Parece que una caja de Pandora de enfermedad y muerte ha sido abierta por el virus que ha estado causando estragos en todo el planeta.

Pero, cuando todo está dicho y hecho, ¿es esta última pandemia una bendición o una pesadilla? ¿Está la humanidad condenada a una caja de Pandora de males y maldades sin fin? ¿La esperanza que permanece encerrada es una maldición, una falsa esperanza?  ¿O un regalo de los dioses que puede inspirarnos hacia una imagen optimista del futuro?

Tal vez, la historia de Pandora, tal como se cuenta y se vuelve a contar, tenga pistas en el relato que pueden llevarnos a encontrar la esperanza incluso en los tiempos más sombríos.

En la mitología griega, Pandora fue la primera mujer en la tierra, su nombre significa «La que lleva todos los regalos». Su historia se cuenta en la Teogonía de Hesíodo. Prometeo roba el fuego de los cielos y lo concede como un beneficio para la humanidad. Esto enfurece a Zeus, rey de los dioses, que diseña un plan para castigar a Prometeo por haber robado el fuego divino. Zeus encarga a Hefesto, dios del fuego y patrono de los artesanos, que cree a una mujer, a la que los dioses le conceden sus mejores regalos. Hefesto la crea de arcilla, dándole una forma perfecta. Afrodita le da su feminidad, Atenea le enseña sus artesanías mientras que Hermes, bajo órdenes de Zeus, le enseña a ser terca y curiosa. Zeus entonces le da un «pithos» que literalmente se traduce como jarro (pero más tarde fue mal traducido por el humanista del Renacimiento, Erasmo, para significar «caja»), diciéndole que contiene regalos especiales de ellos. Pero no se le permite abrir la caja nunca.

Hermes la lleva a Epimeteo, hermano de Prometeo, para ser su esposa. Prometeo había aconsejado a Epimeteo que no aceptara nada de los Dioses, pero cuando vio la belleza de Pandora, se enamoró de ella, haciendo caso omiso del consejo de su hermano.

Pandora es incapaz de contener su curiosidad, y abre el frasco, liberando en el mundo las enfermedades, la muerte y todo tipo de desgracias y males, pero cierra la tapa antes de que la Esperanza pueda escapar. Según Hesíodo, Zeus quiso que la Esperanza se quedara dentro porque quería que los mortales sufrieran para entender que no debían desobedecer a sus dioses.

Esta visión «pesimista», de que la humanidad está «condenada» a sufrir todo tipo de males y desgracias porque la esperanza permanece encerrada, incapaz de salir, es compartida por el filósofo Friedrich Nietzsche. En Humano, demasiado humano, argumenta que «Zeus no quería que el hombre desperdiciara su vida, por mucho que le atormentaran los demás males, sino que siguiera dejándose atormentar una vez más. Con ese fin, le da al hombre esperanza. En verdad, es el más grande de los males porque prolonga el tormento del hombre».

Pero en un importante abandono de Hesíodo, el poeta elegíaco griego del siglo VI a.C., Teágenes de Mágara, escribe:

 

     La esperanza es el único dios gentil que queda en la humanidad;

     los otros se han ido y han partido al Olimpo.

     La confianza, un dios poderoso se ha ido, el Temple ha abandonado a los hombres,

     y las Gracias, amigo mío, han abandonado la tierra.

     Los juramentos de los hombres ya no son de confianza, ni no lo es nadie que

     venere a los dioses inmortales; la raza de hombres piadosos ha perecido y

     los hombres ya no reconocen las reglas de conducta o los actos de piedad.

El poema implica que el jarro/caja también contenía bendiciones. Una vez cerrada la tapa, sólo queda la esperanza, «prometiendo que nos concederá a cada uno de nosotros las cosas buenas que se han perdido».

Durante el Renacimiento, dos influyentes escritores humanistas reformulan este mito. Andrea Alciato en su Emblema, 1534, muestra a la diosa Esperanza sentada en un jarro, diciendo:

«Me quedé sola en casa cuando los males se agitaban por todas partes,

    como la venerada musa del viejo poeta [Hesíodo] te ha dicho».

El poeta neolatino Gabriele Faerno en su colección de cien fábulas, Fabulae Centum, de 1563, aborda en un poema el origen de la esperanza como lo que queda de las «bendiciones universales» que han escapado:

«De todas las cosas buenas de las que carecen los mortales,

     Sólo la Esperanza en el alma es la que permanece».

¿Esperanza para siempre encerrada o una de las bendiciones restantes que vienen de los dioses?

