Por Humanistas de Carabanchel

A veces noticias pequeñas, que apenas aparecen en los medios, tienen gran trascendencia. Decisiones que se toman en pequeños comités de expertos que poca gente conoce. Es el caso de un comité de la OMS, que después de 60 años de vida de un medicamento, lo ha eliminado de su lista de medicamentos esenciales, donde figuraba como medicamento recomendado para el tratamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Estamos hablando del metilfenidato.

Sabemos que la decisión fue tomada por unanimidad, y que el motivo que la justifica es la incertidumbre en la estimación de sus beneficios.  Después de cientos de estudios y pruebas, muchos de ellos financiados por las propias industrias farmacéuticas que lo producen, no se puede afirmar, según la OMS, que consumir este producto haya sido beneficioso para los millones de niños, adolescentes, y últimamente  también adultos, que lo han tomado.

El Portal del Medicamento de Castilla y León glosa un artículo de la revista especializada “British Medical Journal”, en el que se recogen los debates y las preocupaciones generados por estas circunstancias, sus autores manifiestan que aunque hay incertidumbre sobre los beneficios, “el metilfenidato puede estar asociado con una serie de eventos adversos graves, así como con una gran cantidad de eventos adversos no graves en niños y adolescentes.”

El metilfenidato se consume en pastillas desde la década de los 60. La famosa pastilla para los niños diagnosticados con TDAH ha sido usada a discreción en las aulas de Estados Unidos. Desde allí llegó a Europa y América Latina, de la mano de poderosos laboratorios. En España su consumo se disparó en los años 90. El exponencial aumento de diagnósticos de TDAH y  sus tratamientos asociados produjo una gran alarma en muchos sectores.

Muchos psiquiatras, psicólogos, médicos y educadores han denunciado el agresivo marketing de la industria farmacéutica y los peligrosos efectos adversos del metilfenidato. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, junto con muchas otras asociaciones profesionales, pidió la retirada de la Guía Clínica del TDAH por el conflicto de intereses de la mayor parte de los autores que la redactaron, que declararon, en su mayoría, haber recibido dinero de las farmacéuticas.

En España, en el año 2007 La Regional Humanista Europea y la Comunidad para el Desarrollo Humano advirtieron sobre la sistematización de los tratamientos con psicofármacos a niños y jóvenes y pidió la apertura de un debate sobre este conflicto, denunciando ante el Defensor del Menor la vulneración de los derechos  fundamentales de los menores.

Y ya en 2018, El colectivo Humanistas de Carabanchel realizó un  documental que se difundió por colegios y centros culturales de Madrid y tuvo un impacto considerable en medios educativos, sanitarios y entre las familias que se enfrentaban a un diagnóstico de TDAH, “Estás atento, la otra cara del TDAH”,  sobre los peligros de esta medicación.

Para nosotros es motivo de celebración este cambio de postura de la OMS. Seguramente la contestación de tanta gente a lo largo de tantos años ha tenido su influencia. Un pequeño grupo como el nuestro hicimos un trabajo de investigación durante unos meses y sacamos algunas conclusiones claras, a pesar las trabas que nos pusieron para acceder a la información y a los responsables sanitarios.  Los testimonios recogidos sobre los perjucios del metilfenidato quedaron ampliamente reflejados.

La OMS, sin duda ya sabía del cuestionamiento amplio que tenía esta droga y de sus efectos secundarios, pero algo ha cambiado en su interior para modificar su postura. A partir de este momento, recetar metilfenidato ya no está amparado por la OMS. Algo que era tan políticamente correcto y tan aceptado socialmente ha perdido una parte importante de su reconocimiento. Es como cuando se desmonta la clave de un  arco de medio punto. Todas las piezas pierden apoyo y el arco se derrumba. Nos alegramos por tantos niños y adolescentes que se librarán de esa agresión química.

¿Y que va a pasar con los millones de niños y adolescentes y adultos que lo están tomando ahora? Sería muy bueno que conocieran esta pequeña noticia, que no ha tenido todavía repercusión en prensa, solo en los portales y revistas especializados que pocos leen. Hagamos que esta noticia circule y llegue a todos los medios educativos y sanitarios.