La noticia de hoy es que la Organización Mundial de la Salud ha constituido una nueva «Comisión Paneuropea de Salud y Desarrollo Sostenible» con el objetivo de «replantear las prioridades políticas a la luz de las pandemias»; para sorpresa de muchos sectores a su cargo fue nombrado «Profesor Mario Monti, presidente de la Universidad Bocconi y ex Primer Ministro italiano y ex Comisario Europeo. La Comisión estará integrada por ex Jefes de Estado y de Gobierno, distinguidos especialistas en ciencias de la vida y economistas, directores de instituciones de salud y bienestar social y dirigentes de la comunidad empresarial y las instituciones financieras». Pedimos a Vittorio Agnoletto, miembro de Medicina Democrática, militante por el derecho a la salud, ensayista y periodista de Pressenza, algunos comentarios sobre este tema.

Tu primera impresión en caliente…

El nombramiento de esta comisión, que debería analizar lo que sucedió durante la emergencia del Covid en la región europea y propondría soluciones y cambios, es una contradicción en sí misma porque los miembros de esa comisión, empezando por su presidente, el profesor Monti, son personas que en la gran mayoría de los casos han tenido responsabilidades gubernamentales, ya sea como Ministros de Salud o como Primeros Ministros, en los últimos veinte años en Europa y, especialmente, los años a partir de 2008 han sido los años del liberalismo descontrolado en la atención de la salud, la transformación de la salud en una mercancía y el triunfo de la introducción de estructuras privadas en los Servicios Nacionales de Salud.

Uno de los mayores problemas de la respuesta a las emergencias del Covid ha sido precisamente el recorte de camas, el recorte de hospitales, la destrucción de la medicina territorial, la gran cantidad de espacio que se ha dado al privado que se ha involucrado poco y de manera secundaria en la emergencia del Covid; quienes lo han logrado son en la mayoría de los casos los miembros de ese comité; por lo tanto, no tiene sentido confiar la solución a quienes contribuyeron en gran medida a crear ese problema.

¿Queremos recordar lo que el gobierno Monti hizo con la salud en Italia?

Los datos que hay son datos globales, por lo que no están desglosados por año. Pero basta decir que había 530 mil camas en el Servicio Nacional de Salud a principios de los años 80, pasando de 230 mil en 2012 hasta 210 mil en 2018; y esto se debe principalmente al cierre de pequeños hospitales y en todo caso de instalaciones públicas parcialmente sustituidas por el desarrollo de instalaciones privadas; para ser precisos, en los 530 mil debemos considerar que había todavía 65000 camas de psiquiatría que fueron cerradas a raíz de la ley Basaglia.

¿Cuáles son según tú y Medicina Democrática las prioridades de la Sanidad también, pero no sólo, en la función anti Covid?

En primer lugar, hay que cambiar radicalmente las prioridades del gasto en salud. Mientras tanto, es necesario aumentar la financiación general de la atención de la salud. Estamos por debajo del umbral del 6,3% del PIB, que es el umbral mínimo según la OMS para las respuestas a las necesidades de salud primaria de la población, y estamos en el límite inferior del PIB. Segundo: tras aumentar el gasto sanitario global, es necesario reasignar los recursos a los distintos sectores de la medicina, dando prioridad a la medicina preventiva, la medicina territorial y la vigilancia sanitaria. Tercero: es necesario aumentar y dar estabilidad al personal sanitario y asegurar que los Niveles Esenciales de Atención (Livelli Essenziali di Assistenza, LEA) puedan ser utilizados siempre por todos los ciudadanos, en cualquier parte de Italia y que sea la estructura pública la que garantice la posibilidad de que todo el mundo se beneficie de los LEA.

Si es cierto, como estoy convencido que, en un futuro próximo, independientemente de lo que suceda en el otoño con el Covid, seguiremos enfrentándonos a nuevas epidemias, nuevas enfermedades infecciosas que pueden transmitirse de un ser humano a otro según un comportamiento preciso, es evidente que tendremos que enfocarnos en:

  • Un sistema de vigilancia sanitaria capaz de hacer sonar la alarma lo antes posible cuando llega un nuevo agente infeccioso para que los centros de salud puedan intervenir de manera preventiva.
  • Activar una red sanitaria territorial mediante el fortalecimiento de los médicos generales, los llamados médicos de familia, las clínicas territoriales, los servicios de prevención y los de medicina laboral son todos los servicios que se han reducido, recortado y dejado sólo de forma nominal en el territorio, muchos de ellos sin personal o casi completamente dotados de personal. Entonces lo que necesita ser fortalecido es este primer nivel de medicina. Incluso con un cambio cultural, hay que empezar a considerar la medicina no sólo como algo que cura sino también como algo que evita que la gente se enferme y esto es fundamental ante los riesgos de enfermedades infecciosas.

Por eso insisto en que la emergencia del Covid da un mensaje muy fuerte a todo el sistema de salud y la necesidad de cambiar su organización, sus prioridades y sus paradigmas.

Todo esto es exactamente lo contrario de lo que han hecho los gobiernos de Europa en las últimas décadas: han avanzado cada vez más en la integración del sector privado en los servicios de salud pública a través de mecanismos de acreditación o convención, han construido cada vez más servicios de salud hospitalarios, haciendo que todo gire en torno a los hospitales, han vaciado cada vez más la medicina territorial.


Traducido del italiano por Estefany Zaldumbide