Por María Alejandra Cardenas – Tatiana Espinosa Cabrera  

Desde el inicio de la pandemia del COVID-19, la gran mayoría de los seres humanos del planeta se han visto obligados a cambiar radicalmente su ritmo natural de vida. De hecho, las medidas de confinamiento general y de distanciamiento social decretadas por los gobiernos, han ido generando consecuencias negativas en la salud mental de una parte de la población, que se reflejan con ansiedad, tristeza e incluso depresión.  En las próximas líneas, compartimos el punto de vista de expertos de la salud y las vivencias de algunas personas que se han visto afectadas con dichas restricciones.

Según Angelica Barrero, Psicóloga, Psicopedagoga, Doctora en educación, investigadora, docente universitaria, experta en el manejo de familias, docentes y población estudiantil infantil con problemas de aprendizaje y de comportamiento, la diferencia entre la tristeza y la depresión es “que una se manifiesta como una emoción que se experimenta con cambios fisiológicos y cognitivos en la persona.  Puede sentir dolor en el pecho, pesadumbre y pensamientos negativos. Hasta ahí hablamos de tristeza. 

Por otro lado, la depresión es una enfermedad mental, que implica pérdida del interés, apatía, negativismo y especialmente, es un trastorno porque va deteriorando a la persona. En este tiempo sentir tristeza es esperado por la situación, pero si se llega a una depresión, es mejor consultar a tiempo», explicó

Ver: página web Sentir y pensar by Angélica Barrero https://www.facebook.com/SentirypensarPsicopedagogia/

Permanecer en casa,  es una de las causas de sentir este tipo de emociones, sin embargo, el aislamiento es el principal motivo para que las personas sientan soledad y  estrés, sumándose la preocupación por una estabilidad económica. Además  el  exceso de información a través de los medios de comunicación  y las redes sociales también hace parte del problema hacia la salud mental aumentando así la incertidumbre sobre lo anteriormente mencionado. La constante presencia mediática del Covid-19 provoca ansiedad y estrés. La sobreexposición a noticias relacionadas con esta pandemia, influye en el bienestar emocional de las personas y en su comportamiento dentro de la sociedad.

Según Ivonne Andrea Jimenez Arevalo. Psicóloga magíster en psicología clínica, con 17 años de experiencia en atencion en consulta privada a pacientes y un amplio manejo de  alteraciones del estado de ánimo y población vulnerable, “la depresión ha aumentado en tiempos de pandemia, hay estudios que soportan que las personas presentan un aumento en síntomas como depresión, ansiedad, insomnio y no solamente por la amenaza del virus sino por el aislamiento social, la pérdida de la estabilidad económica y  por todo lo que rodea el estar encerrados. Las enfermedades mentales son un efecto esperado de todo esto y por eso es muy importante que se tengan espacios para dialogar y expresar qué es lo que se siente”. 

Ver: “Los jóvenes se están refugiando en rutinas que los llevan a la depresión” https://www.elespectador.com/noticias/salud/los-jovenes-se-estan-refugiando-en-rutinas-que-los-llevan-a-la-depresion/

Igualmente se han visto perjudicadas en este sentido las personas que han tenido o tendrán graves dificultades económicas durante los próximos meses. La cuarentena ha provocado que muchas personas se queden sin trabajo. Esta situación conlleva a que se agraven las desigualdades sociales y la pobreza.

Las personas con trastornos de salud mental previos tienen un riesgo importante de recaídas. Los niños y adolescentes, que están acostumbrados a salir a la calle, también pueden tener altas tasas de depresión y ansiedad.

Camilo Rivera, un niño de 7 años diagnosticado con depresión le contó a Pressenza que “siento aburrimiento y sensaciones de acorralamiento, como si estuviera en una cárcel. En algunas ocasiones me siente solo y confieso que causa mucha tristeza no poder jugar con mis amigos”

Lo más importante es comprender que los niños pequeños no solo están enfrentando cambios drásticos en sus vidas, sino que a veces no entienden del todo por qué han ocurrido esos cambios o qué los ha causado.

Los niños tienen todo el derecho a enfadarse por la manera en que el coronavirus ha trastornado el ritmo normal de sus vidas. A ellos las privaciones les parecen más trágicas que a los adolescentes o adultos porque el trastorno del coronavirus abarca un porcentaje mayor del tiempo que han vivido hasta ahora; y es otra perspectiva que se debe mirar. 

