– La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) urgió este viernes 19 a las naciones del mundo para que ratifiquen el Convenio 190 de la OIT sobre la violencia y el acoso en el trabajo.
Ese convenio de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) “brinda orientación vital para los gobiernos sobre cómo prevenir este tipo de violencia y cómo proteger a los trabajadores frente al estigma y las represalias”, destacó Nisha Varia, directora de derechos de la mujer en HRW.
Uruguay es, desde el 12 de junio, el único país que ha ratificado ese convenio adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo hace un año.
HRW dijo que Alemania, Argentina, Bélgica, España, Filipinas, Finlandia, Fiyi, Francia, Islandia, Irlanda, Italia, Namibia, Sudáfrica y Uganda prevén ratificar el instrumento, que implica adecuar sus leyes nacionales a los estándares del tratado y ser evaluados periódicamente por la OIT para determinar si cumplen con lo asumido.
El movimiento contra el acoso #MeToo, con gran auge en los años 2018 y 2019, y ataques contra trabajadores de la salud en el contexto de la pandemia covid-19, “han puesto de manifiesto la urgencia de adoptar medidas contundentes para prevenir la violencia y el acoso vinculados con el trabajo”, sostuvo una declaración de HRW.
“Aunque ninguna persona debería tener que tolerar violencia ni acoso, para muchos trabajadores, sobre todo las mujeres, suele ser inevitable para conseguir o conservar un trabajo”, observó Varia.
Una encuesta de la organización Chile Mujeres en 2019 reveló que en los últimos cinco años 53 por ciento de las empresas de ese país sudamericano tuvieron casos de acoso laboral y 37 por ciento de acoso sexual.
Con base en sus estudios, el Workplace Bullying Institute de Estados Unidos calculó que 27 por ciento de los trabajadores de ese país experimentaron conductas abusivas en sus centros de labor y 21 por ciento de los encuestados dijeron haberlas presenciado.
Otra encuesta, de 2014 a 42 000 mujeres en 28 países de Europa, concluyó que 55 por ciento de ellas fue víctima de acoso sexual al menos en una ocasión desde los 15 años de edad, y 32 por ciento indicó que el acoso se produjo en el entorno laboral.
HRW documentó incidentes de violencia y acoso en el trabajo en todo el mundo, en sectores como agricultura, trabajo doméstico, educación, pesca, industria de la indumentaria, salud, periodismo, minería, administración pública y fuerzas armadas.
La OIT señaló que muchas de las leyes de protección laboral vigentes excluyen a los trabajadores que se encuentran más expuestos a situaciones de violencia, como trabajadoras del hogar, los de la agricultura y personas con empleos precarios.
Un informe del Banco Mundial de 2018 señaló que 59 de 189 economías no habían adoptado disposiciones jurídicas específicas sobre acoso sexual en el trabajo.
Según el Convenio 190, los gobiernos deben asegurar que haya leyes nacionales exhaustivas contra el acoso y la violencia en el trabajo, y que se establezcan las medidas de prevención pertinentes, como realizar campañas de información e identificar a sectores de alto riesgo, recordó HRW.
El texto de la OIT aborda la violencia de género, incluida la conexión entre violencia doméstica y trabajo, así como los pasos que deben dar los gobiernos, incluidas las protecciones para que las personas sobrevivientes de hechos de violencia doméstica puedan obtener ayuda sin perder su trabajo.
También que la violencia y el acoso pueden ocurrir fuera del espacio físico de labor, e incluye otras actividades vinculadas, como los trayectos desde y hacia el trabajo y los eventos laborales que se desarrollan fuera del lugar de trabajo.