El pasado 30 de junio, Xi Jinping, presidente chino, anunció la promulgación de la Ley sobre Seguridad Nacional para Hong Kong, así como la incorporación del texto de dicha ley en la denominada «Ley Fundamental» que, desde 1997 configura un marco «constitucional» para Hong Kong. De acuerdo con las informaciones, la mencionada ley no pasó por la instancia legislativa local, sus contenidos son desconocidos por una amplia mayoría de hongkoneses y fue sometida directamente a aprobación del Parlamento Nacional. Mientras las voces opositoras afirman que la ley busca acallarles y restar autonomía a Hong Kong, las voces oficiales insisten n que se trata de una ley para erradicar las tendencias separatistas, alimentadas por intereses extranjeros.

Las movilizaciones en territorio hongkonés no se hicieron esperar y tampoco el uso de gas pimienta y las detenciones por parte de la policía. A las 14 horas de la promulgación de la ley, las personas detenidas en la ex colonia británica, eran 180.Tampoco se han hecho esperar las reacciones de Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, en contra del gobierno chino. Cuando en 1997 los gobiernos del Reino Unido y de China acordaron la «devolución» de HOng Kong, dicho acuerdo estipulaba autonomía legislativa y judicial, así como libertades civiles para los habitantes del territorio hongkonés, hasta el año 2047. El acuerdo se conoce como «un país, dos sistemas». La Ley promulgada es calificada, tanto por la oposición hongkonesa como por los gobiernos de los países mencionados, como un retroceso e incluso, una violación del acuerdo. De hecho, el gobierno de Trump anunció ya nuevas sanciones contra el gigante asiático y Jinping no tardó en responder advirtiendo «graves consecuencias» si los gobiernos de otros países continuaban «inmiscuyéndose» enfatizando además que la ley restaurará la estabilidad en Hong Kong y que no es amenaza para las libertades.

Vale recordar que la población hongkonesa ha protagonizado multitudinarias manifestaciones en los últimos años. Una de ellas en protesta por la ley de extradición que China quiso imponer hace algo más de un año atrás.