Rusia da alerta que el reconocimiento por EE.UU. de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental desencadenará una nueva ola de violencia en la región.

“El reconocimiento por Washington de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental podría obstaculizar los esfuerzos de la ONU [Organización de las Naciones Unidas], destinados a resolver el conflicto, y desencadenar una nueva ola de violencia en la región”, ha advertido la Cancillería rusa.

En un comunicado emitido este sábado, la Cartera rusa ha denunciado de este modo la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer la “soberanía” de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a cambio de que Rabat normalice sus relaciones con el régimen israelí.

Con esta decisión, agrega la nota, la Administración Trump socava el fundamento jurídico internacional universalmente reconocido del arreglo del Sahara Occidental que estipula la determinación del estatus final de esa área por medio de un referéndum.

Esta nueva posición de EE.UU. podría exacerbar la violencia entre las partes directamente involucradas y provocar una nueva ola de enfrentamientos armados en dicha zona, advierte.

El Sáhara Occidental es una excolonia española reivindicada tanto por los marroquíes como por los independentistas del Frente Polisario, apoyados por Argelia, país vecino y gran rival regional de Rabat.

El Consejo de Seguridad acordó en 2019 crear la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso) como parte de un arreglo que preveía un período de transición a fin de preparar la celebración de una consulta en la que el pueblo saharaui eligiera entre la independencia o la integración en Marruecos.

El Frente Polisario ha denunciado, a su vez, que la decisión unilateral e “imprudente” de Trump socava los esfuerzos de la comunidad internacional para encontrar una solución pacífica al conflicto en el Sáhara Occidental. Entretanto, han dejado claro que tal paso no modifica el estatus jurídico de esa desértica región disputada, ya que “sigue siendo propiedad exclusiva del pueblo saharaui”.

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