El 24 de agosto de 1980, un grupo representativo de profesores de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile publicó un inserto en el diario El Mercurio con relación a la convocatoria a plebiscito para ratificar la Constitución aprobada por la Junta de Gobierno.

En dicha publicación, los profesores argumentaron, a título de nuestra facultad, que la convocatoria a plebiscito ratificatorio era válida porque la Junta de Gobierno era titular legítimo del poder constituyente originario por el golpe de Estado. Así, a juicio de ellos, “la revolución del 11 de septiembre de 1973 fue legítima, por haberse cumplido todos los requisitos del derecho de rebelión”. Además, defendieron el libre ejercicio de esta potestad porque “el ejercicio del poder constituyente originario, como quiera que no está subordinado a una institucionalidad anterior, no reconoce en lo formal límite alguno”, por lo que “cualquiera que sea el procedimiento que se emplee será válido”. Finalmente, los académicos hicieron “un llamado a todos los hombres de Derecho y compatriotas en general para votar “Sí” a la nueva constitución.”

Cuarenta años después, encontrándonos en un escenario plebiscitario similar, pero en condiciones jurídicas y políticas muy distintas, en un régimen democrático y de libertades civiles, nosotros, como parte de la comunidad formada en torno a dicha facultad de derecho y representando una visión humana y democrática, nos sentimos llamados a replicar esta declaración:

1) De acuerdo a las doctrinas jurídicas vigentes entonces y aún actualmente, el poder constituyente originario es propio del pueblo como cuerpo político. El ejercicio de este poder es entregado por el pueblo a las instituciones establecidas en la Constitución. Ésta, por su parte, debe contemplar mecanismos para regular la forma en que se puede apelar a la ciudadanía a manifestar este poder. Lo relevante es que el pueblo o nación nunca pierde este poder, ni siquiera en contextos excepcionales.

2) Entre 1973 y 1990, la Junta de Gobierno se atribuyó, a título de una misión patriótica autoimpuesta, el poder constituyente. Lo que es más grave, no reconoció limitaciones, a tal punto de contemplar constantemente estados de excepción que dieron paso a violaciones de derechos humanos. El poder constituyente, sea originario o derivativo en las instituciones, sí reconoce límites en lo formal: el respeto a los derechos fundamentales.

3) La Constitución de 1980 fue redactada por tres instituciones -Comisión Ortúzar, Consejo de Estado y Junta de Gobierno- propias o designadas por la Junta, sin ser representativas del cuerpo político titular del poder originario, sin procedimientos transparentes y sin garantías electorales, en particular, las de un sufragio libre, secreto y con registros. Esto es suficiente para considerar que nuestra actual Constitución tiene un origen ilegítimo.

4) Si bien el país ha hecho un esfuerzo por legitimar la Constitución mediante reformas, éstas no han sido suficientes para establecer a nuestra carta fundamental como criterio de justicia ni como elemento de identidad nacional. Desde un comienzo que ha sido un elemento divisor, por plasmar una visión humana y de país que se aleja de los proyectos e ideas de millones de chilenos, que eleva al individualismo como concepto capital de nuestras acciones y que desconfía de la participación ciudadana en la búsqueda de soluciones.

5) Esta visión de país terminó de colapsar a fines de 2019, al punto que la institucionalidad constitucional no pudo dar respuestas satisfactorias a los problemas de confianza y de bien común de los chilenos. Por ello, en un hecho excepcional, el legislador decidió convocar al poder constituyente originario para que sea éste quien decida la continuidad de nuestro contrato social o la necesidad de la redacción de uno nuevo y que dé respuestas a los problemas políticos y sociales de nuestro país. Es ésta la forma correcta como se debe ejercer el poder constituyente.

Quienes suscribimos esta declaración, ex-alumnos y ex-alumnas de distintas épocas, con ideas políticas diversas y dedicados a diferentes áreas de ejercicio del Derecho, creemos necesario aprobar una nueva constitución para Chile, redactada por una convención constitucional.

Como abogados(as), creemos necesaria una solución institucional a nuestra crisis estructural, dentro de un Estado de Derecho que responda a las necesidades de las personas. Como ciudadanos(as), requerimos que nuestras instituciones sean fruto de un diálogo responsable que incluya a los distintos sectores de nuestra población. Como chilenos(as), tenemos la oportunidad única de nuestra historia de tener un contrato social que sea parte de nuestra identidad nacional. Como personas, nos merecemos una constitución que nos permita a todos y a todas realizar nuestro proyecto de vida en sociedad.

