Desde que empezaron las manifestaciones en contra del gobierno en Líbano, el 17 de octubre de 2019, se ha desarrollado el arte como medio de protesta. El arte urbano se ha extendido por los muros a unísono de las voces en la calle de diferentes ciudades libanesas. Este es el caso Batool Jacob que junto a un grupo de artistas de Trípoli han empezado a hacer obras de arte urbanas conjuntamente y que sigue dibujando desde su casa mientras el país empieza las fases de desconfinamiento.

En octubre pasado, cuando el gobierno libanés quiso implementar un impuesto hacía el servicio de llamadas del WhatsApp y otras redes sociales, miles de libaneses salieron a protestar en diferentes ciudades. Para ellos, esta medida afectaba desproporcionadamente a la mayoría pobre. Aunque el gobierno acabo retirando la medida, las protestas continuaron, denunciando la corrupción política y el sistema sectario que establece las cuotas fijas de asientos otorgados a cada confesión religiosa del país, las consecuencias de la crisis económica, así como la defensa de los derechos de la mujeres y la solidaridad con otros pueblos como el sirios. El gobierno cayó el 29 de octubre, pero cuando se formó un nuevo gobierno en enero 2020, hubieron nuevas protestas. Desde que empezaron las protestas, el gobierno detuvo a más de 450 personas, muchas de ellas denunciaron haber sido torturadas.

El protagonismo en las protestas ha hecho que la ciudad de Trípoli y su zona norte, de mayoría musulmana, estuviera representada en los medios, ya que anteriormente había una falta de cobertura. Además ha ayudado a que se borraran los estereotipos relativos a la pobreza y que se empezaran a destacar sus artistas, portavoces, jóvenes y la unidad de su gente. En este contexto se ha hecho la entrevista a Batool Jacob, una artista autodidacta, que fue editada por tamaño.

–Marta Closa Valero: Múltiples trabajos de artistas libaneses se puede encontrar en las redes sociales conectados con las protestas, como el espacio artístico de “Art of change ” en Beirut. También en Trípoli habéis empezado con este tipo de arte de protesta, como ha surgido este movimiento?

–El street art es una técnica nueva para mi, el primer trabajo fue en enero juntamente con mis amigos Ghiath Al Robih, artista palestino sirio residente en Trípoli, y Nagham Abboud, también artista tripolensa. Es interesante ya que es la primera vez en la ciudad que un grupo de artista se juntan con el mismo objetivo, mostrar la revolución y luchar por la libertad de expresión, antes cada área de la ciudad hacia sus exposiciones pero no había unidad.

–Cual era el motivo de hacer la primera obra juntos, qué querías mostrar?

–La obra fue mayoritariamente idea de Giath, consistía en un dibujo 3D en el suelo de la plaza de la revolución en Trípoli. Representamos la libra libanesa cayendo al abismo. Es una forma simplificada de mostrar lo que estamos viviendo realmente, estamos perdiendo el valor de la moneda estatal sin que el gobierno haga nada para salvar la situación.

–Individualmente y con el grupo ¿cuáles son las principales temáticas que queréis transmitir con vuestras obras?

–Nuestro principal tópico es la revolución, mostrar como la gente está oprimida y las duras condiciones que vivimos, el gobierno libanés no nos proporciona los derechos básicos. Por este motivo, como artistas buscamos hacer algo que no se pueda menospreciar, que deja constancia de las demandas de las protestas y nos asegura de que nuestras voces son escuchadas. No queremos que nuestro derecho a expresarnos se pierda, tenemos la responsabilidad de hacer todo lo posible para expresar nuestro mensaje.

–Teniendo en cuenta que la calle es un espacio masculinizado, has sentido que es más difícil hacer obras de street art siendo mujer?

–Ser mujer y querer hacer street art o cualquier otra disciplina artística que implique su realización en la calle es más difícil como mujer. Dentro de la sociedad libanesa hay múltiples mentalidades y hay opresión hacía las mujeres. La sociedad piensa a las mujeres solo en casa, cocinando y cuidando de los hijos, de esta forma nuestras opciones disminuyen considerablemente. Es esta mentalidad la que no acepta a una mujer en la calle dibujando o realizando otra disciplina artística como la danza. Como mujer se te permite hacer las obras en tu casa y después llevarlas a una galería, ya que no conlleva consecuencias negativas debido a que no hay una exposición pública. Cuando se traduce en desarrollar arte urbano, sí que hay una exposición pública y por lo tanto puedes experimentar situaciones negativas, ojos observándote lascivamente, intimidación y mala opinión acerca de ti. Eso lleva a muchas mujeres a no querer dar el salto al arte urbano. A pesar de estos aspectos, me gustaría dar coraje a todas las mujeres libanesas para salir a las calles y llevar en ellas sus habilidades.

–Estas últimas semanas se han visto protestas en Trípoli otra vez. ¿Cuál ha sido el motivo que ha hecho surgir las protestas y cuál es tu posicionamiento como activista artista?

–Las últimas protestas han surgido a raíz del rápido crecimiento del costo de vida, los precios de productos básicos han aumentado mucho. La gente ya no tiene nada más que perder, así que están proyectando su rabia hacia los bancos, ya que estos están en la cúspide de las instituciones que roban a los ciudadanos. Personalmente no pienso que está reacción sea favorable para recuperar nuestro dinero, creo en la unión de toda la población libanesa para hacer presión al gobierno y aturar este caos.

–Viendo la actual situación del Líbano ¿cu´l es tu posicionamiento respecto el futuro?

–La situación actual no me hace tener buenas vibraciones para el futuro, quiero tener esperanza pero la realidad nos muestra que la situación va a peor. El surgimiento del COVID-19 y la falta de conciencia de la gente en tomar medidas de prevención pueden empeorar aún más la situación. A pesar de esto, deseo para el Líbano su libertad y estabilidad, con mi arte continuaré haciendo lo posible para ayudar a concienciar y transmitir los mensajes de nuestras protestas.

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