundo. Al margen también de cuestionamientos acerca del  peso legitimidad versus representatividad que tienen unos y otros asistentes, es una de las pocas materializaciones de la gobernanza mundial que son visibles. Aunque solo fuera para la galería, allí al menos se ve lo que se anda gestando. Ciertamente se juntan representantes nacionales, culturales, de organizaciones multinacionales y multilaterales. Unos elegidos directa o indirectamente. Otros simplemente en representación. Es cierto que eso choca con que estas figuras estén mezcladas con empresarios, etc. Pero cada nivel tiene su foro de participación.  Es lo que tenemos.

2021 Puede trascendente para el mundo. Está en el aire que las cosas han de cambiar. El Profesor Klaus Schwab, Fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial abrió el evento con unas palabras que van en ese sentido: «La pandemia representa una oportunidad, inusual y reducida, para reflexionar, reimaginar y reiniciar nuestro mundo y forjar un futuro más sano, más equitativo y más próspero.»

No sabemos que resultará de ese buen comienzo. Tras la crisis financiera global en 2008 también se suponía que iban venir grandes cambios en la formulación del capitalismo financiero, tal como lo conocemos.

Fue un parto de montes. Pese a las espectativas no sucedió gran cosa. Salvo aplicar parches, apenas cambió nada. Si acaso, se drenó en las naciones de la OCDE la espita de los erarios públicos para solventar el agujero económico causado por el ultracapitalismo globalizado. Los ciudadanos pagaron y pagaramos durante años el remiendo que se puso a esta “caldera” decimonónica y renqueante que es el ultracapitalismo mundial.  Pero cada vez es mas obvio, para todos, que así no podemos seguir. Así vamos de cabeza al absurdo incluso en términos liberales y conservadores. Hacia más sufrimiento para la gente común, que cada vez está más desenganchada de la prosperidad o de lo que permite planificar sus vidas. Por no hablar de la diferencia entre el Primer Mundo y «los otros mundos».

El pasado lunes 26 de enero, el presidente chino Xi Jinping pronuncio un discurso que tiene ecos históricos, al proponer ‘El Gran Reinicio’ ante el atasco mundial por la covid19.

En el plano internacional, Xi  Jinping animó a cortar con las mentalidad ombliguistas  basada en la arrogancia y el aislamiento, o en la supremacía de “lo mío” sobre los otros. Por destacar las dos frases que mejor ilustran su propuesta, dijo: «se nos ha demostrado una y otra vez que están condenados al fracaso aquellos que busquen beneficio propio a expensas de los vecinos, que actúen por cuenta propia y que caigan en aislamiento arrogante». “El multilateralismo no debe usarse como pretexto para actos de unilateralismo. Los principios deben ser preservados y las reglas, una vez hechas, acatadas por todos». Tras la etapa de Trump y la tibieza de Obama, suena a buena música.

También alienta esperanzas de cambio. Centrado en el multilateralismo Xi puntualizó poderosas razones para poner el respeto, la aceptación de la diversidad, la negociación y la conllevanza en la centralidad del las relaciones internacionales y la gobernanza de mundo. A ratos es así. Las palabras de Xi Jinping llegan «en un momento crucial en la historia de la humanidad», dijo Klaus Schwab.

Ya se verá el efecto que tiene todo ello, pero al menos un dirigente de una nación como China coloca en el plano declamativo el espíritu que debería permear la escena internacional visto que nadie se salva en solitario. Para el humanismo la centralidad de todo es el ser humano. En el escenario de las relaciones e intereses internacionales, lo que dibuja Xi Jinping es una elevación de esta mirada al plano de los pueblos y relaciones.

Más que un “gran reinicio”, si se sigue es espíritu, aunque fuera gradualmente ─el mundo tiene sus inercias─, bien lo podía haber titulado como “un nuevo comienzo”.

Bajo estas líneas se citan algunas frases clave del discurso. Al final  se adjunta un enlace al texto completo traducido.

“Perseveramos en el convencimiento de que el invierno no puede detener la llegada de la primavera y la oscuridad nunca puede cubrir la luz del amanecer. No hay duda de que la humanidad prevalecerá sobre el virus y saldrá aún más fuerte de este desastre”.

“La diferencia en sí misma no es motivo de alarma. Lo que hace sonar la alarma es la arrogancia, el prejuicio y el odio; es el intento de imponer una jerarquía a la civilización humana o imponer la propia historia, cultura y sistema social a los demás”.

«Construir círculos pequeños o comenzar una nueva Guerra Fría, rechazar, amenazar o intimidar a otros, imponer intencionalmente el desacoplamiento, interrumpir el suministro o sanciones, y crear aislamiento o distanciamiento solo empujará al mundo a la división e incluso al enfrentamiento».

“Ningún problema global puede ser resuelto por ningún país en solitario. Debe haber acción global, respuesta global y cooperación global”.

“Las relaciones de Estado a Estado deben coordinarse y regularse a través de instituciones y reglas adecuadas. El fuerte no debe intimidar al débil. La decisión no debe tomarse simplemente mostrando músculos fuertes o agitando un gran puño. El multilateralismo no debe utilizarse como pretexto para actos de unilateralismo”.

«Debemos abogar por una competencia justa, como pueda ser competir entre nosotros por la excelencia en carreras, y no bajar a una lucha cuerpo a cuerpo”.

“We have been shown time and again that to beggar thy neighbour, to go it alone and to slip into arrogant isolation will always fail.”

Discurso completo en castellano

 

El artículo original se puede leer aquí