Verónica Baraona del Pedregal, generación 1966
Elena Serrano Pérez, generación 1966
Gonzalo Moya Suárez, generación 1967
Manuel Luna Abarza, generación 1980
María Olga Acevedo Rojas, generación 1986
Paula Vial Reynal, generación 1988
Viviana Betancourt, generación 1989
Luis González Aracena, generación 1989
Jaime Bassa Mercado, generación 1995
María Paz Fuentealba Baraona, generación 1996
María del Pilar Larraín Vives, generación 1997
Verónica Piedrabuena Keymer, generación 1997
Navaí Valdivia Lagos, generación 1997
Adriana Latorre Carvallo, generación 1998
Francisco Muñoz Ruz, generación 1998
José Ignacio Núñez Leiva, generación 1998
Francisco Ugás Tapia, generación 1998
Julio Valdés Riveros, generación 1998
Alan Spencer Soffer, generación 1999
José Manuel Cruz Gantes, generación 2000
Álvaro Hernández Pieper, generación 2000
Gabriela Hilliger Carrasco, generación 2000
Marco Antonio Troncoso Riquelme, generación 2000
Mabel Ahumada Castillo, generación 2002
María Francisca Biskupovic Martínez, generación 2002
James Black Duvanced, generación 2002
María Teresa Bravo González, generación 2002
Johana Cancino Pereira, generación 2002
Mauricio Cárdenas Huenteleo, generación 2002
Ricardo Espinoza Castillo, generación 2002
Augusto López Ávila, generación 2002
Sandra Mosnaim Medina, generación 2002
Natalia Quintanilla Morales, generación 2002
Patricia Ramírez López, generación 2002
Javier Sajuria Garcés, generación 2002
Marcia Vargas Canales, generación 2002
Javier Velásquez Valenzuela, generación 2002
Joaquín Catalán Martina, generación 2003
Laura Contreras Enos, generación 2003
Macarena Cornejo Hormazábal, generación 2003
Dan Díaz Fuenzalida, generación 2003
Fabiola Espinoza Gaete, generación 2003
Sergio Guzmán Costabal, generación 2003
Daniela Hirsch Vergara, generación 2003
Sebastián Lagos Vera, generación 2003
Ricardo Montero Allende, generación 2003
Fernanda Pino León, generación 2003
Marsella Rojas Cailly, generación 2003
Pablo Cuello Lira, generación 2004
Ulda Figueroa Ossa, generación 2004
Francisca Figueroa San Martín, generación 2004
Cristián Franetovic Guzmán, generación 2004
Francisca Jara Barrientos, generación 2004
Guillermo López Guzmán, generación 2004
Ángeles Mas Cano, generación 2004
Estefania Martinez Diaz, generación 2004
Saúl Melinao Gutiérrez, generación 2004
Monserrat Moya Arrué, generación 2004
Natalia Nuñez Quezada, generación 2004
Roberto Sagredo Kraunik, generación 2004
Nicolás Torres Vieira, generación 2004
Felipe Castillo Díaz, generación 2005
Ricardo Guerrero Fernández, generación 2005
Carmina Hernández Bellolio, generación 2005
Jorge Leyton García, generación 2005
Mario Meneses Vidal, generación 2005
Sebastián Núñez Quezada, generación 2005
Joaquín Walker Martínez, generación 2005
Andrea Alarcón Fiorentino, generación 2006
Mauricio Carloza Carmona, generación 2006
Cristina Concha Borchers, generación 2006
Carla Escuti Segovia, generación 2006
Belén Picero del Valle, generación 2006
Marcela Prieto Rudolphy, generación 2006
Catalina San Martín Cavada, generación 2006
Fernanda Undurraga Jeria, generación 2006
Elizabeth Muñoz Gárate, generación 2007
Paulina Guzmán Hurtado, generación 2007
María Fernanda Hinojosa Valdés, generación 2007
Belén Huaracán Rojas, generación 2007
Laura Mancilla Rubio, generación 2007
José Ignacio Maritano González, generación 2007
Miguel Palavicino Ferrada, generación 2007
Teresa Arias Braun, generación 2008
Carolina Avello Moore, generación 2008
Francisca Besnier Cerda, generación 2008
Nicolás Browne Arellano, generación 2008
Alejandro Menchaca Steinfort, generación 2008
Nelson Ortíz Villalobos, generación 2008
Francisca Ugalde Silva, generación 2008
Estefanía Asenjo Arellano, generación 2009
Camila Delgado Ponce, generación 2009
Andrea Gattini Zenteno, generación 2009
José Tomás Humud Respaldiza, generación 2009
Nicole Navarro Salgado, generación 2009
Josefina Varela Carmona, generación 2009
Kurth Pinto Krause, generación 2010
Nicolás Santa María González, generación 2010
Francisco Torres Jimeno, generación 2010
Sebastián Yáñez Guzmán, generación 2010
Jorge Aylwin Silva, generación 2011
Antonia Ballacey Cobo, generación 2011
Carlos Bórquez Espinoza, generación 2011
Diego Lazcano Muñoz, generación 2011
María Pedrique Salazar, generación 2011
Florencia Pinto Troncoso, generación 2011
Paulina Rojas Milla, generación 2011
Felipe Téllez Guzmán, generación 2011
Daniela Venegas Varas, generación 2011
Joaquín Vega Montalva, generación 2011
Ignacio Baeriswyl Uribe, generación 2012
José Miguel Bolados Catepillán, generación 2012
Florencia Fuentealba Baraona, generación 2012
Daniel Gedda Nuño, generación 2012
Jorge Goldenberg Simón, generación 2012
Raúl Herrera Araya, generación 2012
Trinidad Labarca Hoyl, generación 2012
Loreto Osorio Soto, generación 2012
Ricardo Paillán Huanca, generación 2012
Renato Rayo Godoy, generación 2012
Juan Carlos Reus Cordero, generación 2012
Álvaro Rioseco Rivera, generación 2012
Maximiliano Santibáñez Cisternas, generación 2012
Maximiliano Vega Chamorro, generación 2012
Patsy Contardo Urra, generación 2013
Francisca Fredes Araya, generación 2013
Diego Berwart Flores, generación 2014
Valentina Buzeta Pavez, generación 2014
María Florencia Draper Contreras, generación 2014
Benjamín Leyton García, generación 2014
Valentina Lillo Espinosa, generación 2014
Javiera Moraga Valverde, generación 2014
Bastián Riquelme Ulloa, generación 2014
Paulina Torres Contreras, generación 2014