Al año de las movilizaciones sociales de octubre de 2019, en varios medios de comunicación, los autodenominados defensores de la democracia evalúan lo ocurrido. Intentaré resumir los argumentos más destacados que plantean en su análisis y las preguntas que me surgen de ellos.

1.El movimiento fue un intento marxista-leninista de golpe de estado que atentó contra el sistema democrático y sembró el terror en la sociedad civil. Pregunto: ¿no hay una historia de saqueos y violencia perpetrada por las élites económicas y políticas, que han manejado el Estado en beneficio propio y han carcomido con ello su propio sistema democrático liberal? ¿La sucretización, el feriado bancario y la corrupción institucionalizada, como formas de robar la riqueza a la sociedad, no ha sembrado terror, miedo, enmiseramiento y violencia en la sociedad? ¿Haber convertido a su sistema electoral en un mercado de inversiones, para que las grandes corporaciones se apoderen de los bienes públicos, a través de acuerdos espurios con los gobiernos financiados, no ha destruido su democracia representativa? ¿Cada vez que han transgredido la Constitución para hacer sus negocios y han gobernado para las corporaciones extranjeras y no para la sociedad ecuatoriana, no se han dado una y otra vez autogolpes de Estado?

2.Las personas que participaron fueron engañadas por los violentos dirigentes marxistas leninistas que utilizaron todas las formas de luchas irregulares de la guerrilla urbana, como la quema de la Contraloría. Pregunto: ¿A quién le interesaba quemar la Contraloría, sino a aquellos que por administrar el Estado han hecho negocios sucios con las empresas, y estaban en procesos de auditoria? ¿Cómo un puñado de violentos pueden engañar a una inmensa población que se movilizó en contra de décadas de saqueo, engaño, cinismo y violencia de la alianza entre los gobiernos de turno y el poder económico nacional e internacional? ¿Acaso no hay una historia de brutal represión de los aparatos policiacos y militares del Estado en contra de la sociedad en resistencia, que enseñe a los pueblos, medianamente, a protegerse y cuidarse de este ataque legalizado? ¿Acaso palos, piedras y escudos de cartón y lata son un armamento bélico de ataque contra el equipamiento de los aparatos represivos estatales, que cuentan con armas, cisternas de agua ácida, bombas de gas tóxico, balas de goma que pueden herir como lo hicieron, caballería y motos que lanzan a los cuerpos de los manifestantes? ¿Acaso el parque del Arbolito, el Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y los recintos universitarios de acogimiento y cuidado son cuarteles clandestinos de la guerrilla urbana, que al ser descubiertos tienen que ser salvajemente atacados, sin importar que hay niños, mujeres y ancianos? ¿Será que está conspiración marxista-leninista de guerrilla urbana y luchas irregulares opera en las movilizaciones de los Estados Unidos y engaña a toda una población que se moviliza en contra de la violencia y el racismo policial, en contra de la xenofobia del Estado y el empobrecimiento de millones de estadounidenses? ¿O será que a nivel mundial la humanidad está cansada de tanta violencia regular e irregular que los capitalista patriarcales y coloniales lanzan contra la sociedad?

3.Estos vándalos quieren desestabilizar el statu quo y la democracia, por lo cual hay que fortalecer el Estado y a los gobiernos para que no permitan estos vandalismos insurreccionales marxistas leninistas. Más preguntas ¿Quién desestabiliza su propio orden más que aquellos que por su ambición perversa a la acumulación de capital y poder destruyen todo acuerdo social que equilibra la vida común? ¿Los vándalos no son acaso los que invaden, colonizan y destruyen los territorios de los pueblos para saquear los bienes naturales sin escrúpulo alguno? Los vándalos no son los que aprovechándose de ser gobierno reciben y dan coimas, manejaron suciamente los gastos reservados, inflan precios de contratos públicos para robar al pueblo, negocian con los hospitales, roban insumos médicos y negocian con la ayuda de alimento en plena crisis sanitaria; o los empresarios que lucran de los ahorros de la sociedad a través de sus bancos-chulqueros, trafican a gran escala con los combustibles subsidiados; explotan a los y la trabajadores y decenas de etcéteras? ¿Vándalos no son ciertamente los que violentan a las mujeres a través de sus leyes patriarcales, de sus instituciones de dominación masculina, de su moral hipócrita con la que permiten que miles de mujeres y niñas sean asesinadas y encarceladas por querer decidir su vida y su futuro? ¿Vándalos no son los que imponen que se celebre y se aclame símbolos del peor genocidio de la historia moderna, perpetrado contra nuestros ancestros y que con eso se nos violente una y otra vez? ¿El vandalismo acaso no viene de la hispanidad racista y violenta que defienden y con la cual quieren que renunciemos a nuestro origen blanqueándolo para que nos acepten como “buenos salvajes”? ¿Los que desestabilizan la democracia mundial no es, por cierto, ese 1% que acapara la mitad de la riqueza global o su versión ecuatoriana?

Es de mentes precarias y ociosas reducir la indignación legítima y justa de los pueblos y la resistencia y lucha que de ella emerge al cuco comunista marxista leninista. No se necesita haber estudiado Ciencias Sociales para entender que todo proyecto social y civilizatorio tiene un tiempo, un ciclo, después del cual se desgasta y tienen que ser transformado para que dé respuestas a las demandas de la sociedad, y no se deforme en violencia generalizada y peor en un salvajismo irreversible. Más aún, cuando ese proyecto social nunca funcionó en atención al bienestar humano y natural, sino a la acumulación de capital y poder que depreda todo lazo social y vida natural, a extremos que amenazan la extinción de nuestra propia especie. A lo máximo que llegan es a decir que hay que dar respuestas a la pobreza, ni siquiera se dan cuenta que no es pobreza sino empobrecimiento provocado por los depredadores económicos; que no solo es empobrecimiento económico sino cultural, ideológico, estético y ético, por efecto de haber reducido toda la vida humana y natural al valor mercantil y a la ganancia. En la peor versión del positivismo creen que hay una estructura social que funciona bien y que es alterada por unos pueblos vándalos que son utilizados por el mal.

Escucho a estos analistas y pienso: a qué niveles de miseria ha llegado el pensamiento de las élites ideológicas, sobre todo en el país. Si tomo como horizonte referencial de ese pensamiento la disputa política-ideológica que se da en el contexto electoral norteamericano, entonces entiendo que no se puede pedir más a una clase dirigente vieja, corroída, sin capacidad de mirar lo que sucede con su proyecto y enceguecida de un poder en decadencia. Bueno, como diría Donald Trump la culpa es de los comunistas marxista leninistas como los Clinton, los Obama y Joe Biden.