Sea cual sea la forma en que lo veamos, la esperanza permanece.

LA ESPERANZA, QUE HA SERVIDO COMO NUESTRA MUSA A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS, APRISIONADA CON TODAS LAS COSAS ATERRADORAS QUE HAN PASADO Y QUE PODRÍAN PASAR, PODRÍA SER UNA FUERZA FORMIDABLE PARA EL BIEN, FORMIDABLE DE HECHO UNA VEZ SEA DESATADA.

Tal vez, gracias a esta crisis, algunas de esas esperanzas ya están emergiendo de la caja de Pandora.

Con todo lo que estamos experimentando hoy en día y al darnos cuenta de lo interconectados que estamos todos, están surgiendo esperanza en común.

El acceso a los alimentos que nos nutren, que estén disponibles de manera más accesible.

Vivienda, educación, servicios básicos, buena atención médica para todos y no sólo para unos pocos privilegiados que la pueden pagar.

Un liderazgo que priorice las necesidades de las personas por encima de todas las demás cosas.

Un futuro mejor para nuestros hijos.

Un futuro seguro, libre de miedos y ansiedades a lo largo de la vida y el crecimiento.

La caja de Pandora no tiene por qué permanecer cerrada.

Hoy en día, lo que sale de ella es nuestra esperanza y nuestro trabajo.


Notas a pie de página: (fuentes: Wikipedia, Enciclopedia Británica)

  1. La Teogonía, es decir, «la genealogía o nacimiento de los dioses» es un poema de Hesíodo (siglo VIII – VII a.C.) que describe los orígenes y genealogías de los dioses griegos, compuesto c. 730-700 a.C. Está escrito en el dialecto épico del griego antiguo y contiene 1022 líneas. La teogonía de Hesíodo es una síntesis a gran escala de una gran variedad de tradiciones griegas locales relativas a los dioses, organizadas como una narración que cuenta cómo llegaron a existir y cómo establecieron un control permanente sobre el cosmos. Es la primera cosmogonía mítica griega conocida.  Las teogonías forman parte de la mitología griega que encarna el deseo de articular la realidad en su conjunto; este impulso universalizador fue fundamental para los primeros proyectos posteriores de teorización especulativa.
  2. Trabajos y Días es un poema didáctico escrito por el antiguo poeta griego Hesíodo alrededor del 700 a.C. Es quizás más conocido por sus dos etiologías mitológicas del trabajo y el dolor que definen la condición humana: la historia de Prometeo y Pandora, y el llamado Mito de las Cinco Edades.

De: Hesíodo, Obras y Días

«Antes de aquel día, las generaciones de hombres vivían sobre la tierra exentas de males, y del rudo trabajo, y de las enfermedades crueles que acarrean la muerte a los hombres. Porque ahora los mortales envejecen entre miserias.

Y aquella mujer, levantando la tapa de un gran vaso que tenía en sus manos esparció sobre los hombres las miserias horribles. Únicamente la Esperanza quedó en el vaso, detenida en los bordes, y no echó a volar porque Pandora había vuelto a cerrar la tapa por orden de Zeus tempestuoso que amontona las nubes.

Y he aquí que se esparcen innumerables males entre los hombres, y llenan la tierra y cubren el mar; noche y día abruman las enfermedades a los hombres, trayéndoles en silencio todos los dolores porque el sabio Zeus les ha negado la voz. Y así es que nadie puede evitar la voluntad de Zeus.»

  1. Teágenes de Mégara fue un poeta lírico griego activo durante el siglo VI a.C.  Junto con Homero, Hesíodo y los autores de los Himnos Homéricos, es uno de los primeros poetas cuya obra se ha conservado en una tradición manuscrita continua.
  2. Andrea Alciato (8 de mayo de 1492 – 12 de enero de 1550) fue un jurista y escritor italiano, considerado el fundador de la escuela francesa de humanistas jurídicos. Un emblemata es un libro que recoge ilustraciones alegóricas con un texto explicativo, típicamente moral o poemas. Este tipo de libros fue popular en Europa durante los siglos XVI y XVII. Los libros emblemáticos son colecciones de conjuntos de tres elementos: un icono o imagen, un lema y un texto que explica la conexión entre la imagen y el lema. Los libros emblemáticos descienden de los bestiarios medievales que explicaban la importancia de los animales, los proverbios y las fábulas.
  3. Gabriele Faerno (ca. 1512/13-1583) fue un meticuloso erudito italiano y un elegante poeta latino que es más conocido ahora por su colección de Fábulas de Esopo en verso latino.

Traducción del inglés por Armando Yánez