Según Alejandra Mejía Psicóloga de la Universidad Uniminuto de Dios de la ciudad de Medellín “es de vital importancia tener claro que algunos niños antes de iniciar la pandemia venían con  cualquier psicopatología y son más vulnerables a padecer de ansiedad y estrés durante la actual contingencia, para estos chicos lo más recomendable es continuar con su tratamiento terapéutico y/o medicado y también poner en práctica las siguientes actividades”, explicó. 

  1. Establecer horarios fijos desde el momento que se debe despertar, alimentarse, estudiar y acostarse.
  2. Los padres deben brindarle a los chicos más calidad de tiempo (no utilizar distractores electrónicos en el tiempo de diversión y ocio) para lo anterior mínimo 45 minutos.
  3. Es un buen momento para incentivar la cultura lectora, se recomienda leerles mínimo 15 minutos diarios antes de dormir.
  4. Aprovechar todas aquellas actividades gratuitas que se realizan a través de las plataformas.
  5. Sin importar la edad de los niños es importante indagar constantemente sobre cómo se sienten.

Igualmente se debe tener en cuenta que la mayor parte del comportamiento de los infantes se da por modelamiento, motivo por el cual expertos recomiendan que los adultos tengan hábitos de vida saludable, cómo realizar una rutina de ejercicios, meditación, buena alimentación y buen aprovechamiento del tiempo libre, y sobre todo una comunicación asertiva.

Ver: también consejos y atención para la salud mental a través de  la organización mundial de la salud: https://www.paho.org/es/salud-mental-covid-19

Daniel Sánchez, un joven de 25 años y estudiante de Fotografía de la Universidad de Bellas Artes, fue diagnosticado con depresión, además, perdió su empleo y la posibilidad de seguir sus estudios a causa de la pandemia, y relató “en la situación actual, que nos obliga a permanecer en casa todo el tiempo, las personas con patologías mentales, como lo son la depresión y algunos casos la ansiedad, tienen más dificultades para encontrar un punto de equilibrio. Por mi parte, el encierro no me permite manejar mis crisis, ya que la manera en que se me es más fácil controlarme y calmar mi estado de ánimo, es saliendo de mi hogar, ir a un lugar con mucha calma, observar el paisaje, caminar por un sendero, disfrutar de un lugar nuevo o dialogar frente a frente con alguien de confianza. El encuentro físico me ayuda a sentirme acompañado”, comentó

Para las personas que padecen esta enfermedad, la Dr. Ivonne Andrea Jimenez Arevalo recomienda la regla del 8 para manejar las crisis : “la regla del 8,  sería ocho horas de trabajo o de actividades varias. Es normal que cada día las personas se levanten, se bañen y se organicen; que dispongan de un horario de trabajo, de un lugar organizado para cumplir los requisitos del día a día. También es importante reservar un espacio para llevar a cabo actividades placenteras. Se puede por ejemplo tejer o hacer ejercicio. Actualmente, es fácil recurrir a la tecnología; en Internet se pueden ver tutoriales que nos pueden asesorar en nuestros ejercicios diarios, o en cualquier otra actividad que nos llene y nos guste. Ahi se cumplirian todos los bloques de la regla de ocho”. Se le denomina regla del 8 ya que su estrategia son ocho horas de sueño, ocho de actividad (trabajar o estudiar) y ocho horas de tiempo libre en la que se pueda hacer lo que le guste a cada persona. 

Ver: Claves para proteger la salud mental: 

https://www.france24.com/es/20200321-salud-mental-coronavirus-redes-sociales

Los pacientes con depresión o enfermedad mental son una población que requiere una atención particular en estos tiempos de pandemia. Mantener el cumplimiento de los tratamientos y consejos por las expertas en salud mental, así como la comunicación con su entorno familiar y amigos es muy importante. 

Aunque ya se anuncian posibles medidas para salir de un aislamiento restrictivo que ha durado alrededor de seis meses, es indudable que el Covid-19 ha cambiado radicalmente la vida social, industrial, educativa, comercial y turística del país. Es de esperar que en los próximos meses, las preocupaciones seguirán afectando física y psicológicamente el cotidiano de millones de personas, es por eso que no debemos bajar la guardia ante la importancia de la salud mental.